14 Diciembre 2014
RECORRIDA. La división Homicidios de la Policía recorrió ayer el lugar en el que le dispararon a la víctima. LA GACETA / FOTO DE HÉCTOR PERALTA
La incertidumbre rodea al crimen de Alberto Bruno Silva Moza. El hombre de 35 años fue encontrado con una herida de bala en la cabeza en una parada de colectivos de la plaza del barrio Policial III, a 200 metros de su vivienda. Una versión afirma que fue víctima de un intento de asalto, pero nadie puede aseverarlo: hasta ayer no había testigos directos del crimen, ni nadie que hubiera visto escapar a algún sospechoso.
El barrio Policial III se encuentra emplazado en uno de los ingresos a Lomas de Tafí, detrás de un conocido hotel alojamiento y al costado del canal Norte. “Nació hace unos 10 años. Casi todos los que vivían aquí eran policías, pero ahora son la mitad”, describió Ricardo Gallardo, quien vive al lado de la casa de Silva Moza, en la manzana K.
Gallardo se enteró de lo que le había sucedido a su vecino cuando la Policía fue a interrogarlo ayer a la mañana. La vivienda de la víctima se encontraba cerrada, y las luces del hall estaban encendidas.
Fuentes policiales indicaron que el crimen de Silva Moza ocurrió alrededor de las 3. Las declaraciones que pudo recolectar el personal de la división Homicidios, a cargo del comisario Marcelo Sallas, indicaba que el hombre estaba en la parada de colectivos cuando le dispararon. Un grupo de personas que estaba a 100 metros escuchó el disparo y cuando llegó al lugar, lo encontraron tirado.
Según el relato que habría dado Andrea Emilia Lera, de 37 años y concubina de la víctima, Silva Moza había salido a buscar algún quiosco abierto. Pasadas las 3 la fueron a buscar a su casa para avisarle que su pareja había sido herida en un intento de robo, afirmaron fuentes policiales.
Silva Moza llegó al hospital Avellaneda en el auto de un vecino que vive a una cuadra de la plaza. Falleció pocos minutos después.
La investigación está a cargo del fiscal de Instrucción de la VII° Nominación, Arnoldo Suasnábar. La víctima tenía en su poder los $20 con los que había salido de su vivienda, y su teléfono celular. Si la versión del robo es la acertada, el o los homicidas no lograron su cometido.
Ayer a la siesta, en medio de la llovizna, los policías de la división Homicidios recorrían las calles del barrio y golpeaban las puertas de los distintos vecinos, tratando de encontrar alguna pista. Algunos de ellos fueron notificados para que se presenten a prestar declaración, pero la incertidumbre reinaba en el Policial III.
“Lo cierto es que en la plaza no se puede estar de noche”, dijo Patricia, que vive cerca del lugar en el que dispararon a Silva Moza. Aunque la mujer no escuchó ningún disparo, afirmó que cuando cae el sol, los asaltantes los obligan a quedarse en sus viviendas.
El barrio Policial III se encuentra emplazado en uno de los ingresos a Lomas de Tafí, detrás de un conocido hotel alojamiento y al costado del canal Norte. “Nació hace unos 10 años. Casi todos los que vivían aquí eran policías, pero ahora son la mitad”, describió Ricardo Gallardo, quien vive al lado de la casa de Silva Moza, en la manzana K.
Gallardo se enteró de lo que le había sucedido a su vecino cuando la Policía fue a interrogarlo ayer a la mañana. La vivienda de la víctima se encontraba cerrada, y las luces del hall estaban encendidas.
Fuentes policiales indicaron que el crimen de Silva Moza ocurrió alrededor de las 3. Las declaraciones que pudo recolectar el personal de la división Homicidios, a cargo del comisario Marcelo Sallas, indicaba que el hombre estaba en la parada de colectivos cuando le dispararon. Un grupo de personas que estaba a 100 metros escuchó el disparo y cuando llegó al lugar, lo encontraron tirado.
Según el relato que habría dado Andrea Emilia Lera, de 37 años y concubina de la víctima, Silva Moza había salido a buscar algún quiosco abierto. Pasadas las 3 la fueron a buscar a su casa para avisarle que su pareja había sido herida en un intento de robo, afirmaron fuentes policiales.
Silva Moza llegó al hospital Avellaneda en el auto de un vecino que vive a una cuadra de la plaza. Falleció pocos minutos después.
La investigación está a cargo del fiscal de Instrucción de la VII° Nominación, Arnoldo Suasnábar. La víctima tenía en su poder los $20 con los que había salido de su vivienda, y su teléfono celular. Si la versión del robo es la acertada, el o los homicidas no lograron su cometido.
Ayer a la siesta, en medio de la llovizna, los policías de la división Homicidios recorrían las calles del barrio y golpeaban las puertas de los distintos vecinos, tratando de encontrar alguna pista. Algunos de ellos fueron notificados para que se presenten a prestar declaración, pero la incertidumbre reinaba en el Policial III.
“Lo cierto es que en la plaza no se puede estar de noche”, dijo Patricia, que vive cerca del lugar en el que dispararon a Silva Moza. Aunque la mujer no escuchó ningún disparo, afirmó que cuando cae el sol, los asaltantes los obligan a quedarse en sus viviendas.
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