La Providencia nunca cerró la puerta y festejó

Dip pensó irse pero confió y tuvo su premio.

AL RESCATE. José Dip tomó el equipo de La Providencia en un mal momento y lo hizo ascender. LA GACETA / FOTO DE ANTONIO FERRONI (ARCHIVO) AL RESCATE. José Dip tomó el equipo de La Providencia en un mal momento y lo hizo ascender. LA GACETA / FOTO DE ANTONIO FERRONI (ARCHIVO)
22 Diciembre 2014
La Providencia no había arrancado bien la segunda fase del Anual del ascenso. Sumaba dos derrotas y un empate, quedaban 10 fechas por jugar y estaban a ocho puntos del líder. En ese momento, los dirigentes decidieron cambiar de técnico. “Para colmo perdimos en mi debut”, recordó José Dip. El clima era desalentador y totalmente diferente al que se vivió hace poco, cuando el equipo logró el ascenso.

“Así era más fácil cerrar la puerta porque las chances matemáticas eran casi imposibles. Además teníamos muchos expulsados”, recuerda el DT cuando asumió en reemplazo de Hernán González.

Sin embargo, cuando parecía que dar un paso al costado era la única solución, aparecieron Roli y Nancy de Elías, el matrimonio encargado del club. “Ellos fueron los que me dieron toda la confianza”, explicó Dip. A partir de ese voto de confianza, el equipo sumó cuatro victorias y dos empates en seis partidos. Al final, terminaron clasificando por sistema olímpico.

En esa confianza se sustentó la gloria del ascenso que llegaría después. “Ganamos los partidos que teníamos que ganar y por eso logramos el ascenso después de tres años”, analiza el hombre ya con su equipo en la Primera A de Liga. “No conocía el plantel. Tuve que apelar a los chicos del club para armar el equipo y al final entendí que los pilares de La Providencia fueron ese sentido de pertenencia, el compromiso y la responsabilidad”, asegura el técnico.

Aún así, el DT no quiere quedarse con todo el mérito. “Esto también es de González”, avisa. “Ahora el objetivo del club es no bajar. Debe crecer como institución y tiene todos los elementos para eso. Además hay que trabajar con las inferiores”, señaló el profesor de matemáticas. A Dip, al principio, no le cerraban los números pero terminó encontrando la solución del problema.

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