09 Marzo 2015
PROPORCIONES MEDIDAS. El artista resuelve su comprometida obra con el 80% de ingenio y el 20% de producción.
La obra de Pablo Guiot nunca provoca indiferencia: más allá de sus cualidades artísticas, genera reflexiones, y por supuesto, la recurrente pregunta de si eso que está ante nosotros es o no arte. Guiot es uno de los tucumanos que mayor presencia mantiene en el circuito de Buenos Aires. El sábado presentará su nueva propuesta -“Mesa de negocios”- en El Pasaje (pasaje 1° de Noviembre 1.312), a la que calificó como un happening. De esa iniciativa habló el tucumano con LA GACETA.
- ¿Cuánto de ingenio y cuánto de realización hay en tu trabajo?
- Entendiendo el ingenio como las ideas que circulan alrededor de cada obra (no siempre es ingenio, a veces es un especie de desorden mental), y entendiendo la producción como la confección de cada pieza artística, me arriesgaría a decir que la proporción es 80 % ingenio y 20 % producción.
- ¿Cómo crees que debe ser la actividad artística?
- No creo que haya un protocolo sobre el deber ser de la actividad artística; cada artista actúa según su necesidad, sus objetivos, y en base a una serie de condiciones que le ofrece el entorno. Creo que sobre la base del talento y de lo genuino se pueden elegir varios caminos. Últimamente trato de no disociar lo que pienso y lo que hago. Cada obra es una mixtura de ambas cosas. Hay artistas que trabajan más con el ingenio, mientras que otros lo hacen más con la producción, y algunos buscan un equilibrio.
-¿Te considerás un conceptualista duro?
- Primero debería dar por sobreentendido que me considero un conceptualista. Creo que gran parte del arte contemporáneo está atravesado por el conceptualismo, o en todo caso toma de este movimiento histórico algunos principios que son aplicados para ejercicios de reflexión en torno a la obra. Muchas veces ese pensamiento orbita alrededor de la obra, y otras veces el pensamiento se vuelve obra. En todo caso, si debo afiliarme a algún “ismo”, sería un conceptualista cálido. Muchas veces apelo al humor, siempre me pareció una forma amigable y al mismo tiempo profunda de presentar una idea en público.
- Dibujar, pintar, acciones, ¿que te satisface más?
- Tengo un cariño especial por el dibujo. Es la forma más rápida que una idea sale de mi cabeza en forma de imagen. Me gusta la simpleza y economía de ese lenguaje, que sobrevive desde la época de las cavernas hasta estos días, a pesar de que estemos en una época hipertecnológica.
- Contanos cómo será “Mesa de negocios”.
- “Mesa de negocios” consiste en una instalación interactiva donde el público presente podrá obtener una obra mía, a cambio de colaborar en el orden de mi carpeta de antecedentes. Para eso, habrá en las paredes dibujos colgados como en una exhibición tradicional, y en el centro una mesa con catálogos, recortes de prensa y certificados. Me interesa trabajar la exposición como pretexto para generar un encuentro, un espacio de mutua cooperación. A la vez intento ensayar formas alternativas al idealizado circuito mercantilista del arte. Habrá una sección llamada “Clasificados” donde mediante una convocatoria previa se desarrollará una acción en vivo en la que una persona (también a cambio de un dibujo) brindará un servicio a otra que lo necesite: una clase de inglés o la reparación de un celular, por ejemplo. Este proyecto fue pensado específicamente para El Pasaje, que es un lugar para el arte, con gestión independiente, fuera del radio céntrico, y que pone en su perfil, un fuerte acento en el aspecto social del arte.
- ¿Cuánto de ingenio y cuánto de realización hay en tu trabajo?
- Entendiendo el ingenio como las ideas que circulan alrededor de cada obra (no siempre es ingenio, a veces es un especie de desorden mental), y entendiendo la producción como la confección de cada pieza artística, me arriesgaría a decir que la proporción es 80 % ingenio y 20 % producción.
- ¿Cómo crees que debe ser la actividad artística?
- No creo que haya un protocolo sobre el deber ser de la actividad artística; cada artista actúa según su necesidad, sus objetivos, y en base a una serie de condiciones que le ofrece el entorno. Creo que sobre la base del talento y de lo genuino se pueden elegir varios caminos. Últimamente trato de no disociar lo que pienso y lo que hago. Cada obra es una mixtura de ambas cosas. Hay artistas que trabajan más con el ingenio, mientras que otros lo hacen más con la producción, y algunos buscan un equilibrio.
-¿Te considerás un conceptualista duro?
- Primero debería dar por sobreentendido que me considero un conceptualista. Creo que gran parte del arte contemporáneo está atravesado por el conceptualismo, o en todo caso toma de este movimiento histórico algunos principios que son aplicados para ejercicios de reflexión en torno a la obra. Muchas veces ese pensamiento orbita alrededor de la obra, y otras veces el pensamiento se vuelve obra. En todo caso, si debo afiliarme a algún “ismo”, sería un conceptualista cálido. Muchas veces apelo al humor, siempre me pareció una forma amigable y al mismo tiempo profunda de presentar una idea en público.
- Dibujar, pintar, acciones, ¿que te satisface más?
- Tengo un cariño especial por el dibujo. Es la forma más rápida que una idea sale de mi cabeza en forma de imagen. Me gusta la simpleza y economía de ese lenguaje, que sobrevive desde la época de las cavernas hasta estos días, a pesar de que estemos en una época hipertecnológica.
- Contanos cómo será “Mesa de negocios”.
- “Mesa de negocios” consiste en una instalación interactiva donde el público presente podrá obtener una obra mía, a cambio de colaborar en el orden de mi carpeta de antecedentes. Para eso, habrá en las paredes dibujos colgados como en una exhibición tradicional, y en el centro una mesa con catálogos, recortes de prensa y certificados. Me interesa trabajar la exposición como pretexto para generar un encuentro, un espacio de mutua cooperación. A la vez intento ensayar formas alternativas al idealizado circuito mercantilista del arte. Habrá una sección llamada “Clasificados” donde mediante una convocatoria previa se desarrollará una acción en vivo en la que una persona (también a cambio de un dibujo) brindará un servicio a otra que lo necesite: una clase de inglés o la reparación de un celular, por ejemplo. Este proyecto fue pensado específicamente para El Pasaje, que es un lugar para el arte, con gestión independiente, fuera del radio céntrico, y que pone en su perfil, un fuerte acento en el aspecto social del arte.
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