09 Febrero 2015
TAPADOS. Afiches de una película y de un festival quedaron sepultados. la gaceta / foto de inés quinteros orio
Los afiches anunciando el estreno de una película y los de un festival tradicional quedaron sepultados bajo las sonrisas de Domingo Amaya y Germán Alfaro y los nombres de Juan Manzur, Osvaldo Jaldo y Daniel Scioli. A las pocas horas, otros carteles anónimos se estamparon sobre los de los precandidatos: “Espacio robado. Más corrupción”.
Si bien en un principio dirigentes especularon con que se trataba de una nueva y temprana “guerra de afiches”, los autores reales lejos están de ser precandidatos. Roxana Sella, directora de la agencia publicitaria Jake Mate, reveló a LA GACETA que implementaron la iniciativa para “escrachar” a los dirigentes que perjudican campañas relacionadas con la actividad privada.
La idea fue de un grupo de cinco empresas provinciales y nacionales y de alquiler de espacios en la vía pública.
“Venimos intentando disuadir a los políticos de diferentes formas. Hablamos y les pedimos que por favor que no lo hagan. También les ofrecimos buenos precios para que compren sus espacios y no molesten a otros. No hubo caso con la cartelería de Amaya y Manzur. Taparon todo. Para hacer la denuncia tenemos que contratar un escribano y demorará bastante. El daño ya está hecho”, se quejó la publicista especializada en marketing político.
Sella relató que las pérdidas que suman semana a semana son invaluables debido a que se perdieron clientes y se arruinaron campañas. “Entre las afectadas hay empresas nacionales, pero también pymes. Y cuando a estas últimas les ocurre es tremendo porque el costo de publicitar es altísimo para ellos. Una campaña mínima efectiva, entre impresión y exhibición, insume entre $12.000 y $15.000”, lamentó la joven. Estimó que en las últimas semanas, los carteles proselitistas cubrieron hasta el 80% de campañas privadas.
Relató que por los costos, en general, se imprime la cantidad justa de afiches. De todas maneras, en algunos casos pudieron reponer con sobrantes, que fueron tapados nuevamente. “Después que salió la imagen en LA GACETA la gente de Amaya no volvió a pegar y hasta se disculparon. En el caso de la de Manzur, al contrario, pegaron más”, comentó. Sella subrayó que las pegatinas políticas comenzaron con más anticipación que en años electorales anteriores. “Aconsejamos a nuestros clientes a veces no hacer nada en agosto o octubre. Siempre nos pasa, pero la vía pública es fundamental para cualquier expresión publicitaria”, concluyó.
Si bien en un principio dirigentes especularon con que se trataba de una nueva y temprana “guerra de afiches”, los autores reales lejos están de ser precandidatos. Roxana Sella, directora de la agencia publicitaria Jake Mate, reveló a LA GACETA que implementaron la iniciativa para “escrachar” a los dirigentes que perjudican campañas relacionadas con la actividad privada.
La idea fue de un grupo de cinco empresas provinciales y nacionales y de alquiler de espacios en la vía pública.
“Venimos intentando disuadir a los políticos de diferentes formas. Hablamos y les pedimos que por favor que no lo hagan. También les ofrecimos buenos precios para que compren sus espacios y no molesten a otros. No hubo caso con la cartelería de Amaya y Manzur. Taparon todo. Para hacer la denuncia tenemos que contratar un escribano y demorará bastante. El daño ya está hecho”, se quejó la publicista especializada en marketing político.
Sella relató que las pérdidas que suman semana a semana son invaluables debido a que se perdieron clientes y se arruinaron campañas. “Entre las afectadas hay empresas nacionales, pero también pymes. Y cuando a estas últimas les ocurre es tremendo porque el costo de publicitar es altísimo para ellos. Una campaña mínima efectiva, entre impresión y exhibición, insume entre $12.000 y $15.000”, lamentó la joven. Estimó que en las últimas semanas, los carteles proselitistas cubrieron hasta el 80% de campañas privadas.
Relató que por los costos, en general, se imprime la cantidad justa de afiches. De todas maneras, en algunos casos pudieron reponer con sobrantes, que fueron tapados nuevamente. “Después que salió la imagen en LA GACETA la gente de Amaya no volvió a pegar y hasta se disculparon. En el caso de la de Manzur, al contrario, pegaron más”, comentó. Sella subrayó que las pegatinas políticas comenzaron con más anticipación que en años electorales anteriores. “Aconsejamos a nuestros clientes a veces no hacer nada en agosto o octubre. Siempre nos pasa, pero la vía pública es fundamental para cualquier expresión publicitaria”, concluyó.