19 Abril 2015
Julio Gerardo Valdez asegura que el fiscal Guillermo Herrera primero le dio la calidad de usurpado y, después, lo trató como usurpador. Siempre respecto del mismo fundo, una finca de 67 hectáreas ubicada en Leales y siempre respecto del mismo imputado-denunciante: Ángel “El Mono” Ale. “En la Justicia penal hay una asociación ilícita apoyada por el poder: cada vez resulta más difícil investigar. Es muy grave porque las mafias están enquistadas”, reflexiona.
El letrado Valdez está en LA GACETA por la denuncia penal que interpuso el Colegio de Abogados de la Capital contra los fiscales Alejandro Noguera y Herrera (X Nominación). El 31 de marzo pasado, Francisco García Posse, presidente de la entidad, dijo al fiscal Diego López Ávila (IV Nominación) que en las actuaciones de Herrera en “Jorrat”, “Valdez”, Rigourd”, “Teves” y “Albarracín” advertía el mismo patrón de conducta irregular. Ese modelo consistiría en la tramitación de denuncias relativas a conflictos entre particulares de evidente naturaleza civil, no penal; la hiperactividad de la fiscalía orientada más a la adopción y al requerimiento de medidas que no tienen relación con la investigación en sí sino que resultan actuaciones de coerción sobre el denunciado o querellado, y el cese abrupto del interés del fiscal una vez que los particulares llegaban a un acuerdo patrimonial
“Estoy luchando por mi finca desde hace más de cuatro años”, dice Valdez, que detalla que primero batalló contra la usurpación perpetrada por Horacio Graciano, mediante la interposición de una acción de amparo y de una denuncia que ingresa en la Fiscalía IX a cargo María de las Mercedes Carrizo. “Tanto en sede civil como en penal reconocen mis derechos y me devuelven el inmueble. Pero no pasan 10 días y vuelvo a ser víctima de una usurpación por parte de ‘El Mono’ Ale”, explica el letrado nacido 1965, que trabaja en la Defensoría del Pueblo.
Valdez recuerda que por esa época comienzan a aparecer noticias sobre “Jorrat”, causa emblemática en materia de usurpación donde sindicaban como autores de la apropiación de un predio ubicado en Los Pereyra a Daniel Felipe Jorrat y a Rubén “La Chancha”Ale (hermano de “El Mono”). “En esa investigación interviene Herrera y empiezo a ver signos de firmeza, como detenciones y pedidos de prisión preventiva. Decidido a morir peleando y como el modus operandi era el mismo, me presento con mi abogado Jorge Lobo Aragón en la Fiscalía X y hago la denuncia. Herrera primero me concede el rol de querellante y, luego, envía mi denuncia a la Fiscalía de Carrizo, que había actuado en la usurpación de Graciano. La investigación prosigue y termina con el pedido de elevación a juicio en contra del ‘El Mono’ por usurpación y amenazas agravadas por el uso de armas de fuego”, dice.
Valdez afirma que Ale apelaba, pero no conseguía frenar el juicio (que aún no fue celebrado). Y añade: “yo, un ‘don nadie’, lo estaba persiguiendo por una travesura. Por mi parte, retomo la iniciativa de desmontar y, cuando estaba en eso, me llega la citación de Herrera para declarar como imputado”. El abogado expresa que el fiscal le había imputado los delitos de usurpación de su finca de Leales y desobediencia judicial. “Ahí me doy con que, en una acción de reivindicación, Ale había pedido una medida de no innovar para que se me impida extraer especies arbóreas, etc’etera. Pero nunca le concedieron nada. Nunca”, enfatiza.
Entonces, según Valdez, comienza la lucha “contra Herrera y los Ale”: “pedimos la inhibición del fiscal porque no era imparcial, pero él hace oídos sordos y sigue. Pese a que había causas civiles, penales y administrativas abiertas, dispone una segunda citación, pero la dirige a mi papá, Julio César Valdez, que había fallecido en 1981. Tenía que constituirse en la Comisaría I° y, de ahí, ir a la Fiscalía X. Obviamente, planteamos la nulidad de esa citación. Un par de días después, aparecen dos policías para llevarme a declarar”.
Valdez relata que sabía que Herrera iba a encarcelarlo: “entonces interpongo un hábeas corpus. Y ese mismo día veo en la televisión que había un megaallanamiento en propiedades de los Ale en una causa por lavado de activos radicada en la Justicia Federal. Este hecho me salvó: Herrera, obviamente, ya no podía beneficiar a los Ale. Pero si, eso no ocurría, estoy seguro de que habría terminado detenido, como Roxana Teves y sus familiares”.
El letrado Valdez está en LA GACETA por la denuncia penal que interpuso el Colegio de Abogados de la Capital contra los fiscales Alejandro Noguera y Herrera (X Nominación). El 31 de marzo pasado, Francisco García Posse, presidente de la entidad, dijo al fiscal Diego López Ávila (IV Nominación) que en las actuaciones de Herrera en “Jorrat”, “Valdez”, Rigourd”, “Teves” y “Albarracín” advertía el mismo patrón de conducta irregular. Ese modelo consistiría en la tramitación de denuncias relativas a conflictos entre particulares de evidente naturaleza civil, no penal; la hiperactividad de la fiscalía orientada más a la adopción y al requerimiento de medidas que no tienen relación con la investigación en sí sino que resultan actuaciones de coerción sobre el denunciado o querellado, y el cese abrupto del interés del fiscal una vez que los particulares llegaban a un acuerdo patrimonial
“Estoy luchando por mi finca desde hace más de cuatro años”, dice Valdez, que detalla que primero batalló contra la usurpación perpetrada por Horacio Graciano, mediante la interposición de una acción de amparo y de una denuncia que ingresa en la Fiscalía IX a cargo María de las Mercedes Carrizo. “Tanto en sede civil como en penal reconocen mis derechos y me devuelven el inmueble. Pero no pasan 10 días y vuelvo a ser víctima de una usurpación por parte de ‘El Mono’ Ale”, explica el letrado nacido 1965, que trabaja en la Defensoría del Pueblo.
Valdez recuerda que por esa época comienzan a aparecer noticias sobre “Jorrat”, causa emblemática en materia de usurpación donde sindicaban como autores de la apropiación de un predio ubicado en Los Pereyra a Daniel Felipe Jorrat y a Rubén “La Chancha”Ale (hermano de “El Mono”). “En esa investigación interviene Herrera y empiezo a ver signos de firmeza, como detenciones y pedidos de prisión preventiva. Decidido a morir peleando y como el modus operandi era el mismo, me presento con mi abogado Jorge Lobo Aragón en la Fiscalía X y hago la denuncia. Herrera primero me concede el rol de querellante y, luego, envía mi denuncia a la Fiscalía de Carrizo, que había actuado en la usurpación de Graciano. La investigación prosigue y termina con el pedido de elevación a juicio en contra del ‘El Mono’ por usurpación y amenazas agravadas por el uso de armas de fuego”, dice.
Valdez afirma que Ale apelaba, pero no conseguía frenar el juicio (que aún no fue celebrado). Y añade: “yo, un ‘don nadie’, lo estaba persiguiendo por una travesura. Por mi parte, retomo la iniciativa de desmontar y, cuando estaba en eso, me llega la citación de Herrera para declarar como imputado”. El abogado expresa que el fiscal le había imputado los delitos de usurpación de su finca de Leales y desobediencia judicial. “Ahí me doy con que, en una acción de reivindicación, Ale había pedido una medida de no innovar para que se me impida extraer especies arbóreas, etc’etera. Pero nunca le concedieron nada. Nunca”, enfatiza.
Entonces, según Valdez, comienza la lucha “contra Herrera y los Ale”: “pedimos la inhibición del fiscal porque no era imparcial, pero él hace oídos sordos y sigue. Pese a que había causas civiles, penales y administrativas abiertas, dispone una segunda citación, pero la dirige a mi papá, Julio César Valdez, que había fallecido en 1981. Tenía que constituirse en la Comisaría I° y, de ahí, ir a la Fiscalía X. Obviamente, planteamos la nulidad de esa citación. Un par de días después, aparecen dos policías para llevarme a declarar”.
Valdez relata que sabía que Herrera iba a encarcelarlo: “entonces interpongo un hábeas corpus. Y ese mismo día veo en la televisión que había un megaallanamiento en propiedades de los Ale en una causa por lavado de activos radicada en la Justicia Federal. Este hecho me salvó: Herrera, obviamente, ya no podía beneficiar a los Ale. Pero si, eso no ocurría, estoy seguro de que habría terminado detenido, como Roxana Teves y sus familiares”.
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