02 Septiembre 2015
AFILADO. Lucas Cartier, de Tucumán Rugby, lleva 16 tries en lo que va del torneo. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
El modelo 2015 de Tucumán Rugby tal vez no muestre la abrumadora foja del año pasado, en el que de entrada se plantó como claro favorito al ganar 14 partidos consecutivos, pero con lo hecho hasta acá le alcanza para ser único líder del Súper 8 y uno de los principales candidatos a la corona en este más parejo Regional.
Sin embargo, como suele suceder con algunas tramas originales, sus segundas partes no son buenas. O al menos, no tanto como las primeras. Se trata de un vicio que no ha podido subsanar, y que en estas fechas iniciales del octogonal se ha profundizado: empieza como para empacharse y en el segundo tiempo termina viviendo de lo que le sobró en el primero. Le pasó frente a Jockey de Salta, luego contra Lawn Tennis y este fin de semana en cancha de Los Tarcos: de los 103 tantos que anotó en esos tres partidos, 76 fueron en el primer tiempo y apenas 27 en el segundo. Y se mira más lejos, se comprueba esa tendencia abarca todo el torneo: marcó 421 tantos antes del descanso y 258, después.
Altibajos
“Para mí es una mezcla de cosas. A veces por cansancio nos salimos del plan de juego y cometemos errores que hacen crecer al rival. Y otras veces, la mayoría, por desconcentración e indisciplina. Hacemos tantos penales que nos arrinconan y nos cuesta salir”, analiza Luis Castillo las causas de esta rara costumbre “verdinegra”.
Lucas Cartier se adhiere a la postura de la multiplicidad de orígenes. “Me parece que hay partidos en los que es más una cuestión mental, y en otros es más física. Pero por lo general es la primera. También influye a veces eso de llegar al entretiempo con mucha diferencia a favor. Eso de alguna forma nos relaja y cuando el otro equipo vuelve con todo recibimos los cachetazos”, opina el fullback, autor de dos de los tries con los que el conjunto de Yerba Buena comenzó arrollando a Los Tarcos, antes de terminar pidiendo la hora en el complemento.
“Esos tries de contragolpe en el primer tiempo nos permitieron afianzarnos, pero hicieron parecer que hubo más diferencia entre un tiempo y otro que la que realmente hubo”, advierte Gonzalo Lamarca, que volvió a jugar en la Primera tras dos meses y en el último minuto apoyó el try del triunfo en el exaeropuerto. “No creo que en los segundos tiempos nos caigamos por confiarnos. Sólo sucede que en el momento en que debemos acelerar para asegurar la diferencia, nos achanchamos un poco”, agrega “Tanza”.
Desgaste
La explicación más a mano para estos casos es la falta de resto físico. Cabe recordar que Tucumán Rugby jugó ocho fechas adicionales en el Nacional de Clubes. Sin embargo, los jugadores le restan trascendencia al factor desgaste y inclinan más por lo psicológico. “Puede influir el haber jugado el Nacional y que tengamos algo menos de recambio que el año pasado, pero estamos bien físicamente”, asegura “Lucho”.
“Lo demostramos contra Los Tarcos, cuando insistimos hasta el último minuto”, añade Cartier.
Y Lamarca cierra: “ganamos en canchas muy difíciles, como son las de Lawn Tennis y Los Tarcos. Estas victorias de visitante suman muchísimo”.
Sin embargo, como suele suceder con algunas tramas originales, sus segundas partes no son buenas. O al menos, no tanto como las primeras. Se trata de un vicio que no ha podido subsanar, y que en estas fechas iniciales del octogonal se ha profundizado: empieza como para empacharse y en el segundo tiempo termina viviendo de lo que le sobró en el primero. Le pasó frente a Jockey de Salta, luego contra Lawn Tennis y este fin de semana en cancha de Los Tarcos: de los 103 tantos que anotó en esos tres partidos, 76 fueron en el primer tiempo y apenas 27 en el segundo. Y se mira más lejos, se comprueba esa tendencia abarca todo el torneo: marcó 421 tantos antes del descanso y 258, después.
Altibajos
“Para mí es una mezcla de cosas. A veces por cansancio nos salimos del plan de juego y cometemos errores que hacen crecer al rival. Y otras veces, la mayoría, por desconcentración e indisciplina. Hacemos tantos penales que nos arrinconan y nos cuesta salir”, analiza Luis Castillo las causas de esta rara costumbre “verdinegra”.
Lucas Cartier se adhiere a la postura de la multiplicidad de orígenes. “Me parece que hay partidos en los que es más una cuestión mental, y en otros es más física. Pero por lo general es la primera. También influye a veces eso de llegar al entretiempo con mucha diferencia a favor. Eso de alguna forma nos relaja y cuando el otro equipo vuelve con todo recibimos los cachetazos”, opina el fullback, autor de dos de los tries con los que el conjunto de Yerba Buena comenzó arrollando a Los Tarcos, antes de terminar pidiendo la hora en el complemento.
“Esos tries de contragolpe en el primer tiempo nos permitieron afianzarnos, pero hicieron parecer que hubo más diferencia entre un tiempo y otro que la que realmente hubo”, advierte Gonzalo Lamarca, que volvió a jugar en la Primera tras dos meses y en el último minuto apoyó el try del triunfo en el exaeropuerto. “No creo que en los segundos tiempos nos caigamos por confiarnos. Sólo sucede que en el momento en que debemos acelerar para asegurar la diferencia, nos achanchamos un poco”, agrega “Tanza”.
Desgaste
La explicación más a mano para estos casos es la falta de resto físico. Cabe recordar que Tucumán Rugby jugó ocho fechas adicionales en el Nacional de Clubes. Sin embargo, los jugadores le restan trascendencia al factor desgaste y inclinan más por lo psicológico. “Puede influir el haber jugado el Nacional y que tengamos algo menos de recambio que el año pasado, pero estamos bien físicamente”, asegura “Lucho”.
“Lo demostramos contra Los Tarcos, cuando insistimos hasta el último minuto”, añade Cartier.
Y Lamarca cierra: “ganamos en canchas muy difíciles, como son las de Lawn Tennis y Los Tarcos. Estas victorias de visitante suman muchísimo”.