14 Septiembre 2015
SIN SALIDA. Niños y adolescentes de las zonas más pobres revuelven la basura para encontrar algún alimento. LA GACETA / foto de ANTONIO FERRONI (archivo)
BUENOS AIRES.- Pobreza y desnutrición son dos de los temas sobre los cuales la Iglesia Católica Argentina hace hincapié en sus llamados a la solidaridad de todos los argentinos. Pero en especial sus pedidos están dirigidos a la clase política, ya que, más allá de la asistencia y ayuda social que claman los sectores postergados, es allí, con sus políticas, lo que los gobiernos de turno deben hacer para que esa franja de la sociedad pueda superar sus mínimas carencias.
Por eso, no extraña que la Iglesia lanzara una fuerte advertencia sobre la desnutrición infantil y el crecimiento de la pobreza en la Argentina de los últimos años, en un artículo que publicó Clarín. En las declaraciones de presentación de la colecta anual “Más por Menos”, que se hizo ayer en todo el país, el obispo de Esquel, José Slaby, dijo: “En este año tan especial, en el que nos encontramos cara a cara con la tremenda realidad de saber que en nuestro país hay muchos chicos que mueren por desnutrición, es que estamos llamados a agudizar la sensibilidad”.
La postura del prelado, y la de otros más que lo acompañaron en esa presentación, puede leerse como la definición de la Iglesia local en un contexto recalentado por la muerte por desnutrición, en un hospital chaqueño, de Oscar Sánchez, un chico qom, de 14 años, que pesaba 11 kilos. El muchacho, que estaba afectado por un severo cuadro de desnutrición, tuberculosis y meningitis, había sido derivado hacia el hospital pediátrico de Resistencia, desde El Impenetrable.
El obispo de Humahuaca, Pedro Olmedo Rivero, llamó a admitir que en el país persisten “regiones muy olvidadas, ocultas, con una pobreza estructural dura”, consignó la agencia DyN.
A su vez, monseñor Damián Bitar, obispo de Oberá (Misiones), sostuvo: “Lamentablemente la pobreza estructural no ha cedido”. El religioso puso el foco en uno de los puntos que más suelen destacar los funcionarios del Gobierno nacional. “Aún en una década bastante próspera en recursos, uno puede dar fe de que la pobreza estructural continúa y no cede”, aseguró.
A principios de año, otro nene qom de 7 años, Néstor Femenía, había muerto en ese mismo hospital, afectado por desnutrición.
La presidenta, Cristina Fernández, prefirió evitar el tema e incluso esta semana, el mismo día en que se conociera la muerte del chico chaqueño, condenó a los países europeos por “dejar morir a niños en las playas”, en referencia a la muerte de Aylan Kurdi en una playa de Turquía. “Que nadie nos venga a poner de ejemplo a algunos países del Norte, por favor, yo no quiero parecerme a países que expulsan inmigrantes y dejan morir chicos en las playas”, dijo el jueves en un acto en José C. Paz.
En julio, el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (UCA) publicó un estudio en el que concluye que en los últimos tres años hubo un incremento sostenido de la pobreza, que a fines de 2014 afectó al 28,7% de la población urbana. Esto equivale a 11 millones de personas, de las cuales 2 millones son indigentes, es decir, no logran cubrir el costo de una canasta básica de alimentos. (clarin.com)
Por eso, no extraña que la Iglesia lanzara una fuerte advertencia sobre la desnutrición infantil y el crecimiento de la pobreza en la Argentina de los últimos años, en un artículo que publicó Clarín. En las declaraciones de presentación de la colecta anual “Más por Menos”, que se hizo ayer en todo el país, el obispo de Esquel, José Slaby, dijo: “En este año tan especial, en el que nos encontramos cara a cara con la tremenda realidad de saber que en nuestro país hay muchos chicos que mueren por desnutrición, es que estamos llamados a agudizar la sensibilidad”.
La postura del prelado, y la de otros más que lo acompañaron en esa presentación, puede leerse como la definición de la Iglesia local en un contexto recalentado por la muerte por desnutrición, en un hospital chaqueño, de Oscar Sánchez, un chico qom, de 14 años, que pesaba 11 kilos. El muchacho, que estaba afectado por un severo cuadro de desnutrición, tuberculosis y meningitis, había sido derivado hacia el hospital pediátrico de Resistencia, desde El Impenetrable.
El obispo de Humahuaca, Pedro Olmedo Rivero, llamó a admitir que en el país persisten “regiones muy olvidadas, ocultas, con una pobreza estructural dura”, consignó la agencia DyN.
A su vez, monseñor Damián Bitar, obispo de Oberá (Misiones), sostuvo: “Lamentablemente la pobreza estructural no ha cedido”. El religioso puso el foco en uno de los puntos que más suelen destacar los funcionarios del Gobierno nacional. “Aún en una década bastante próspera en recursos, uno puede dar fe de que la pobreza estructural continúa y no cede”, aseguró.
A principios de año, otro nene qom de 7 años, Néstor Femenía, había muerto en ese mismo hospital, afectado por desnutrición.
La presidenta, Cristina Fernández, prefirió evitar el tema e incluso esta semana, el mismo día en que se conociera la muerte del chico chaqueño, condenó a los países europeos por “dejar morir a niños en las playas”, en referencia a la muerte de Aylan Kurdi en una playa de Turquía. “Que nadie nos venga a poner de ejemplo a algunos países del Norte, por favor, yo no quiero parecerme a países que expulsan inmigrantes y dejan morir chicos en las playas”, dijo el jueves en un acto en José C. Paz.
En julio, el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (UCA) publicó un estudio en el que concluye que en los últimos tres años hubo un incremento sostenido de la pobreza, que a fines de 2014 afectó al 28,7% de la población urbana. Esto equivale a 11 millones de personas, de las cuales 2 millones son indigentes, es decir, no logran cubrir el costo de una canasta básica de alimentos. (clarin.com)
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