30 Junio 2015
ARCHIVO LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Este mediodía se reanudaron las tareas para buscar los supuestos restos de María de los Ángeles “Marita” Verón en el predio del club Náutico de Termas de Río Hondo, en Santiago del Estero, que perteneció a Ángel “El Mono” Ale. Las tareas se realizan con la asistencia de un georradar que llegó en las últimas horas de Buenos Aires.
La búsqueda comenzó la semana pasada, cuando llegó una versión al juez federal Fernando Poviña de que podrían haber arrojado el cuerpo de la hija de Susana Trimarco en ése lugar. Una dotación de bomberos terminó de desagotar el pozo ciego de la casilla que perteneció a Ale, sin encontrar restos.
Alrededor de las 11, agentes de Gendarmería Nacional se avocaron a los trabajos de planimetría y rastreo. La primera etapa -en la que se está trabajando- es el armado de cuadrículas de 50 centímetros de lado, para poder realizar el registro con el georradar, que llegó hoy a Santiago del Estero desde Buenos Aires. El aparato emite una señal hasta una profundidad de tres metros. Cualquier perturbación o remoción en el suelo será registrado. Luego, la información es analizada por un programa de computadora, mediante el que se analizará en qué lugar puede haber un elemento extraño. En caso de que se requiera una excavación, personal del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) tomará intervención. El perímetro trazado abarca la casilla que pertenecía a la familia Ale y otra casilla vecina.
Hay dos georradares en nuestro país. Ambos pertenecen al ministerio de Seguridad de la Nación y expertos de Gendarmería son los autorizados para emplearlos.
Hasta el momento, Trimarco no acudió hasta el Club Náutico, así como tampoco sus abogados: Carlos Garmendia y José D'Antona.
La búsqueda comenzó la semana pasada, cuando llegó una versión al juez federal Fernando Poviña de que podrían haber arrojado el cuerpo de la hija de Susana Trimarco en ése lugar. Una dotación de bomberos terminó de desagotar el pozo ciego de la casilla que perteneció a Ale, sin encontrar restos.
Alrededor de las 11, agentes de Gendarmería Nacional se avocaron a los trabajos de planimetría y rastreo. La primera etapa -en la que se está trabajando- es el armado de cuadrículas de 50 centímetros de lado, para poder realizar el registro con el georradar, que llegó hoy a Santiago del Estero desde Buenos Aires. El aparato emite una señal hasta una profundidad de tres metros. Cualquier perturbación o remoción en el suelo será registrado. Luego, la información es analizada por un programa de computadora, mediante el que se analizará en qué lugar puede haber un elemento extraño. En caso de que se requiera una excavación, personal del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) tomará intervención. El perímetro trazado abarca la casilla que pertenecía a la familia Ale y otra casilla vecina.
Hay dos georradares en nuestro país. Ambos pertenecen al ministerio de Seguridad de la Nación y expertos de Gendarmería son los autorizados para emplearlos.
Hasta el momento, Trimarco no acudió hasta el Club Náutico, así como tampoco sus abogados: Carlos Garmendia y José D'Antona.