20 Octubre 2014
BOU AL GOL. El autor del segundo tanto de Racing va con el balón; Cubero marca.
BUENOS AIRES.- Palabras medidas luego de un gol de no creerse, reacción atinada de un jugador luego de marcar un gol en un día especial y un triunfador que se plantó en su cancha con categoría de escolta que quiere algo más, fueron las marcas de un triunfo soberbio de Racing sobre Vélez por 2 a 0.
Lo único que unió a vencedores y vencidos fueron las diplomáticas reacciones. Sebastián Sosa, el arquero de los de Liniers, fue el primer que puso el sello diplomático, aunque no al 100 %. Y sí porque luego del insólito gol de Ricardo Centurión el improperio que se leyó en sus labios podría haber sido mucho pero.... Centurión quiso patear un centro con la pierna derecha, pero el balón le rebotó en la izquierda y entró al arco por encima de Sosa. Semejante acción merecía una catarata de insultos que el arquero resumió en una sola frase: “¡qué orto!”
Luego llegó el gol de Gustavo Bou que se emocionó hasta las lágrimas, políticamente correctas en la ocasión. “Era un día muy especial para mí. Como todos saben mi madre falleció y sabía que me iba a estar mirando”, contó el entrerriano, quien no pudo ocultar su llanto tras marcar la segunda conquista de la “Academia”.
Y en lo deportivo también hubo diplomacia ya que a Racing le bastó con el primer tiempo para marcar la diferencia. Vélez sólo fue la sombra del equipo fuerte que supo dejar su marca en torneo. (DyN-DPA-Especial)
Lo único que unió a vencedores y vencidos fueron las diplomáticas reacciones. Sebastián Sosa, el arquero de los de Liniers, fue el primer que puso el sello diplomático, aunque no al 100 %. Y sí porque luego del insólito gol de Ricardo Centurión el improperio que se leyó en sus labios podría haber sido mucho pero.... Centurión quiso patear un centro con la pierna derecha, pero el balón le rebotó en la izquierda y entró al arco por encima de Sosa. Semejante acción merecía una catarata de insultos que el arquero resumió en una sola frase: “¡qué orto!”
Luego llegó el gol de Gustavo Bou que se emocionó hasta las lágrimas, políticamente correctas en la ocasión. “Era un día muy especial para mí. Como todos saben mi madre falleció y sabía que me iba a estar mirando”, contó el entrerriano, quien no pudo ocultar su llanto tras marcar la segunda conquista de la “Academia”.
Y en lo deportivo también hubo diplomacia ya que a Racing le bastó con el primer tiempo para marcar la diferencia. Vélez sólo fue la sombra del equipo fuerte que supo dejar su marca en torneo. (DyN-DPA-Especial)