Atlético cambió el modo perder por el triunfador

El "decano" acorraló bien a Ferro, no lo dejó respirar y se impuso por 3 a 0.

FORCEJEO. Leandro González, de buena faena ayer por el carril zurdo del ataque “decano”, intenta hacerse del balón. la gaceta / foto de héctor peralta FORCEJEO. Leandro González, de buena faena ayer por el carril zurdo del ataque “decano”, intenta hacerse del balón. la gaceta / foto de héctor peralta
Si el miércoles Atlético perdió el norte cuando ya había dominado el sur, este y oeste ante Central Córdoba, ayer hizo descarrilar en un suspiro a Ferro. Era lo que necesitaba para hacer uso del borrón y cuenta nueva porque, se sabe, partidos como el que regaló en Santiago pueden causar un efecto Tequila. Pero no, Atlético tuvo la fortuna de jugar rápido contra otro rival, uno de los que merodeaba la zona de los cinco con chances de ascenso, y de dormirlo cual Tyson en su mejor época sobre un cuadrilátero.

Atlético no fue permisivo esta vez, y si lo fue -en pequeños extractos del juego- ahí estuvo Cristian Lucchetti en todo su esplendor para correr las moscas de su pan de azúcar. Sucede que el “decano” madrugó a Ferro. Fue Luis Rodríguez al minuto, luego de un lindo pase a media altura de Leandro González, el que soltó las fieras de la victoria a la visita.

Y como empezó ganando casi desde el vestuario, Atlético se arremangó las botamangas del overol y corrió en el barro como si estuviese en una pista de parqué. Voló Atlético ante un rival de fuste que no le encontró la vuelta. Ni por el centro, ni por los costados. Y para colmo de males, Ferro fue demasiado verde como para sacarle el jugo al lado ciego del team del “Dr. Azconzábal” ayer, el derecho, que cubrieron mal Emanuel Molina (arriba) y Nicolás Romat (abajo). O sea, en términos reales del análisis, el invitado fue demasiado blando culpa de su anfitrión, que acorraló bien arriba su idea táctica de ir por afuera, además de cortar por aire los correos prioritarios a Luis Salmerón y José Vizcarra.

Siendo amo y señor del mediocampo, el “decano” buscó constantemente hacerse del gol. Lo consiguió apenas una vez en el acto uno y eso ya fue mérito de Christian Limousin, el arquero que supo estar siempre en el lugar indicado.

Y cuando el anfitrión se tomó su siesta habitual, de un córner rechazado recuperado por Bruno Bianchi, llegó la redención. Salmerón metió mal la cabeza, puso el 2-0 del local, y después falló solo bajo el arco. Entonces, el sol brilló para Atlético. Leandro Díaz siguió corriendo hasta puntear el 3-0 que sirvió para sacar la basura escondida en la alfombra del partido pasado.

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