Esperan la sanción más dura

A Boca le darían por perdido el duelo, le clausuraría La Bombonera y no lo dejarían participar en torneos internacionales

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16 Mayo 2015
BUENOS AIRES.- La Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) abrió un expediente disciplinario contra Boca y le dio plazo hasta hoy para presentar sus alegatos. “El club fue notificado y mañana a la tarde, con la llegada de los jueces, que son de cinco países distintos, saldrá el fallo”, señaló el secretario general de la Conmebol, José Luis Meiszner.

El dirigente de la organización remarcó que “por la urgencia del próximo partido de Copa -a jugarse el miércoles por los cuartos de final, contra Cruzeiro- se reducen los plazos de manera extraordinaria”.

“El Tribunal está ante un caso que va a merecer un tratamiento especial y el fallo va a ser acorde a lo lamentable del episodio”, resaltó Meiszner, quien reconoció que se tardó más de la cuenta en suspender el partido. “El reglamento habla de sanciones muy duras para hechos como éstos”, advirtió.

Medios paraguayos y argentinos especulan con que Boca podría recibir una dura sanción: la eliminación de la Copa y la clausura de su estadio por dos años para encuentros internacionales, que se sumaría a la clausura para actividades locales que ya fue dispuesta ayer por la Justicia argentina.

La FIFA condenó “de la forma más enérgica” los graves incidentes. Voceros de la organización instaron asimismo a la Conmebol y a la AFA a tomar “medidas pertinentes para evitar hechos de violencia que van contra la esencia del fútbol”.

El presidente de Boca, Daniel Angelici, anticipó que “cualquier decisión” que tome la Conmebol será “compleja y polémica”, pero aseguró que que acatarán la sanción que reciban.

“Lo único que pide Boca es que sea lo más equitativo y equilibrado. Ni queremos quedar rehenes de los violentos ni queremos que quede como un hecho de impunidad”, aseguró Angelici.

El dirigente confirmó que Boca se presentará como querellante de la causa. “Trabajamos para identificar y dar una sanción ejemplificadora sin deslindar responsabilidades”, aseveró Angelici, quien aseguró sentir “dolor, angustia y vergüenza por lo sucedido”.

Por su parte, el DT Rodolfo Arruabarrena defendió a sus jugadores tras las críticas que recibieron por su falta de solidaridad con sus pares de River. “Fuimos solidarios”, aseguró el “Vasco”, y alegó que hubo “mucha confusión” y que sintió “vergüenza”.

La Justicia local dispuso a primera hora la clausura del estadio. Realizó una inspección del lugar y halló que la escena donde se produjeron los violentos incidentes fue modificada y no estaba la manga inflable de acceso. Fue hallada horas después en un predio del barrio de Puerto Madero y secuestrada para su peritaje.

La Justicia contravencional porteña se abocó a la pesquisa por “el tema de la seguridad, las bengalas, el ingreso del drone, que fue una provocación con un fantasmita volando”, dijo Martín Ocampo, fiscal general de Buenos Aires.

En tanto, el secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, responsabilizó a Boca, al gobierno de la ciudad y hasta a la Conmebol por los incidentes. “Hubo una falla en la organización del evento”, afirmó el funcionario. También sostuvo que hubo “una total negligencia por parte de las autoridades de la Conmebol, que son quienes deberían haber tomado una decisión rápida en cuanto a si seguía o no el partido con 50.000 personas con los ánimos caldeados. ¿Quién sanciona a la Conmebol?”.

El secretario de Seguridad desvinculó a las fuerzas de seguridad de la responsabilidad por lo ocurrido en La Bombonera y negó que utilicen sustancias químicas como las lanzadas a los jugadores. (DPA)

El 29 de mayo de 1985, en la final de la Copa Europea (hoy Liga de Campeones), que protagonizaron Liverpool y Juventus en el estadio Heysel de Bélgica, murieron 39 personas por los incidentes que originaron los fanáticos ingleses. La UEFA, que ya estaba harta de los desmanes de los “hooligans”, aplicó un castigo ejemplar. Prohibió a los clubes ingleses a participar durante cinco años en competencias internacionales y a los “diablos rojos” a 10, que después se terminaron reduciendo a seis. La sanción fue un mensaje claro para todo un país. Debían arreglar los problemas de la violencia, si es que pretendían volver a la vidriera mundial. Y no les quedó otra que hacerlo, por más que les haya costado varios años, y creando numerosas medidas antipopulares.

Eso es lo que necesita el fútbol argentino. Un castigo ejemplar para que los responsables de acabar con la violencia cumplan con sus funciones. No sirve sancionar sólo a Boca porque será más de lo mismo. No pasará mucho tiempo para que en otro estadio de este país se viva otro escándalo o, lo que es peor aún, ocurra una nueva tragedia, como nos hemos acostumbrado, lamentablemente.

El Gobierno y la AFA vienen de fracaso tras fracaso. Otra vez queda demostrado que jugar un encuentro con público local no es la solución y la paz no está garantizada. Tampoco sirve movilizar 1.300 uniformados si el genio que los organiza no destina hombres para custodiar la manga por donde transitarán los jugadores “millonarios”.

No quedan dudas que el escandaloso episodio tiene también un trasfondo político. El secretario de Seguridad Sergio Berni, en nombre del Gobierno, fue a controlar lo que ocurría en la cancha de Boca, tierra de Mauricio Macri y del Pro, rivales políticos del oficialismo. Berni afirma que el operativo ha sido exitoso. Los directivos “xeneizes” denuncian abandono. Y en el medio de la interna, el deporte.

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