El sueño de que los jardines arañen las nubes

El planeta pide a gritos que las ciudades se conviertan en sitios verdes. Paredes y techos son una alternativa viable para combatir el calor, paliar el gasto energético y limpiar el aire.

Aportan oxígeno, limpian el aire contaminado, aportan a la disminución del calor, son ecológicos, estéticos, recuperan espacio verde, retienen el agua de lluvia, atraen a picaflores, mariposas y aves. Éstas son alguna de las ventajas de que en una ciudad se invierta en terrazas y techos verdes. Una manera de paliar el calor de la isla de cemento y contribuir al medio ambiente.

La comisión de Medio Ambiente de la Legislatura está discutiendo un proyecto presentado por el Legislador Gregorio García Biagosh sobre este tema. Todavía su estado es muy verde (si vale la comparación), pero esto dispara el debate. Pocos se acuerdan, pero desde 2010 rige una ordenanza que establece que todos los edificios que se construyan deberán contar con vegetación en sus terrazas: árboles en grandes macetas o superficies cubiertas de césped. Nadie la cumple.

La capital necesita recuperar espacios verdes por el bien de todos. Pero ¿cómo?

El panorama es así: de aquí en adelante vamos a tener que soportar veranos calientes con temperaturas de 45° y más. La acción impiadosa está lastimando el planeta y sus consecuencias están apareciendo. El calentamiento global ya es una cuestión de Estado. Tiene efectos sociales, económicos y ambientales.

En San Miguel de Tucumán los espacios verdes representan sólo el 4,1% frente al 95,9% de cemento. El calor puede dejar secuelas en la salud y disminuir la fuerza laboral. No sólo mata (de manera figurada y también real), sino que modifica el régimen de lluvias y afecta los cultivos.

“La clave es dejar de pensar en metros cuadrados y comenzar a pensar en metros cúbicos de aire”, repite esta máxima Gabriel Wajnerman, arquitecto. La firma en la que trabaja con otros colegas está desarrollando edificios con jardines verticales (General Paz 190) y casas con techos verdes. “Lo primero que te pregunta el cliente cuando se lo proponés es: ‘¿se puede?’”.

La respuesta es sí, y no siempre hay que pensar que el presupuesto se va por las nubes. También es posible convertir una gris y caliente losa en un minijardín.

“Las terrazas y techos verdes son una gran contribución al medio ambiente. Las apoyo totalmente”, expresó César Pelli en exclusivo para LA GACETA. El célebre arquitecto contó que en la actualidad su estudio está desarrollando en San Francisco (EEUU) “una estación intermodal con un parque público de cinco manzanas en el techo”.

La terraza verde es una manera de compensar los metros cuadrados que ocupa la construcción. “Por el momento, aquí el foco está puesto en la cantidad de metros cuadrados vendibles. Se debe generar la conciencia de lograr espacios con más calidad de vida que a la larga son más rentables”, añade Wajnerman.

Las construcciones con jardines en sus cubiertas son más térmicas, por lo tanto, consumen menos energía para calentar o enfriar un ambiente. Se calcula que una vivienda gasta más del 50% de energía en aclimatar sus espacios, ya sea con gas o con electricidad.

“La filosofía de pensar en verde se retroalimenta a medida que se toma conciencia”, añade el joven arquitecto. Un paso importante es que quienes detentan el conocimiento lo compartan y propongan nuevas alternativas de construcciones que sean amigables con el medio ambiente y el hombre.

En el mundo sobran los ejemplos de grandes módulos de cemento que llevan techos con césped o una catarata de enredaderas en su fachada. Aquí en Tucumán a mediados de siglo XX también se construyeron viviendas así y aún sobreviven unas cuantas.

“Se dejaron de construir porque la tecnología que existía no cubría las deficiencias. Pero ahora ya no sucede esto”, explicó Máximo Coletti, arquitecto. En su firma también están desarrollando edificios con fachadas verdes y casas con cubiertas de césped.

La persona que piensa en vivir en un lugar así, después de la sorpresa inicial, lo toma como algo muy positivo. A todos les seduce tener verde en medio del cemento. Y más si el sistema está aceitado para que funcione riego por goteo. En los proyectos que están desarrollando estos estudios está muy bien pensado qué plantas se colocarán y cuentan con ingenieros agrónomos y biólogos que asesoran.

“Creo que esto comienza como una necesidad debido a las crisis energéticas y al calor. También es una moda, pero buena”, reflexiona Coletti. Y sí, una cuota de moda hay... pero mientras sea en beneficio del planeta está bueno subirse a la ola.

Consejos
Silvio Ovejero es ingeniero agrónomo y paisajista. Ofrece algunas recomendaciones para darles verde a balcones y terrazas.

1. Si se van a usar macetas, importa más la profundidad que el ancho para que crezcan las raíces. Sobre todo para que crezcan enredaderas

2. Tipos de enredaderas: jazmín chino, de arroz o de leche, del cielo. Alguna variedad de bignonia trepadora y Santa Rita.

3. Preparar la maceta: en el fondo colocar piedritas o leca para el drenaje. En los meses cálidos se debe fertilizar y en otoño incoporar compost para mejorar el sustrato.

4. Plantas perennes: malvones, gazanias, hiedras, verdolagas... también variedades de gramíneas y hasta cactus. El pasto inglés, el pennisetum, thulbalgia y los bulbines frutescens son ornamentales y algunos dan florcitas.

5. Arbustos: los buxus sempervirens se pueden podar y darles forma redonda. La duranta también crece bien en macetas.

6. Con el calor se recomiendan las plantas de hojas carnosas, como las suculentas. Todas las aromáticas: melisa, menta peperina para el mate, romero, incienso, tomillo... funcionan muy bien. La planta de citronella ahuyenta los mosquitos.

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