27 Noviembre 2014
ACOSADO A TODA HORA. Así vive Charlie Day. La ninfómana que interpreta Jennifer Aniston no le da tregua.
Fue tan grande el éxito de “Quiero matar a mi jefe”, estrenada en 2011, que a principios del año siguiente ya estaba en marcha la secuela. Así funciona el negocio en Hollywood. La comedia dirigida por Seth Gordon costó 35 millones de dólares y recaudó más de 120 millones, sólo en Estados Unidos.
La estructura es idéntica a la primera, ¿para qué cambiar? Una vez más, los protagonistas son Nick Hendricks (Jason Bateman), Kurt Buckman (Jason Sudeikis) y Dale Arbus (Charlie Day), siempre oprimidos y acosados por sus superiores, al extremo de que planean deshacerse de ellos para conseguir un poco de tranquilidad.
No está Colin Farrell, uno de aquellos jefes insoportables de la primera parte, pero sigue Jennifer Aniston, la dentista que enloquece a Dale con sus avances sexuales. También aparece Kevin Spacey, y se suman Chris Pine y el gran Christoph Waltz. Y no falta Jamie Foxx, en la piel del asesor del trío que es infinitamente menos peligroso de lo que parece.
Gordon se bajó de la dirección de la secuela y se hizo cargo Sean Anders, un experto en comedias que también integró el conjunto de guionistas.
El personaje que se robó la primera parte fue la vampiresa encarnada por Aniston. “Hace cinco o 10 años no lo hubiera podido hacer -reveló-. Es como que ahora no le tengo miedo a nada, y eso se nota”. El austríaco Waltz, a quien se sindica como uno de los villanos en la próxima entrega de James Bond, se luce en esta secuela con un papel a su medida. “La comedia es tan seria como los otros géneros -explica-, siempre y cuando te lo tomes en serio, claro”.
La estructura es idéntica a la primera, ¿para qué cambiar? Una vez más, los protagonistas son Nick Hendricks (Jason Bateman), Kurt Buckman (Jason Sudeikis) y Dale Arbus (Charlie Day), siempre oprimidos y acosados por sus superiores, al extremo de que planean deshacerse de ellos para conseguir un poco de tranquilidad.
No está Colin Farrell, uno de aquellos jefes insoportables de la primera parte, pero sigue Jennifer Aniston, la dentista que enloquece a Dale con sus avances sexuales. También aparece Kevin Spacey, y se suman Chris Pine y el gran Christoph Waltz. Y no falta Jamie Foxx, en la piel del asesor del trío que es infinitamente menos peligroso de lo que parece.
Gordon se bajó de la dirección de la secuela y se hizo cargo Sean Anders, un experto en comedias que también integró el conjunto de guionistas.
El personaje que se robó la primera parte fue la vampiresa encarnada por Aniston. “Hace cinco o 10 años no lo hubiera podido hacer -reveló-. Es como que ahora no le tengo miedo a nada, y eso se nota”. El austríaco Waltz, a quien se sindica como uno de los villanos en la próxima entrega de James Bond, se luce en esta secuela con un papel a su medida. “La comedia es tan seria como los otros géneros -explica-, siempre y cuando te lo tomes en serio, claro”.