10 Diciembre 2015
UNA CHIQUILINADA. Ábila, que lucha con un rival, vio la roja a los 116’ por agredir a un defensor local frente al juez Lopes. reuters
BOGOTÁ.- Duele perder como se perdió, porque si se tienen en cuenta los 210 minutos totales de la final de la Copa Sudamericana entre Independiente Santa Fe y Huracán, el equipo colombiano no fue más que el “globito”. Fue tan pareja esta historia que los penales terminaron siendo los jueces de un resultado que terminó siendo esquivo para los de Parque de los Patricios.
Huracán se despidió de Colombia con el sabor de que casi se lleva el título. Lo merecía tanto como el dueño de casa, que anoche tuvo la chance de liquidar esta llave pero jugó tan mal que casi no tuvo chances de sacar ventajas. Si la suerte hubiese estado un poquito de su lado, Huracán podría haber ganado. Abila -que luego fue expulsado- tuvo su chance en el arranque y falló. Ninguno de los dos hizo demasiado como para merecer el triunfo. Y hubo que definir desde los 12 pasos.
Arrancó Huracán y falló. Torassa sufrió al arquero Zapata, que se adelantó y tapó su tiro. Debió patearse de nuevo. Se equivocó el juez Lopes. Para colmo, Independiente convirtió, luego falló Nervo falló y el local volvió a escaparse, con el 2-0. Mancinelli descontó, pero Balanta puso el 3-1 y Toranzo, con la soga al cuello, estrelló su remate en el travesaño. Se fue la final con el lamento de que Huracán la perdió porque los penales fueron su cruz. (Especial)
Huracán se despidió de Colombia con el sabor de que casi se lleva el título. Lo merecía tanto como el dueño de casa, que anoche tuvo la chance de liquidar esta llave pero jugó tan mal que casi no tuvo chances de sacar ventajas. Si la suerte hubiese estado un poquito de su lado, Huracán podría haber ganado. Abila -que luego fue expulsado- tuvo su chance en el arranque y falló. Ninguno de los dos hizo demasiado como para merecer el triunfo. Y hubo que definir desde los 12 pasos.
Arrancó Huracán y falló. Torassa sufrió al arquero Zapata, que se adelantó y tapó su tiro. Debió patearse de nuevo. Se equivocó el juez Lopes. Para colmo, Independiente convirtió, luego falló Nervo falló y el local volvió a escaparse, con el 2-0. Mancinelli descontó, pero Balanta puso el 3-1 y Toranzo, con la soga al cuello, estrelló su remate en el travesaño. Se fue la final con el lamento de que Huracán la perdió porque los penales fueron su cruz. (Especial)