01 Diciembre 2014
Las cifras son alentadoras. Los objetivos, ambiciosos. Y el trabajo será arduo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) nos permite soñar un 2030 en el que la epidemia de VIH/sida en el mundo sea solamente un mal recuerdo, pero para eso, en los 15 años que hay por delante, será indispensable que los gobiernos de todos los países sostengan y multipliquen los esfuerzos para reducir los nuevos contagios y garantizar que todas las personas que han sufrido la infección accedan a un tratamiento precoz.
Hoy se celebra el Día Mundial de la Lucha contra el Sida y el lema es, precisamente, “Cerremos la brecha. Por una generación libre de sida”. Esa grieta es la que se abre entre las personas que reciben tratamiento antiretroviral -para mantener controlado el virus y reducir las posibilidades de transmitirlo- y las personas que aun no acceden a la terapia, ya sea porque desconocen su condición o por otros motivos.
En un informe publicado la semana pasada, anticipándose a esta fecha, la Organización Panamericana de la Salud (OPS, oficina regional de la OMS) reveló que casi 600.000 personas más que en 2003 reciben tratamiento antirretroviral en América Latina y el Caribe, lo que implica que el alcance de las terapias se ha triplicado en la última década.
Según el documento, titulado “Tratamiento Antirretroviral bajo la Lupa: un análisis de salud pública en América Latina y el Caribe 2014”, mientas en 2003 se estimaba que 210.000 personas de todas las que vivían con VIH recibían la medicación, en 2013 el estimado ascendió a 795.000. Estos últimos representan el 56% de todos los que necesitan tratamiento, y el 44% de todas las personas con VIH.
“En la última década, los países de América Latina y el Caribe han ampliado el acceso a los servicios de salud que necesitan las personas que viven con VIH, incluidos los medicamentos”, afirmó la Directora de la OPS, Carissa F. Etienne. “Controlar la epidemia para 2030 es posible si los países aplican una estrategia de prevención combinada, y si todas las personas conocen su estado de VIH, reciben el tratamiento que necesitan, y viven libres de estigma y discriminación. “Aún tenemos frente a nosotros una brecha que es urgente cerrar. El desafío es avanzar sin dar ni un solo paso atrás en los logros conseguidos”, enfatizó.
En 2013, 106.000 personas se infectaron con el VIH en la región, un 9% menos que 10 años atrás. Sin embargo, las nuevas infecciones podrían reducirse aún más a través de la implementación de estrategias de prevención que combinen desde la distribución de condones e información sobre el VIH, hasta la oferta de la prueba y el tratamiento oportuno, entre otros, informó la OPS. Las muertes relacionadas con el virus también se redujeron en la región: el año pasado fueron 58.000, lo que representa un 40% menos que en 2003.
Hoy se celebra el Día Mundial de la Lucha contra el Sida y el lema es, precisamente, “Cerremos la brecha. Por una generación libre de sida”. Esa grieta es la que se abre entre las personas que reciben tratamiento antiretroviral -para mantener controlado el virus y reducir las posibilidades de transmitirlo- y las personas que aun no acceden a la terapia, ya sea porque desconocen su condición o por otros motivos.
En un informe publicado la semana pasada, anticipándose a esta fecha, la Organización Panamericana de la Salud (OPS, oficina regional de la OMS) reveló que casi 600.000 personas más que en 2003 reciben tratamiento antirretroviral en América Latina y el Caribe, lo que implica que el alcance de las terapias se ha triplicado en la última década.
Según el documento, titulado “Tratamiento Antirretroviral bajo la Lupa: un análisis de salud pública en América Latina y el Caribe 2014”, mientas en 2003 se estimaba que 210.000 personas de todas las que vivían con VIH recibían la medicación, en 2013 el estimado ascendió a 795.000. Estos últimos representan el 56% de todos los que necesitan tratamiento, y el 44% de todas las personas con VIH.
“En la última década, los países de América Latina y el Caribe han ampliado el acceso a los servicios de salud que necesitan las personas que viven con VIH, incluidos los medicamentos”, afirmó la Directora de la OPS, Carissa F. Etienne. “Controlar la epidemia para 2030 es posible si los países aplican una estrategia de prevención combinada, y si todas las personas conocen su estado de VIH, reciben el tratamiento que necesitan, y viven libres de estigma y discriminación. “Aún tenemos frente a nosotros una brecha que es urgente cerrar. El desafío es avanzar sin dar ni un solo paso atrás en los logros conseguidos”, enfatizó.
En 2013, 106.000 personas se infectaron con el VIH en la región, un 9% menos que 10 años atrás. Sin embargo, las nuevas infecciones podrían reducirse aún más a través de la implementación de estrategias de prevención que combinen desde la distribución de condones e información sobre el VIH, hasta la oferta de la prueba y el tratamiento oportuno, entre otros, informó la OPS. Las muertes relacionadas con el virus también se redujeron en la región: el año pasado fueron 58.000, lo que representa un 40% menos que en 2003.