10 Marzo 2015
CONSECUENCIA. La intensidad de las tormentas impide el drenaje de los suelos, por lo que numerosas plantaciones acumulan agua en su interior. la gaceta / foto de osvaldo ripoll
Además de anegar poblaciones, los fuertes temporales que, por estos días castigan a Tucumán, también inundaron campos en gran parte de la zona productiva. Esta situación afecta el crecimiento de cultivos que están en desarrollo, en particular de papa otoñal y de granos, entre otros. Según fuentes de las agroindustrias, hay campos inundados en el noreste y en el sur de la provincia. A este escenario se suman los daños registrados en parte de la infraestructura vial que utilizan los hombres de campo para ingresar a sus plantaciones y para retirar la producción. Este problema preocupa al sector productivo, cuando faltan dos meses para el inicio de la zafra azucarera y de la producción citrícola.
El ingeniero del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), Néstor Zamudio, aseguró que el exceso de lluvia no benefició a los productores tucumanos, porque hay muchos suelos saturados de agua, sin drenaje, en zonas productivas del norte, del sur y del pedemonte. Según el especialista, en Taco Ralo (ubicado en el departamento de Graneros) y hacia el oeste de La Cocha hay plantaciones de papa otoñal que, a causa de las intensas tormentas, ahora presentan dificultades. “Los productores no pueden preparar el suelo para continuar con este cultivo, porque el agua provocó un efecto de arrastre”, explicó.
Por otro lado, advirtió sobre la necesidad de que el Gobierno provincial, con la ayuda de Vialidad, ingrese con máquinas a los campos inundados y abra canales que permitan escurrir el agua estancada. “Así se podrá evacuar el agua hacia causes naturales”, observó Zamudio. Además, advirtió que las tormentas, que comenzaron a fines de febrero, afectaron parte de la infraestructura vial que utilizan los productores para trabajar en las plantaciones. “En zonas del sur tucumano hay caminos paralelos a las rutas y puentes que resultaron afectados. También sucede lo mismo en la zona central y en áreas del pedemonte tucumano. Si las vías de transporte no se reparan cuanto antes, podría verse afectado el inicio de la producción de caña de azúcar y de cítricos, las dos principales actividades de la provincia. Esta tarea es responsabilidad del Estado”, subrayó el ingeniero del INTA.
Riesgo de pérdidas
Los cultivos de granos también están afectados por las precipitaciones. El titular de la Sociedad Rural de Tucumán (SRT), Sebastián Robles Terán, indicó que áreas productivas del sur y del norte de la provincia están anegadas, es decir con agua estancada en los campos. “Son extensiones medianas y grandes, de entre cuatro y cinco hectáreas, localizadas principalmente en el sur de Tucumán y en Burruyacu”, puntualizó.
Por otro lado, explicó que también hay suelos productivos que, en su interior, están saturados de agua. “Este problema impide que los productores lleven a cabo tareas específicas, como la pulverización. En el futuro, esto podría repercutir en los cultivos”, advirtió. El directivo también precisó que hay campos inundados, cuyas aguas logran escurrir hacia causes naturales. “Esta situación se ha generalizado en el sur. El problema en estos casos es que el agua hace zanjas en los campos y deja barro o ripio”, describió.
Robles Terán remarcó que las intensas lluvias generaron situaciones de diferentes magnitudes en el área productora de granos, pero aclaró que aún no se puede medir la gravedad de los daños. “Habrá que esperar para saber si hubo pérdidas de cultivos”, subrayó. Por último, consideró que la reparación de las rutas y de los caminos rurales dañados por los temporales es fundamental para normalizar la actividad productiva en la provincia.
El ingeniero del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), Néstor Zamudio, aseguró que el exceso de lluvia no benefició a los productores tucumanos, porque hay muchos suelos saturados de agua, sin drenaje, en zonas productivas del norte, del sur y del pedemonte. Según el especialista, en Taco Ralo (ubicado en el departamento de Graneros) y hacia el oeste de La Cocha hay plantaciones de papa otoñal que, a causa de las intensas tormentas, ahora presentan dificultades. “Los productores no pueden preparar el suelo para continuar con este cultivo, porque el agua provocó un efecto de arrastre”, explicó.
Por otro lado, advirtió sobre la necesidad de que el Gobierno provincial, con la ayuda de Vialidad, ingrese con máquinas a los campos inundados y abra canales que permitan escurrir el agua estancada. “Así se podrá evacuar el agua hacia causes naturales”, observó Zamudio. Además, advirtió que las tormentas, que comenzaron a fines de febrero, afectaron parte de la infraestructura vial que utilizan los productores para trabajar en las plantaciones. “En zonas del sur tucumano hay caminos paralelos a las rutas y puentes que resultaron afectados. También sucede lo mismo en la zona central y en áreas del pedemonte tucumano. Si las vías de transporte no se reparan cuanto antes, podría verse afectado el inicio de la producción de caña de azúcar y de cítricos, las dos principales actividades de la provincia. Esta tarea es responsabilidad del Estado”, subrayó el ingeniero del INTA.
Riesgo de pérdidas
Los cultivos de granos también están afectados por las precipitaciones. El titular de la Sociedad Rural de Tucumán (SRT), Sebastián Robles Terán, indicó que áreas productivas del sur y del norte de la provincia están anegadas, es decir con agua estancada en los campos. “Son extensiones medianas y grandes, de entre cuatro y cinco hectáreas, localizadas principalmente en el sur de Tucumán y en Burruyacu”, puntualizó.
Por otro lado, explicó que también hay suelos productivos que, en su interior, están saturados de agua. “Este problema impide que los productores lleven a cabo tareas específicas, como la pulverización. En el futuro, esto podría repercutir en los cultivos”, advirtió. El directivo también precisó que hay campos inundados, cuyas aguas logran escurrir hacia causes naturales. “Esta situación se ha generalizado en el sur. El problema en estos casos es que el agua hace zanjas en los campos y deja barro o ripio”, describió.
Robles Terán remarcó que las intensas lluvias generaron situaciones de diferentes magnitudes en el área productora de granos, pero aclaró que aún no se puede medir la gravedad de los daños. “Habrá que esperar para saber si hubo pérdidas de cultivos”, subrayó. Por último, consideró que la reparación de las rutas y de los caminos rurales dañados por los temporales es fundamental para normalizar la actividad productiva en la provincia.