10 Abril 2015
Obama le baja el tono a la disputa que mantiene con el gobierno de Venezuela
Asegura que el país sudamericano no representa una amenaza para los Estados Unidos, y viceversa. El presidente dijo que las sanciones que anunció van dirigidas a disuadir la violación de derechos humanos y la corrupción. El encuentro regional se iniciará hoy
EN VIAJE. La primera ministro de Jamaica, Portia Simpson-Miller, bromea con Obama, en la capital, Kingston. reuters
WASHINGTON.- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, volvió a bajarle el tono a la polémica con el gobierno de Nicolás Maduro, en vísperas de la Cumbre de las Américas, al señalar que “no creemos que Venezuela sea una amenaza para Estados Unidos y Estados Unidos no es una amenaza para el gobierno de Venezuela”.
El mandatario estadounidense dialogó con la prensa poco antes de viajar hacia Panamá donde participará hoy y mañana en la VII Cumbre de las Américas. Allí señaló que ni su país ni el continente deben “mantener silencio” ante la situación en Venezuela, que, a su juicio, se enfrenta a “retos enormes” y con cuyo Gobierno, Washington sigue abierto al “diálogo directo”.
En ese contexto, el mandatario volvió a bajarle el tono al decreto que firmó el 9 de marzo último, en el que califica a Venezuela como “una amenaza” para la seguridad de los Estados Unidos y que, a la vez, aplica sanciones económicas a funcionarios del gobierno de Maduro.
“Seguimos muy preocupados por cómo el Gobierno venezolano sigue esforzándose por intimidar a sus adversarios políticos, incluido el arresto y acusación por cargos políticos de funcionarios electos, y la erosión continua de los derechos humanos”, añadió Obama,
Explicó que las sanciones que anunció en marzo “iban dirigidas a disuadir la violación de derechos humanos y la corrupción” en Venezuela. Esas sanciones, aseguró el mandatario estadounidense, son contra las personas “responsables de perseguir a los adversarios políticos, restringir la libertad de prensa, usar la violencia y de detenciones y arrestos arbitrarios”.
Pero aclaró que “estas sanciones no quieren socavar al Gobierno venezolano ni promover la inestabilidad en Venezuela”.
Luego de la tensión generada por esta decisión de Washington, que alineó en el rechazo a todos los países de América Latina, ambos gobiernos dieron pasos para rebajar las tensiones en vísperas de la Cumbre de Panamá.
Primero hubo una explicación de Estados Unidos, que fue aceptada por Maduro en un discurso, y luego la canciller Delcy Rodríguez recibió en Caracas al alto consejero del Departamento de Estado Thomas Shannon.
Fue el encuentro bilateral de más alto nivel en años y, según la Cancillería venezolana, Rodríguez ratificó a Shannon la “exigencia” de que sea derogada la orden ejecutiva emitida por Obama en marzo.
“Quiero hablar claro. Nuestro interés principal y duradero es en una Venezuela que sea próspera, estable, democrática y segura. Queremos que el pueblo venezolano triunfe y prospere”, planteó Obama.
En esta línea, destacó que Estados Unidos es el mayor socio comercial de Venezuela, con un comercio bilateral de más de U$S 40.000 millones al año, y que existen “conexiones muy profundas y duraderas” entre los ciudadanos de ambos países.
“Creo firmemente en el compromiso diplomático, y Estados Unidos sigue abierto al diálogo directo con el Gobierno venezolano para discutir cualquier tema de interés mutuo”, sostuvo Obama.
A su juicio, el “diálogo interno” para encontrar una “solución política a las divisiones que fragmentan a la sociedad venezolana” es el “mejor camino” para Venezuela, un país que “se enfrenta a retos enormes en estos momentos”.
“Seguiremos trabajando de cerca con otros en la región para alentar al Gobierno venezolano a llevar a cabo su compromiso de promover y defender la democracia”, prometió el presidente.
Según Obama, la Cumbre de Panamá es un “momento importante” para que todos los líderes de la región reafirmen su compromiso con los “principios y valores” de la Carta Democrática Interamericana.
Presidentes y representantes de 35 estados asistirán entre hoy y mañana a la nueva edición de la Cumbre de las Américas, que ya se ha ganado con estricta justicia el calificativo de histórica, en razón de que Cuba participará por primera vez del encuentro que siempre lideró EEUU bajo la protección de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Los ejes del encuentro son el combate a la pobreza, los aumentos de cooperación en varios campos -salud, educación, seguridad- y el fortalecimiento de la gobernabilidad democrática y la participación ciudadana, pero está claro que un probable encuentro cara a cara entre Obama y el presidente cubano, Raúl Castro, sería la cumbre de la Cumbre. (Télam-especial)
El mandatario estadounidense dialogó con la prensa poco antes de viajar hacia Panamá donde participará hoy y mañana en la VII Cumbre de las Américas. Allí señaló que ni su país ni el continente deben “mantener silencio” ante la situación en Venezuela, que, a su juicio, se enfrenta a “retos enormes” y con cuyo Gobierno, Washington sigue abierto al “diálogo directo”.
En ese contexto, el mandatario volvió a bajarle el tono al decreto que firmó el 9 de marzo último, en el que califica a Venezuela como “una amenaza” para la seguridad de los Estados Unidos y que, a la vez, aplica sanciones económicas a funcionarios del gobierno de Maduro.
“Seguimos muy preocupados por cómo el Gobierno venezolano sigue esforzándose por intimidar a sus adversarios políticos, incluido el arresto y acusación por cargos políticos de funcionarios electos, y la erosión continua de los derechos humanos”, añadió Obama,
Explicó que las sanciones que anunció en marzo “iban dirigidas a disuadir la violación de derechos humanos y la corrupción” en Venezuela. Esas sanciones, aseguró el mandatario estadounidense, son contra las personas “responsables de perseguir a los adversarios políticos, restringir la libertad de prensa, usar la violencia y de detenciones y arrestos arbitrarios”.
Pero aclaró que “estas sanciones no quieren socavar al Gobierno venezolano ni promover la inestabilidad en Venezuela”.
Luego de la tensión generada por esta decisión de Washington, que alineó en el rechazo a todos los países de América Latina, ambos gobiernos dieron pasos para rebajar las tensiones en vísperas de la Cumbre de Panamá.
Primero hubo una explicación de Estados Unidos, que fue aceptada por Maduro en un discurso, y luego la canciller Delcy Rodríguez recibió en Caracas al alto consejero del Departamento de Estado Thomas Shannon.
Fue el encuentro bilateral de más alto nivel en años y, según la Cancillería venezolana, Rodríguez ratificó a Shannon la “exigencia” de que sea derogada la orden ejecutiva emitida por Obama en marzo.
“Quiero hablar claro. Nuestro interés principal y duradero es en una Venezuela que sea próspera, estable, democrática y segura. Queremos que el pueblo venezolano triunfe y prospere”, planteó Obama.
En esta línea, destacó que Estados Unidos es el mayor socio comercial de Venezuela, con un comercio bilateral de más de U$S 40.000 millones al año, y que existen “conexiones muy profundas y duraderas” entre los ciudadanos de ambos países.
“Creo firmemente en el compromiso diplomático, y Estados Unidos sigue abierto al diálogo directo con el Gobierno venezolano para discutir cualquier tema de interés mutuo”, sostuvo Obama.
A su juicio, el “diálogo interno” para encontrar una “solución política a las divisiones que fragmentan a la sociedad venezolana” es el “mejor camino” para Venezuela, un país que “se enfrenta a retos enormes en estos momentos”.
“Seguiremos trabajando de cerca con otros en la región para alentar al Gobierno venezolano a llevar a cabo su compromiso de promover y defender la democracia”, prometió el presidente.
Según Obama, la Cumbre de Panamá es un “momento importante” para que todos los líderes de la región reafirmen su compromiso con los “principios y valores” de la Carta Democrática Interamericana.
Presidentes y representantes de 35 estados asistirán entre hoy y mañana a la nueva edición de la Cumbre de las Américas, que ya se ha ganado con estricta justicia el calificativo de histórica, en razón de que Cuba participará por primera vez del encuentro que siempre lideró EEUU bajo la protección de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Los ejes del encuentro son el combate a la pobreza, los aumentos de cooperación en varios campos -salud, educación, seguridad- y el fortalecimiento de la gobernabilidad democrática y la participación ciudadana, pero está claro que un probable encuentro cara a cara entre Obama y el presidente cubano, Raúl Castro, sería la cumbre de la Cumbre. (Télam-especial)