Por Nicolás Iriarte
29 Septiembre 2014
PROVOCATIVO. Luego de marcar su gol, “Teo” quiere escuchar a los hinchas de Lanús. Por ese gesto, recibió una amarilla.
Dos empates consecutivos no parecen cambiar la imagen del equipo que lleva 21 partidos invicto. No solo porque ayudaron a estirarlo sino porque River sigue siendo puntero. Sigue siendo el mejor equipo del torneo, el que más lindo jugó hasta aquí y el principal candidato a quedarse con el título. Sigue siendo el equipo más goleador, el menos goleado, el más pacífico (no tiene expulsiones) y el que más bronca provoca (cuatro jugadores rivales vieron la roja).
Entonces, ¿qué cambia el hecho de que por dos partidos, el “millonario” se haya sentido un poco más pobre y no haya podido deslumbrar y derrochar goles como antes?
La enumeración de arriba, luego del 1-1 ante Lanús -el mismo resultado que contra Arsenal- se mantiene. El principal cambio que generan estos dos partidos sin triunfos es un síntoma de vulnerabilidad: River puede perder, o al menos, arrancar perdiendo.
Ayer, la derrota virtual por el gol de Lautaro Acosta, se extendió por mucho más que ante Arsenal y generó en el hincha una sensación desconocida: “podemos perder”.
Los más optimistas dirán que ambos partidos pusieron a prueba al equipo de Marcelo Gallardo y que mostró carácter y reacción para empatarlo, en este caso gracias a la máquina de anotar que es Teófilo Gutiérrez, quien marcó en 10 de los últimos 11 partidos.
Un triunfo en el superclásico, cotizará los empates. Una derrota, apoyará la teoría de la vulnerabilidad. Habrá que esperar. (Especial)
Entonces, ¿qué cambia el hecho de que por dos partidos, el “millonario” se haya sentido un poco más pobre y no haya podido deslumbrar y derrochar goles como antes?
La enumeración de arriba, luego del 1-1 ante Lanús -el mismo resultado que contra Arsenal- se mantiene. El principal cambio que generan estos dos partidos sin triunfos es un síntoma de vulnerabilidad: River puede perder, o al menos, arrancar perdiendo.
Ayer, la derrota virtual por el gol de Lautaro Acosta, se extendió por mucho más que ante Arsenal y generó en el hincha una sensación desconocida: “podemos perder”.
Los más optimistas dirán que ambos partidos pusieron a prueba al equipo de Marcelo Gallardo y que mostró carácter y reacción para empatarlo, en este caso gracias a la máquina de anotar que es Teófilo Gutiérrez, quien marcó en 10 de los últimos 11 partidos.
Un triunfo en el superclásico, cotizará los empates. Una derrota, apoyará la teoría de la vulnerabilidad. Habrá que esperar. (Especial)
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