La batalla por el tercer senador

La Constitución de 1994 protegía el derecho de FR a designar el sucesor de Almirón. Walter chocó con el rechazo legislativo del PJ y la UCR. El voto popular le dio la banca

La batalla por el tercer senador
Entre el 17 de diciembre de 1999 y el 10 de diciembre de 2001, la banca senatorial de la minoría por Tucumán permaneció vacante, a raíz de la muerte de Carlos Almirón. Fuerza Republicana quedó fuera del Senado, pese a que una disposición transitoria de la Constitución de 1994 protegía su pretensión de reemplazarlo con un postulante propio. En el recinto legislativo, peronistas y radicales frustraron ese propósito en 2000 y 2001. Prevaleció el criterio político sobre el jurídico.

Como se sabe, la Legislatura votó por los radicales Miguel Mibelli y Armando Neri Santillán, para senador titular y para suplente. Una El 24 de mayo de 2000, Una convergencia de 14 peronistas y tres radicales avaló la lista radical

Sin dudas, Antonio Bussi emergía entonces como el principal obstáculo que tenía FR para recuperar el escaño. Su diploma había sido rechazado por la Cámara de Diputados de la Nación por su manifiesta inhabilidad moral y carencia de idoneidad constitucional.

A principios de junio, el diputado nacional Ricardo Bussi empezó a trajinar por el Senado en defensa de los intereses partidarios. Jorge Yoma (PJ), presidente de la comisión de Asuntos Constitucionales del cuerpo, le dijo que el planteo de Mibelli era de dudosa legalidad y de imposible cumplimiento. Pablo Walter, a la sazón aspirante a a senador suplente, polemizaba con el frente parlamentario local.

El caldero radical
Mientras el peronista Osvaldo Cirnigliaro hablaba de la violación de la Constitución, el bussista Walter aseguraba que se había montado un operativo de usurpación de la senaduría. En la UCR se agudizó la lucha interna. La junta de gobierno, en abierto enfrentamiento con la convención, avaló las acciones de Mibelli y objetó las maniobras de descabezamiento de la dirigencia provinciana.

Mario Courtade atacó al diputado nacional Alfredo Neme Scheij y al ex rector Rodolfo Campero por mentir en Buenos Aires para lograr la intervención del distrito .

El comité nacional del radicalismo presidido por Raúl Alfonsín, abordó finalmente el caso tucumano. La posición adoptada puede resumirse en tres pautas: a) la banca es de FR; b) Antonio Bussi es considerado inhábil para el cargo; c) la junta de gobierno tucumana violó la Constitución y la carta orgánica. En suma, Alfonsín le sacó tarjeta roja a Mibelli y a Bussi en un solo acto. A la intervención del partido, Mibelli la tildó de fascista y antidemocrática,

Gestión desesperada
El fundador de FR libraba una carrera contra el tiempo. Así Bussi entrevistó a Carlos Menem el 7 de junio para exponerle su aspiración de llegar a la Cámara Alta, pero el presidente derivó la cuestión al consejo del PJ Como tampoco había señales favorables de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Bussi anunció el 1 de julio que renunciaba a su proyecto senatorial. La convención de FR designó candidato a senador titular a Walter y a Jorge Barquet, suplente.

El pliego de Walter-Barquet fue tratado por la Legislatura en 2001. La comisión de Asuntos Constitucionales produjo un dictamen de rechazo y otro de aprobación el 28 de abril. Gerónimo Vargas Aignasse (PJ) insistió en que la banca era de la Alianza, en tanto Germán Alfaro (PJ) dijo que era de FR, rectificando su voto de mayo de 2000.

La cuestión se dirimió en la madrugada del 18 de mayo. En medio de una áspera discusión, la propuesta de Walter y Barquet fue rechazada por 17 a 14. Esa mayoría se integró con peronistas y radicales. FR quedó sin representante. Gracias al PJ, gritó enojado Miguel Brito. Tras el resultado, Walter denunció un acto de barbarie constitucional. No obstante, siguió luchando contra la corriente. El voto popular lo consagró senador por la minoría el 14 de octubre de 2001, y su mandato terminó en 2003.

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