Hofer: “la lucha contra la droga precisa compromiso social”

El secretario de Seguridad Ciudadana subrayó la necesidad de prevenir el consumo. “No sirve detener a todo el mundo”, opinó.

EL SECRETARIO EN SU OFICINA. Paul Hofer, titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, este jueves. LA GACETA / Foto de Florencia Zurita EL SECRETARIO EN SU OFICINA. Paul Hofer, titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, este jueves. LA GACETA / Foto de Florencia Zurita
07 Agosto 2015
La persecución judicial de la venta de drogas en pequeña o mediana escala (microtráfico de estupefacientes o narcomenudeo) está virtualmente paralizada. El año pasado, el Gobierno intentó transferir la competencia a los Tribunales locales y, de hecho, sancionó una ley. Pero esa política fue judicializada por el propio Ministerio Público Fiscal y Pupilar, institución llamada a representar los intereses de la sociedad. La Justicia detuvo todo alegando que no había medios para asumir la investigación de los dealers. Mientras ese juicio se desarrolla, se supone que el tema sigue en la órbita de la Justicia Federal, pero esta ya avisó que es poco o nada lo que puede hacer al respecto con la estructura disponible.

Tal estado de cosas (en concreto: por más que se detecte y se aprehenda a un vendedor de pasta base de cocaína, muy difícilmente este terminará condenado) es el punto de partida de la conversación con Paul Hofer, secretario de Seguridad Ciudadana. El funcionario admite que la realidad judicial descripta condiciona la acción de la fuerza policial que dirige, pero afirma que la unidad específica, la Digedrop (Dirección General de Drogas Peligrosas), sigue practicando allanamientos. “Y casi todas las veces que hay un robo, encontramos también droga”, indica.

Según Hofer, la falta de herramientas para combatir el narcomenudeo da ventajas a la delincuencia (la Digedrop sólo puede allanar con autorización del juez). “Hoy nadie tiene un kilo de cocaína en su casa. Dividen la droga en cantidades pequeñas y la reparten. Así, disminuyen las posibilidades de una detención porque siempre podrán alegar que tienen la droga para consumo personal”, observa.

En su despacho en la Casa de Gobierno, Hofer afirma que, en materia de drogas, vale más prevenir el consumo que perseguir a los “mercaderes de la muerte”, como llama el papa Francisco a los intermediarios. “Debo pelear contra la oferta, pero también abordar la demanda”, agrega. E informa que el Ministerio de Seguridad Ciudadana participa en programas de concientización en sociedad con el Instituto Provincial de Lucha contra el Alcoholismo (IPLA), el Programa Universitario para el Estudio de las Adicciones (PUNA) y la Secretaría de Adicciones. Entre los planes que Hofer describe con mayor orgullo está “Un paso a la gloria”, que consiste en usar el rugby para contener a chicos vulnerables de Villa 9 de Julio (capital).

“No sirve detener a todo el mundo. A veces encerramos al hijo y comienza a vender la madre; encerramos a la madre y comienza a vender el padre; encerramos al padre y la abuela se hace cargo del negocio... La gente quiere más policías, más vehículos y más cárceles. Pero la seguridad es inclusión, como dice el Papa”, define el secretario.

Hofer dice que no sabe si hoy hay más droga que antes, como sostuvieron en respectivas entrevistas recientes Dora Ibáñez, cofundadora de las Madres del Pañuelo Negro (agrupación de familiares de adictos); Melitón Chávez, párroco de El Salvador y vicario de la Solidaridad, y Fabio Paz, vecino de la Costanera. También asegura que él y el resto de las autoridades luchan contra la corrupción policial: “invito a la gente a denunciar en forma anónima y a no tener miedo”.

Su opinión coincide con la del sacerdote Chávez en cuanto a que un Estado presente en los barrios tucumanos más amenazados por las drogas no implica por sí solo que habrá una transformación social. “El Estado está, eso es innegable, pero nos falta dar a esa política una vuelta de tuerca. Ojo, esto también lo digo por la ciudadanía porque tendemos a creer que los problemas se arreglan por ósmosis y eso es un error”, reflexiona. Y agrega: “la lucha contra la droga precisa compromiso social”.

Hay que tomar parte, cada quien como pueda y desde su lugar, porque el desastre humanitario que viven los vecindarios más humildes jaquea al bienestar general. Hofer manifiesta que para él, que no es candidato a nada, la problemática de la droga es un asunto prioritario del Estado: “y lo será sin duda en los próximos años. Nosotros estamos haciendo mucho para disminuir los factores de riesgo y atacar las causas del delito. Ojalá que pronto se vean los efectos de esta acción y que sean positivos”.

Comentarios