Escaso interés de agricultores en hacer maíz

16 Enero 2015
Cuando enero empieza a terminar, en general, los productores de maíz ya sembraron o están terminando de sembrar el cereal estival, no sólo para lograr rendimientos adecuados y rentabilidad, sino para cumplir con rotaciones de cultivos que den sustentabilidad a los sistemas productivos de granos del NOA. Esto se da en años normales en cuanto a las condiciones ambientales y bajo una política agropecuaria confiable en el tiempo, algo que desde hace varios años no sucede en los últimos gobiernos nacionales. Hoy, la toma de decisión de realizar maíz está casi a un lado, debido a que los números no cierran y es muy grande el endeudamiento que deben afrontar.

Ahora, y a pesar de que los productores y técnicos que están dedicados a la actividad hablan de la necesidad de rotar, las recomendaciones que se dan y que se escuchan en el medio es que debe decidirse a sembrar este cultivo, teniendo en cuenta los parámetros necesarios, no se realizará por lo afirmado líneas arriba.

Ante todo, el productor de granos, y especialmente el propietario, son conscientes que el recurso suelo es finito y que si no se lo maneja adecuadamente entra en un proceso de degradación muy difícil de parar y aún de cambiarlo.

Es por ello que el manejo adecuado de la rotación de cultivo empieza y debe tener un papel fundamental a la hora de sembrar un cultivo que rote adecuadamente con la soja. Por suerte el productor dispone de herramientas como la siembra directa, la biotecnología y la fertilización bien balanceada, que ayudan de sobre manera a mantener en una adecuada fertilidad los suelos de muchas zonas, sobre todo de nuestra zona productora de granos.

Sabemos que el NOA y Tucumán tienen suelos que van desde una alta fertilidad a suelos con baja fertilidad de acuerdo, principalmente, a la zona en que se encuentran y a la forma en que fue manejado.

Por desgracia para los suelos, desde el aspecto de los resultados económicos observados rápidamente, señalan a la soja como la vedette de los cultivos de granos y se lleva generalmente valores cercanos al 90 % del área cultivada, como cultivo estival, en las zonas aptas y no tan aptas. Hoy, vemos que el comportamiento de precios en la soja no hace más que pensar en que nuevamente será el cultivo principal a la hora de la toma de decisiones, pero por desgracia este comportamiento no se nota en el maíz.

Lo que todavía falta en el ámbito granario nacional es volver a generar confianza en el productor, porque la campaña pasada no fue nada buena y el agricultor carece de liquidez.

Rotación y resultados

Según un estudio realizado por el INTA Manfredi, desde 1995 a 2000, indica que una rotación bien balanceada obtuvo un margen bruto superior a un 6%, con respeto al monocultivo de la soja en la zona de influencia de esta estación experimental.

Es por ello que no solo debe pensarse en el rédito económico que brinda el maíz cosechado, sino la ventaja económica que trae al predecesor, al brindar al suelo y ambiente las ventajas de la rotación.

En maíz, se cuenta en el mercado nacional con la incorporación de nuevas tecnologías, a las que el productor argentino siempre espera atento, lo que nos permite mantenernos a la vanguardia a nivel mundial, al usar y asimilar rápidamente su uso.

Es cierto que los precios y los rendimientos del maíz y del sorgo todavía no tienen ni alcanzan el nivel que tiene el inmediato retorno de una cosecha de soja.

La siembra de gramíneas estivales puede tener otro destino que no sea su venta directa a acopio, y que sea dirigida a la transformación de otros productos de más valor agregado, como por ejemplo la producción de carne de diferente tipo.

Además, en zonas como nuestra región sembrar maíz bajo las actuales condiciones no es para nada atractivo, sino todo lo contrario, por lo que es bueno diferenciar de alguna manera a nuestra región para una producción tan importante para la sustentabilidad. Lo fundamental es que la rotación colabora en mejorar las aptitudes físicas y químicas de los suelos, y a mejorar la actividad microbiológica del mismo y, sobre todo, ayuda a cortar los ciclos de plagas, enfermedades y malezas que son muy perjudiciales para el monocultivo de soja.

Lo cierto es que, a la fecha, por lo visto, el productor ya se decidió por no sembrar maíz o sorgo para cumplir con un plan de rotaciones adecuado que ayude al sistema productivo de nuestra zona.

Por lo visto, este año, el productor buscará arriesgarse lo menos posible, arrastrado por las actuales condiciones políticas en materia agropecuaria, buscando un resultado inmediato y sin mirar el futuro, o dedicar un porcentaje de su explotación a realizar una adecuada rotación de cultivo que le permita avizorar en una forma más segura el futuro de sus tierras y de su explotación.

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