Por Federico Espósito
17 Octubre 2014
EL PRIMER FESTEJO. Lucas Boyé celebra con Carlos Sánchez autor del gol del empate transitorio de los “millonarios”. reuters
En Asunción solo faltó Sergio Lapegüe para conducir el “prende y apaga” que dejó dos veces en penumbras el estadio de Libertad, y que por poco pasa el partido a cuarto intermedio. Por fortuna para River, la corriente volvió y se hizo la luz, justo cuando se las veías negras en serio. En efecto, antes el primer apagón, estaba todo mal: su superioridad había quedado en la nada por culpa de su mira torcida y de un balazo que el ex Atlético Claudio Vargas disparó desde casi 30 metros, no tan esquinado pero lo suficiente para sorprender a un Barovero que reaccionó cuando el daño ya era irreparable.
Para colmo, cuando empezaba el segundo tiempo, Pezzella atajó un remate adentro del área y dejó a River al borde del 0-2. Al final, el apagón sería providencial: Rodrigo López le erró al arco y sepultó las chances de Libertad. Al instante, al “millo” se le prendió la lamparita y llegó al empate gracias al esfuerzo de Ramiro Funes Mori, que se estiró hasta salvar una pelota que cualquiera hubiera dado por perdida, y le dejó la definición a Carlos Sánchez, que ya había tenido una, pero esta vez la mandó adentro. Del resto se encargaron los “pibes”: primero Sebastián Driusi y después Giovanni Simeone, con dos buenas definiciones, para dejar la llave casi definida, y estirar el invicto a 25 partidos.
Para colmo, cuando empezaba el segundo tiempo, Pezzella atajó un remate adentro del área y dejó a River al borde del 0-2. Al final, el apagón sería providencial: Rodrigo López le erró al arco y sepultó las chances de Libertad. Al instante, al “millo” se le prendió la lamparita y llegó al empate gracias al esfuerzo de Ramiro Funes Mori, que se estiró hasta salvar una pelota que cualquiera hubiera dado por perdida, y le dejó la definición a Carlos Sánchez, que ya había tenido una, pero esta vez la mandó adentro. Del resto se encargaron los “pibes”: primero Sebastián Driusi y después Giovanni Simeone, con dos buenas definiciones, para dejar la llave casi definida, y estirar el invicto a 25 partidos.