La discrecionalidad dominará el escenario fiscal de 2015

Axel Kicillof tiene la llave del cofre de la felicidad. Y el gobernador José Alperovich le fue a tocar la puerta al ministro de Economía no sólo para pedirle la autorización para endeudarse por $ 400 millones. También para saber qué hará el Gobierno nacional frente a los planteos de reapertura de las paritarias en cada provincia. El anuncio de San Luis ha puesto los pelos de punta a más de un mandatario provincial. Alperovich no es la excepción. Por eso no quiere hablar de reapertura de paritarias, mucho menos del pago de un extra a fin de año. Se escuda en la vieja receta que le ha dado buenos resultados electorales: pagar dos sueldos y medio en el último mes del año. Así, la población se anestesia hasta marzo, cuando se reabren las paritarias. En el medio, se retocan valuaciones y se aplican ajustes para que el año electoral se desarrolle sin sorpresas desde el comando central: la Casa de Gobierno. Ni intendentes, legisladores, concejales o comisionados rurales pueden sacar los pies del plato. Es lo mismo que hace la presidenta Cristina Fernández que ha pedido pruebas de fidelidad a los gobernadores más cercanos. De allí, la polémica frase de Alperovich en un acto en Monteros. No hay plata para tirar al techo. La Casa Rosada cerró el grifo financiero para gran parte de la política. Claro está que hay excepciones. Ayudas financieras existieron y en 2015 prometen ser más discrecionales que siempre. Alperovich ya está haciendo los deberes para seguir gozando del calor financiero del último año de su mandato.

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