22 Diciembre 2014
foto de Carlos Javier Ale
La travesura que hizo cuando tenía tres años se está volviendo cosa seria. No porque el hecho haya desembocado en algo malo. Al contrario. “Había un karting regulando. Subí, agarré el cable y salí andando; como si fuese que siempre lo hacía”, recordó Francisco Rodríguez. “Se descuidaron un poco y aproveché el momento”, explicó el travieso corredor. Todo el hecho se volvió progesivamente más serio con los años, hasta que Francisco logró llevarlo a un nivel de seriedad máximo: ganó el Campeonato Tucumano de karting sobre tierra 2014. “Me lo esperaba porque el año pasado demostramos que teníamos cómo hacerlo, pero tuvimos que conformarnos con el tercer puesto”, dijo con melancolía. La corona de la presente temporada le quitó el mito en el que empezó a creer. “En todas las carreras iba adelante, pero siempre pasaba algo y se rompía el auto. Llegué a pensar que algo raro pasaba. Una vez o dos puede suceder, pero... ¿seis o siete?”, dijo Rodríguez sospechando de la suerte. El alumno de la escuela Belgrano aún piensa en lo que debería haber ocurrido la temporada anterior. “Calculo que el año pasado debería haber ganado cinco carreras”, estimó. Y si de situaciones particulares se trata, Rodríguez vivió un hecho, por lo menos singular, en la última fecha que se corrió en Alpachiri. “Fue una situación complicada porque festejábamos nosotros y Lord (por Ernesto) también”, explicó el sorprendente momento. ¿Dos campeones? “Yo ya había dado la vuelta con la bandera argentina, que se le da al campeón, cuando terminó la carrera. Fuimos a consultar y me explicaron que estábamos empatados, pero que el título era mío por haber ganado más carreras”, relató “Panchito”. El episodio demoró una semana la consagración oficial del piloto, ya que desde la Federación Tucumana de Automovilismo Deportivo se revisaron las planillas para confirmar lo que se había anunciado. “Quitó un poco de emoción”, reconoció Rodríguez.
Así que, aunque con retraso, llegó el reconocimiento máximo a la labor, casi artesanal, que hace junto a su papá en el karting. “Esto requiere mucho tiempo y esfuerzo. A veces, tengo que llegar de la escuela, cambiarme y ponerme a trabajar. Tenemos un taller de motos y autos en el barrio La Ciudadela y casi siempre pasa que el fin de semana que hay carrera, hay mucho trabajo”, reveló Rodríguez.
Además de piloto de karting, con sus 16 años, es también un estudiante que debe adoptar el rol de equilibrista, así se lo demandan sus actividades. ¿Es perfecto su equilibrio? No, pero es bastante bueno. “Corro desde los 6 años. Calculo que en dos de ellos me llevé materias”, se esforzó por recordar, pero nunca se olvida el pedido de una comprensiva mamá Yanina. “Ella me pide que me lleve la menor cantidad de materias posibles”, reveló con tono de agradecimiento.
Bien distinto es el requerimiento arriba del kart, especialmente de parte de su papá Luis: ganar todo lo que se pueda.
Así que, aunque con retraso, llegó el reconocimiento máximo a la labor, casi artesanal, que hace junto a su papá en el karting. “Esto requiere mucho tiempo y esfuerzo. A veces, tengo que llegar de la escuela, cambiarme y ponerme a trabajar. Tenemos un taller de motos y autos en el barrio La Ciudadela y casi siempre pasa que el fin de semana que hay carrera, hay mucho trabajo”, reveló Rodríguez.
Además de piloto de karting, con sus 16 años, es también un estudiante que debe adoptar el rol de equilibrista, así se lo demandan sus actividades. ¿Es perfecto su equilibrio? No, pero es bastante bueno. “Corro desde los 6 años. Calculo que en dos de ellos me llevé materias”, se esforzó por recordar, pero nunca se olvida el pedido de una comprensiva mamá Yanina. “Ella me pide que me lleve la menor cantidad de materias posibles”, reveló con tono de agradecimiento.
Bien distinto es el requerimiento arriba del kart, especialmente de parte de su papá Luis: ganar todo lo que se pueda.
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