San Martín se hizo fuerte en Córdoba y empató con Talleres

Sin complejos. Así salió a jugar San Martín en el “Mario Kempes”, un lujoso escenario más propio de Primera que del Federal A.

SE JUGÓ CON DIENTES APRETADOS. Rolando Serrano se anticipa a Ezequiel Barrionuevo. San Martín reaccionó a tiempo. foto de ariel carreras (especial para la gaceta) SE JUGÓ CON DIENTES APRETADOS. Rolando Serrano se anticipa a Ezequiel Barrionuevo. San Martín reaccionó a tiempo. foto de ariel carreras (especial para la gaceta)
Puntazo. Eso es lo que se llevó San Martín de Córdoba. Porque el trámite estuvo más cerca de un 3-1 que del 1-1 final. Pero Talleres perdonó, y el “santo” facturó en una de las dos veces que pateó al arco. Incluso igualó con la “ayudita” de un gol en contra. Por eso las imágenes del epílogo fueron tan disímiles: los albirrojos abrazados en el centro del campo, felices. Los “albiazules”, cabezas gachas y silbados por su gente.

Ordenadito. Sin complejos. Así salió a jugar San Martín en el “Mario Kempes”, un lujoso escenario más propio de Primera que del Federal A. Al igual que los nombres de ambos contendientes, claro. Y el “santo” sacó adelante el partido con personalidad durante la primera media hora, hasta esa contra letal de la “T” que terminó con centro de Araujo y cabezazo de Strahman al gol.

El encuentro entre el talento de Bucci y la movilidad de Chacana prometía. Bossio se hacía patrón en el medio, pero a San Martín le faltaba “punch” en los metros finales. Y después de la apertura, Talleres tuvo varias contras para aumentar la ventaja. Carrizo se reivindicó de su salida en falso en el gol con una gran doble tapada a Francia.

“Tomatito” Pena echó mano en el vestuario a Gonzalo Rodríguez. Y San Martín comenzó a manejar más la pelota. Pero sin dañar. El equipo de Kudelka tuvo tres chances más (las más claras desperdiciadas por Strahman y una neutralizada con los pies por Carrizo), pero cometió el pecado de no cerrar el partido. Y lo pagó caro.

Una jugada que parecía intrascendente terminó con un gol en contra del zaguero Benítez, tras un remate del inquieto Rodríguez rechazado por el arquero.

Talleres acusó anímicamente el golpe -quizá padeció cierta merma física también- y dio la impresión de que si San Martín hubiera tenido más resto y decisión, se podría haber llevado el premio mayor.

En función de otros resultados y de que el “cuco” Talleres no asusta, el tetradecagonal es un canto a la paridad. El “santo” sonríe: nueve partidos sin perder, aunque aún tenga mucho, mucho por mejorar.

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