“Esto es tierra de nadie”

Fernando Ríos Kissner - Gestor cultural.

28 Enero 2015
La política oficial sobre sitios arqueológicos es la siguiente: ¡bienvenidos señoras y señores, esto es tierra de nadie! Recorrí en mi vida decenas de sitios arqueológicos por toda América Latina; pude ver excavaciones como las de Sipán, en Perú, donde a los fines de preservar la zona el sitio fue sencillamente militarizado. Ese es el celo con el cual los peruanos guardan en la actualidad su pasado. En Copán (Honduras), un grupo de arqueólogos me comentó que su principal preocupación, ante un presupuesto exiguo, era preservar, preservar, preservar…

En el Callejón de Conchunos, situado en el corazón de Perú, considerado uno de los primeros centros panandinos de adoración, pude conocer el Lanzón de Chavin, una huaca de veneración; recuerdo mi emoción al ver, en esa piedra, nuestros menhires. Pude plantearme la idea de culturas confluyentes y reconsederar la importancia que entonces tuvieron aquellas talladas por nuestra cultura Tafí.

¿Que decir en este contexto sobre la denuncia oportuna de LA GACETA? Sentimientos de impotencia, desazón, indignación nos invaden mientras nos preguntamos: ¿la custodia de unos de los sitios arqueológicos más importantes del país recae en el delegado comunal? Si Tucumán, en su pequeño territorio, posee uno los yacimientos arqueológicos más importantes del país como la Ciudad de Quilmes, Parque de los Menhires, La Ciudacita, Fuerte Quemado, etcétera, ¿cómo es posible que no exista al día de hoy una política de estado sobre preservación, estudio, explotación turística responsable y profesional integrada a los intereses de los pueblos originarios?

Y frente a estas preguntas y otras seguramente más inteligentes, solo tenemos decenas de funcionarios haciendo cola para contestarnos:

¿Yo, señor? ¡No señor!

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