23 Septiembre 2015
la gaceta / fotos de Analía Jaramillo
El oficialismo pretende dejar atrás el 23 de agosto. Lo más atrás posible. Los primeros espasmos públicos del Gobierno tras el fallo de la Corte Suprema que revalidó el triunfo del Frente para la Victoria (FpV) dan cuenta de cuáles serán los tres asuntos que afrontará en lo inmediato: que la gestión termine “activa”, trabajar para que la grieta social que abrió el conflicto electoral comience a cicatrizar y que el traspaso de la gestión alperovichista a la manzurista no sea “traumático” para la dirigencia.
Tras las idas y vueltas en la Justicia, el gobernador, José Alperovich, retomó ayer sus recorridas de obras. El sitio elegido fue el barrio Nueva Esperanza, al sur de la capital. Allí supervisó la construcción de una estación de bombeo para el transporte de efluentes cloacales hacia la planta de tratamiento de San Felipe. Las obras de este tipo han sido el “caballito de batalla” del alperovichismo en los últimos meses porque promete concluir la gestión con el 95% de la población de la capital con ese servicio. Alperovich reitera con frecuencia que se “trabajará hasta el último día” y ayer “ensució los zapatos” con barro -como proclama que deben hacer los dirigentes- para apoyar ese discurso.
Se refirió también a la necesidad de trabajar sobre la división social. “Esta grieta se abrió con una gran mentira de la oposición: el fraude no existió. Dejo el cargo, pero bregaré para que opositores y oficialistas, de una vez por todas, trabajemos en conjunto”, convocó.
El ministro del Interior y vicegobernador electo, Osvaldo Jaldo, acompañó a Alperovich (el gobernador electo Juan Manzur se encontraba en Buenos Aires). Tras halagar la sentencia de la Corte, volvió a poner énfasis en que las elecciones ya pasaron -sobre eso había tratado su discurso de festejo en la plaza Yrigoyen el lunes- y que el paso siguiente es el de la transición en un contexto político agitado. “Daremos el primer paso para cerrar la grieta, convocando a la oposición. Como presidente de la próxima Legislatura, vamos a llamar al resto de las fuerzas para trabajar. Como Gobierno, tenemos más responsabilidad, pero la oposición también la tiene. Le pedimos que aporte a la pacificación”, instó. Consideró que apaciguar las divisiones será un desafío. Consignó que también es necesario efectuar una autocrítica. “Tendríamos que haber sido más contundentes. Nunca nos imaginamos que con un fallo de dos personas se deje anulada una elección. Podríamos haber accionado legalmente con más contundencia, hay muchas cosas que podríamos haber evitado”, lamentó.
Tras la visita a las obras, Alperovich y Jaldo encabezaron una reunión, a puertas cerradas, en el salón Blanco con los comisionados comunales. Las convocatorias de este tipo, según trascendió, se sucederán en los próximos días.
Tras las idas y vueltas en la Justicia, el gobernador, José Alperovich, retomó ayer sus recorridas de obras. El sitio elegido fue el barrio Nueva Esperanza, al sur de la capital. Allí supervisó la construcción de una estación de bombeo para el transporte de efluentes cloacales hacia la planta de tratamiento de San Felipe. Las obras de este tipo han sido el “caballito de batalla” del alperovichismo en los últimos meses porque promete concluir la gestión con el 95% de la población de la capital con ese servicio. Alperovich reitera con frecuencia que se “trabajará hasta el último día” y ayer “ensució los zapatos” con barro -como proclama que deben hacer los dirigentes- para apoyar ese discurso.
Se refirió también a la necesidad de trabajar sobre la división social. “Esta grieta se abrió con una gran mentira de la oposición: el fraude no existió. Dejo el cargo, pero bregaré para que opositores y oficialistas, de una vez por todas, trabajemos en conjunto”, convocó.
El ministro del Interior y vicegobernador electo, Osvaldo Jaldo, acompañó a Alperovich (el gobernador electo Juan Manzur se encontraba en Buenos Aires). Tras halagar la sentencia de la Corte, volvió a poner énfasis en que las elecciones ya pasaron -sobre eso había tratado su discurso de festejo en la plaza Yrigoyen el lunes- y que el paso siguiente es el de la transición en un contexto político agitado. “Daremos el primer paso para cerrar la grieta, convocando a la oposición. Como presidente de la próxima Legislatura, vamos a llamar al resto de las fuerzas para trabajar. Como Gobierno, tenemos más responsabilidad, pero la oposición también la tiene. Le pedimos que aporte a la pacificación”, instó. Consideró que apaciguar las divisiones será un desafío. Consignó que también es necesario efectuar una autocrítica. “Tendríamos que haber sido más contundentes. Nunca nos imaginamos que con un fallo de dos personas se deje anulada una elección. Podríamos haber accionado legalmente con más contundencia, hay muchas cosas que podríamos haber evitado”, lamentó.
Tras la visita a las obras, Alperovich y Jaldo encabezaron una reunión, a puertas cerradas, en el salón Blanco con los comisionados comunales. Las convocatorias de este tipo, según trascendió, se sucederán en los próximos días.