Fue River, pero a lo Boca

El “millonario” cambió en la serie estilo por batalla, pierna fuerte y astucia, por eso ganó

FESTEJO MILLONARIO. Leonardo Pisculichi celebra el gol anotado a Boca, a los 16 minutos de juego, dándole el triunfo a River sobre Boca, por 1 a 0. TELAM FESTEJO MILLONARIO. Leonardo Pisculichi celebra el gol anotado a Boca, a los 16 minutos de juego, dándole el triunfo a River sobre Boca, por 1 a 0. TELAM
“Aprendimos que no siempre se puede jugar como lo hacíamos, como más nos gusta”. Las declaraciones de Leonardo Pisculichi a un canal de televisión, el día después que River se cobrara una dulce y demorada revancha ante Boca, pinta de cuerpo entero la metamorfosis vivida por el equipo de Marcelo Gallardo en las últimas semanas. El héroe-goleador hacía referencia al aprendizaje dejado por los tragos amargos frente a Estudiantes y Olimpo, por el torneo local.

En verdad, River ganó la serie ante su eterno rival “a lo Boca”, con muy poquito del estilo “a lo River”. Porque consciente de su bajón físico y futbolístico, en el desafío de 180 minutos, el “millonario” fue hasta La Bombonera a copar la parada. Pegó -con cierta anuencia del árbitro- y cuidó el cero. Y en el Monumental, obligado a ganar para pasar, y con energías renovadas tras la polémica decisión de su técnico de guardar casi todo en el Cilindro de Avellaneda, mostró lo justo y lo necesario, apenas vestigios de aquel River arrasador de principio de temporada. Con mucha actitud, vistiendo otra vez el overol y con el frac colgando de su placard, al “Millo” le alcanzó para dejar en el camino a un inexpresivo Boca. Y su triunfo tuvo ciertos matices míticos, “made in Boca”, por ese penal en contra cobrado -y errado por Emmanuel Gigliotti- en el alba del juego, que podría haber cambiado la historia antes de que se escribiera.

Ahora, River es un emoticón sonriente. Campeón vigente del fútbol argentino, se alzó con el título que su gente más anhelaba: el de flamante “patrón” del Superclásico, con cuatro ganados y cuatro empatados –uno de ellos con victoria en penales- en un 2014 casi inmaculado. Se quitó la daga que llevó clavada durante una década, cuando Boca le frustró en su propia casa el acceso a una final internacional –aquella vez de Libertadores-, que ahora disputará ante Atlético Nacional, en busca de un inédito cetro de la Copa Sudamericana.

Los hinchas de River, y sus jugadores, saben que si existe la posibilidad de un “de paso cañazo”, y Racing se cae, y Lanús no llega, y el combustible le da para consagrarse bicampeón nacional

En la vereda de enfrente, claro, el emoticón tiene la comisura de sus labios hacia abajo. Boca se quedó otra vez con las manos vacías, un nuevo año que se va sin éxitos, a menos que suceda un milagro de aquellos en las dos fechas que restan del torneo de Transición. En un par de semanas, el “xeneize” deberá barajar y dar de nuevo. Rodolfo Arruabarrena consiguió bastante, y a la vez poco, en estos pocos meses que lleva sentado en el banquillo que alguna vez tuvo a Carlos Bianchi como dueño indiscutido. Ahora podrá elegir a sus refuerzos. Quizá necesite algunos nombres que aporten más carácter y más volumen de juego. Imposible evitar el pensamiento de que con un Juan Román Riquelme en cancha, quizá, los hinchas de Boca estarían gozando por estas horas -como tantas veces ha sucedido- a sus primos. Hoy por hoy, la fiesta ha cambiado de barrio y tiene otros colores.

Tal como lo había antic atrás, los Autoconvocados y l rupació estionaron que los directivos hayan incorporado en elado informe las obras de renovación de los vestuarios del árbitro y del equipo visitante del estadio y otras refacciones en el escenario d adela, gastos que también habían sido mencionados en el balancorporado en el informe las obras deado renovación de los vestuarios del árbitro y del equipo visitante del estadio y otras refacciones en el escenario d adela, gastos que también habían sido mencionados en el balance presentado el año pasa cios no pretenden acusar a año pasa cios no pretenden acusar a los dirigentes de haber realizad losado dirigentes de haber realizado un dado oble gasto, sino que buscan definir si se trató deorporado en l balancorporado en el informe las obras de renovación de los vestuarios del árbitro y del equipo visitante del estadio y otras refacciones en el escenario d adela, gastos que también habían sido mencionados en el balance presentado el año pasa cios no pretenden acusar a los dirigenteado de haber realizado un doble gasto, ado sino que buscan definir si se trató deorporado en el informe las obras deado renovación de los vestuarios del árbitro y del equipo visitante del estadio y otras refacciones en el escenario d adela

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