A pocos kilómetros de Molinos y 111 kilómetros de Cafayate, junto a la oferta de vinos de una bodega hay una sorprendente muestra de arte moderno. Entre los aromas de los vinos, de altura, rodeado de un paisaje colorido y con el relax que ofrecen los Valles Calchaquíes, la bodega Colomé recibe diariamente a visitantes de todo el país para vivir una experiencia multisensorial.
A esta mágica localidad se llega en automóvil por la ruta nacional 40. Allí, esta bodega nacida en 1831 ofrece, además de una amplia variedad de vinos de altura, una visita guiada por un lugar de belleza insuperable con la combinación de una muestra de obra artística única y atípica para la región.
A sumergirse en la luz
“Sorpresa”, esa es la expresión de quienes visitan el James Turrell Museum, según comenta Constanza Bearzi, gerenta de Hospitalidad de esta empresa. El museo, ubicado dentro del mismo predio de la bodega y la estancia, es el único en el mundo dedicado específicamente a la obra de James Turrell, un artista contemporáneo aclamado, dedicado a la luz y al espacio. Precisamente, este artista nacido en Pasadena, California, ha dicho alguna vez: “Mi trabajo es sobre el espacio y la luz que habita en él. Se trata de cómo se puede hacer frente a ese espacio y materializarlo. Se trata de tu visión, como el pensamiento sin palabras que proviene de mirar hacia el fuego”.
Bearzi contó a LA GACETA que el museo es un edificio de 1.600 metros cuadrados, en el que nueve habitaciones muestran instalaciones lumínicas, algunas son proyecciones y otras que combinan luz artificial con natural.
La experiencia es personal. Si bien la visita es guiada, cada persona percibe sensaciones distintas al apreciar la obra. Las piezas de arte representan cinco décadas de carrera del artista, de quien ha dicho Clavin Tompkins, del New Yorker: “Su trabajo no es sobre la luz, o una alabanza de la luz, es la luz; la presencia física de la luz manifestada de una forma sensorial”.
La obra de Turrell ha sido exhibida en el Guggenheim, el Whitney Museum of American Art de Nueva York, los museos de arte contemporáneo de Los Ángeles y de San Francisco y la Colección Panza de Biumo en Varese, Italia. Entre los trabajos exhibidos en Colomé se encuentra “Spread 2003”, un ambiente de 1.229 metros cuadrados de luz azul en el que se puede caminar; y también “Unseen Blue 2002”, el Skyspace más grande del mundo ubicado en un patio interior y que alcanza su mayor intensidad al amanecer y a la puesta del sol.
Sus Skyspaces (Espacios celestes), son habitaciones con un vano en el techo por donde se puede ver el cielo, y que le permiten al espectador crear nuestra propia visión de los cambios que se van produciendo en la luz y el color. En sus propuestas dispersas por todo el mundo, el artista californiano vuelca tanto su filosofía como su percepción del espacio, así como de la proyección de la luz sobre ese espacio.
En el museo de Colomé, los ambientes son cerrados y destinados a grupos de no más de 10 personas, por lo que recomiendan hacer reservas previas para visitar el museo.
Arte y vino
Este museo es parte del proyecto de los propietarios de la empresa Colomé desde 2001. La familia suiza Hess adquirió entonces la bodega y allí buscó combinar sus dos pasiones: el el buen vino y el arte. Así es como surgió este emprendimiento, casi por casualidad, cuando Donald Hess, hijo de madre estadounidense y padre suizo, llegó a la Argentina , y decidió construir su historia “en los viñedos más altos del mundo”.
Para reservas:
• Llamar de lunes a viernes de 10 a 18 y sábados, de 9 a 13, al teléfono 03868- 49 4200; o por correo electrónico a [email protected].