Con una mano, Barovero guió el triunfo

El arquero de River le tapó el penal más rápido de los Superclásicos a Gigliotti y fue el héroe del 1-0.

 MANO SALVADORA. Marcelo Barovero le adivinó la intención a Emmanuel Gigliotti y tapó un penal a los 3 minutos de iniciado el partido y aseguró su arco para siempre.  dyn MANO SALVADORA. Marcelo Barovero le adivinó la intención a Emmanuel Gigliotti y tapó un penal a los 3 minutos de iniciado el partido y aseguró su arco para siempre. dyn
15 segundos... No lo dejaron ni acomodarse bajo los tres palos que ya lo expusieron a la pena máxima. Tuvo que estar atento, despabilarse al instante y esperar a que Emmanuel Gigliotti, quizás su principal y errado aliado en este drama, caminara recto hasta sus dominios. Pero él no se inmutó, no se achicó, ni mucho menos dudó en despegar su mano derecha para escribir la gran historia.

Ese vuelo sobre su izquierda y el brazo arriba para decirle “No” al “Puma” lo volvió héroe. ¿Qué otro arquero tapó un penal a los 3’ del Superclásico más emotivo del mundo? Sólo “Trapito”, un Barovero figura de este River que, sí, se quedó sin nafta para golear como antes, pero que nunca dudó de su número 1. Marcelo estuvo antes, soplando pelotas con destino de gol, y estuvo ayer también, vital para impedir que todo el plan de River en la revancha se viniera abajo en la primera jugada del partido. Él encauzó la historia.

Barovero también salvó la segunda, apenas cinco minutos después del penal de su vida. Otra vez haciendo sufrir de impotencia a un Gigliotti que se cansó de hacer goles en el Monumental, pero que ayer tras no poder embocar ni un rebote claro, tuvo el primer gran estorbo en ese historial dulce que atesoraba contra el enemigo de toda la vida y que tras sus fallas increíbles tomó un gusto amargo.

Claro que el gran estorbo fue Barovero. “Estos son clásicos y jugamos con dientes apretados todo el tiempo. Lo importante es el equipo. Esperemos encontrar un título”, dijo él disfrutando como nunca el resultado, pero jamás adjudicándose la autoría. Humilde a pesar de haber gestado un triunfo único para los de Núñez en base a la confianza absoluta que afloró justo a tiempo, porque Barovero jamás se destacó por figurar en los penales (de 48 veces que hasta ayer le patearon, sólo contuvo cinco).

“Se lo dedicamos a Marcelo”, dijo después el arquero, recordando a Gallardo, el padre de la criatura que en la previa perdió a su mamá. “Lo acompañamos todos. Hace seis meses que venimos trabajando y encima hay que tener la valentía de saber que estamos en un ambiente que sólo sirve ganar, tenemos la mente fría y se lo dedicamos a él”, aseguró Barovero, la figura de una noche en la que voló para la foto, y para la historia.

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