Seis oficios con los que se cobra al día y en efectivo

FISCALES GENERALES. Supervisan todas las mesas. FISCALES GENERALES. Supervisan todas las mesas.
Las elecciones generan un cúmulo de nuevos oficios, toda un rasgo del folclore político tucumano. Desde dirigentes que se encargan de movilizar a votantes hasta “master en seducción de fiscales” forman parte de las “habilidades” que se requieren para ganar una elección. Y esa demanda de oficios pudo observarse en la zona de Las Talitas, Tafí Viejo y Lomas de Tafí. En un día, un dirigente puede cobrar desde $ 400 hasta $ 5.000, según su performance y de acuerdo con los testimonios recogidos por LA GACETA entre punteros y dirigentes territoriales abocados al operativo electoral. Pero la más compleja tarea se observó hacia el cierre de la jornada electoral. 

El movilizador: no sólo se encarga de organizar el traslado de la gente, sino que también recaba previamente sus datos (por ejemplo el número de DNI) para una eventual retribución por el deber cumplido. Este personaje también efectúa una suerte de sondeo acerca de la intención de voto para tal o cual candidato de la zona de influencia. 

El remisero: si bien los choferes ya están comprometidos de antemano para trabajar por un candidato o lista determinada, fueron los más expuestos a la política de seducción de otras nóminas. Por cada auto afectado a la votación se llegó a pagar entre $ 700 y $ 1.000, de acuerdo con la jurisdicción. 

El fiscal general: conocido como el “hombre o la mujer araña” (por la visión que deben tener durante el día), según el género, tiene como misión controlar que a los fiscales de mesa no les falten víveres. También se encargan de controlar que haya votos en las mesas y hasta actúan como padrinos o madrinas, en caso de conflictos con pares de otras listas. La tarifa no fue revelada, pero según algunos postulantes estos llegan a ganar entre $ 800 y $ 1.500 en mano por la responsabilidad. 

El fiscal de mesa: generalmente son jóvenes de entre 19 y 23 años encargados de evitar que sus pares de otros partidos realicen “travesuras” con los padrones o con los votos. Su tarea cobró mayor celo a partir de las 18, cuando se cerró la jornada electoral. Son el blanco preferido de los fiscales generales. 

Los “robavotos” o mezcladores. Pasan inadvertidos entre los votantes, pero son los que “tallan” las listas de los acoples para generar confusión entre los electores. Pueden llegar a ganar como un fiscal de mesa, que cobra entre $ 400 y $ 800, según el lugar en el que fue afectado. 

El distribuidor: se encarga de repartir el desayuno (factura, tortilla, una masita o alfajor más el café); las bebidas entre los fiscales de mesa durante toda la jornada y brinda la merienda (sándwich fue el principal menú). También distribuye golosinas. Su tarifa varía de acuerdo con las mesas recorridas, pero arranca desde los $ 400. 

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