POSIBLES IMPACTOS DE UNA DEVALUACIÓN EN EL MERCADO DE HACIENDA EN PIE

05 Septiembre 2015
Con respecto a un año atrás, se observa una mejora de entre el 9% y el 12% en el precio de la hacienda, y sobresale la suba del ternero (15%) y del novillo (13%), muy buscado por supermercados, troceos y hasta exportadores. Septiembre comienza con una oferta muy complicada por la falta de caminos, pese a que hace días que no llueve. En agosto, la faena aumentó 6% respecto a igual mes del año pasado, pese al diluvio y a los paros agropecuarios. Se afianza la caída en la participación de las hembras: en agosto fue del 40%.

En cuanto a la exportación, en enero-julio los embarques se ubicaron un 22% por encima de 2014, dejando atrás los mínimos históricos y apuntando a 245.000 tn anuales.

¿Cuáles pueden ser las consecuencias de una devaluación para el sector ganadero? La experiencia de la última desvalorización del peso (noviembre 2013-enero 2014) indica que la misma pasa a los costos en una alta proporción: semillas, agroquímicos, fertilizantes, combustibles, fletes, etc. Otros costos (sueldos, impuestos inmobiliarios o gastos de estructura), tardan algunos meses pero recuperan el terreno perdido. En cuanto a los costos, unas dos terceras partes (66%) de la devaluación se traslada de manera más o menos inmediata, y el tercio restante, en un contexto inflacionario, pasa a los costos después de cuatro a seis meses.

Para el exportador, una devaluación puede ser contraproducente si, como sucedió en 2013/2014, la presión sobre el mercado de hacienda, al tener mayor poder de compra, termina desatando la competencia con el consumo, que una vez “provocado” puede hacer subir los precios de la hacienda.

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