11 Septiembre 2014
WASHINGTON.- Por distintos méritos, los nombres y lo que representan el juez Norberto Oyarbide y el fiscal José María Campagnoli llegaron por primera vez al Capitolio de esta ciudad. Al primero se lo caracterizó como “el juez más corrupto de la Argentina”. Al segundo, como un emblema de la “reacción” del Poder Judicial ante el intento del Gobierno de avanzar sobre su estructura. “En la Argentina, lo alentador es que el intento del Gobierno por avanzar sobre la prensa independiente y la Justicia ha fracasado”, se explicó en un seminario sobre “Corrupción y democracia en América latina”.
Organizado por el InterAmerican Institute for Democracy, que preside el argentino Guillermo Lousteau, produjo un duro diagnóstico sobre “la baja calidad democrática e institucional” que, según distintos indicadores, presentan Venezuela, Ecuador y Bolivia y, en menor medida, la Argentina.
Invitado al plenario, Campagnoli tuvo que excusarse. “Por el juicio político de que he sido objeto aún no puedo salir del país”, dijo por carta. Su caso fue descripto como un ejemplo del fallido intento del Gobierno por avanzar sobre la Justicia e impedir denuncias de corrupción. En sentido inverso, Oyarbide fue citado como el juez “más corrupto”. “En la Argentina hay un saqueo”, dijo Lousteau.
Sintetizó los casos de la ex ministra, Felisa Miceli; el ministro Julio de Vido; el ex secretario de Transporte, Ricardo Jaime, y el representante ante el Banco Mundial, Guido Forcieri. Citó como los “más emblemáticos” al vicepresidente, Amado Boudou, y al empresario Lázaro Báez. (www.infobae.com)
Organizado por el InterAmerican Institute for Democracy, que preside el argentino Guillermo Lousteau, produjo un duro diagnóstico sobre “la baja calidad democrática e institucional” que, según distintos indicadores, presentan Venezuela, Ecuador y Bolivia y, en menor medida, la Argentina.
Invitado al plenario, Campagnoli tuvo que excusarse. “Por el juicio político de que he sido objeto aún no puedo salir del país”, dijo por carta. Su caso fue descripto como un ejemplo del fallido intento del Gobierno por avanzar sobre la Justicia e impedir denuncias de corrupción. En sentido inverso, Oyarbide fue citado como el juez “más corrupto”. “En la Argentina hay un saqueo”, dijo Lousteau.
Sintetizó los casos de la ex ministra, Felisa Miceli; el ministro Julio de Vido; el ex secretario de Transporte, Ricardo Jaime, y el representante ante el Banco Mundial, Guido Forcieri. Citó como los “más emblemáticos” al vicepresidente, Amado Boudou, y al empresario Lázaro Báez. (www.infobae.com)