25 Marzo 2015
ARMADOS. Los ladrones ingresaron al “drugstore” a cara descubierta. captura de video
A pesar de que los ladrones intentaron pasar desapercibidos, ocultando sus armas a la vista de los transeúntes, no se habrían percatado de que en el drugstore había cámaras de seguridad que registraron todos sus movimientos. El asalto ocurrió en un local de avenida Avellaneda al 500, entre Haití y Honduras, según relató el administrador del negocio, Francisco Gramajo Feijoó.
El drugstore se encuentra al lado de una obra en construcción. “Llegó una moto Honda CG Titán negra con dos hombres, que se detiene de golpe en la puerta del negocio. Se quedaron esperando un minuto aproximadamente hasta que llegó otra moto, que era una Yamaha Crypton azul”, describió Gramajo Feijoó. Esa secuencia habría sido captada por la cámara de un bar que está casi al lado del drugstore, al lado de la obra en construcción.
Los tres ladrones ingresaron cuando en el local estaba la empleada, Noelia, atendiendo a una clienta y a su pequeño hijo. A cara descubierta (dos de ellos estaban armados) les dijeron que se trataba de un asalto y que se quedaran quietos.
Un ladrón de remera azul mangas largas y chaleco negro se quedó con la clienta y su hijo, cerca de la puerta, dando la espalda a la vereda para ocultar que tenía un arma. Un segundo asaltante, que tenía puesta una gorra, comienza a revisar el bolso de la clienta y a exigirle que le entregue collares, anillos, pulseras, el dinero y el teléfono celular.
Toda la secuencia quedó registrada por la cámara de seguridad. El tercer delincuente cruzó el mostrador y revisó la caja registradora y otros lugares en los que podría haber dinero oculto. El pequeño hijo de la clienta observó en silencio toda la escena.
A los empleados del bar que está casi al lado del local les había parecido sospechoso la actitud de los motociclistas que habían entrado al drugstore. Por eso se acercó Osvaldo, uno de los empleados, y desde la vereda le preguntó a Noelia si estaba todo en orden. Gramajo Feijoó contó que la empleada no le contestó, por lo que Osvaldo estaba por volver al bar para avisarles a sus compañeros cuando uno de los asaltantes salió, y disimuladamente le puso el arma en la cintura para obligarlo a entrar al negocio. Allí le quitaron los $ 20 que tenía en el bolsillo y su teléfono celular.
En la secuencia del robo puede verse el momento en el que uno de los ladrones abre un paquete de snacks, lo abre y se lo entrega al pequeño. Luego, los tres asaltantes escapan. Gramajo Feijoó estimó que el botín que se llevaron superaba los $ 18.000. En todo momento puede verse que en la calle hay varios transeúntes, pero ninguno parece percatarse de lo que pasa adentro del local. La causa está en la fiscalía de Instrucción de la VI° Nominación, a cargo de Adriana Reinoso Cuello, pero hasta ayer ningún policía se había acercado a pedir los videos ni a tomar declaración a las víctimas.
El drugstore se encuentra al lado de una obra en construcción. “Llegó una moto Honda CG Titán negra con dos hombres, que se detiene de golpe en la puerta del negocio. Se quedaron esperando un minuto aproximadamente hasta que llegó otra moto, que era una Yamaha Crypton azul”, describió Gramajo Feijoó. Esa secuencia habría sido captada por la cámara de un bar que está casi al lado del drugstore, al lado de la obra en construcción.
Los tres ladrones ingresaron cuando en el local estaba la empleada, Noelia, atendiendo a una clienta y a su pequeño hijo. A cara descubierta (dos de ellos estaban armados) les dijeron que se trataba de un asalto y que se quedaran quietos.
Un ladrón de remera azul mangas largas y chaleco negro se quedó con la clienta y su hijo, cerca de la puerta, dando la espalda a la vereda para ocultar que tenía un arma. Un segundo asaltante, que tenía puesta una gorra, comienza a revisar el bolso de la clienta y a exigirle que le entregue collares, anillos, pulseras, el dinero y el teléfono celular.
Toda la secuencia quedó registrada por la cámara de seguridad. El tercer delincuente cruzó el mostrador y revisó la caja registradora y otros lugares en los que podría haber dinero oculto. El pequeño hijo de la clienta observó en silencio toda la escena.
A los empleados del bar que está casi al lado del local les había parecido sospechoso la actitud de los motociclistas que habían entrado al drugstore. Por eso se acercó Osvaldo, uno de los empleados, y desde la vereda le preguntó a Noelia si estaba todo en orden. Gramajo Feijoó contó que la empleada no le contestó, por lo que Osvaldo estaba por volver al bar para avisarles a sus compañeros cuando uno de los asaltantes salió, y disimuladamente le puso el arma en la cintura para obligarlo a entrar al negocio. Allí le quitaron los $ 20 que tenía en el bolsillo y su teléfono celular.
En la secuencia del robo puede verse el momento en el que uno de los ladrones abre un paquete de snacks, lo abre y se lo entrega al pequeño. Luego, los tres asaltantes escapan. Gramajo Feijoó estimó que el botín que se llevaron superaba los $ 18.000. En todo momento puede verse que en la calle hay varios transeúntes, pero ninguno parece percatarse de lo que pasa adentro del local. La causa está en la fiscalía de Instrucción de la VI° Nominación, a cargo de Adriana Reinoso Cuello, pero hasta ayer ningún policía se había acercado a pedir los videos ni a tomar declaración a las víctimas.