El agua mata el ganado con el que subsisten en Sud de Lazarte

Los evacuados en el CIC de Niogasta necesitan agua potable, calzado, colchones, ropa, repelentes y artículos de limpieza y desinfección.

AISLADOS. Las aguas de las crecidas del río Chico y del Medina cubren los caminos de Sud de Lazarte. La situación es todavía peor en Esquina. LA GACETA / FOTOS DE FLORENCIA ZURITA AISLADOS. Las aguas de las crecidas del río Chico y del Medina cubren los caminos de Sud de Lazarte. La situación es todavía peor en Esquina. LA GACETA / FOTOS DE FLORENCIA ZURITA
10 Enero 2016
Todo el patrimonio de Miguel Ángel Peralta es su teléfono celular. Eso y la ropa que lleva puesta desde hace tres días, cuando debió abandonar su vivienda en Sud de Lazarte, cubierta por las desbordadas aguas del río Chico y del Medina.

“No sé cómo estará mi casa. No sé lo que quedó. Yo tuve que nadar 300 metros para salir del pueblo y no pude volver porque estuve ayudando a los vecinos a salvar unos animales. Cuatro familias se quedaron para cuidar sus cosas”, relata en tono monocorde, y con la mirada desprovista de esperanzas.

“Todo” es la palabra de Peralta para contestar a la pregunta de qué necesitan los lugareños. “Nada”, dice, es lo que se ha hecho en materia de obras hídricas para que las crecidas no se ensañen con él y con sus vecinos. En total, calcula, unas 200 personas viven en esa localidad. En total, 10 familias fueron evacuadas al Centro Integrador Comunitario (CIC) de la comuna de Río Chico y Nueva Trinidad.

Al principio, el camino que lleva a Sud de Lazarte desde la ruta 157, en el departamento Simoca, es una larga extensión de charcos y barro. A los pocos kilómetros el agua lo cubre todo. Más adelante, ni los tractores pueden adentrarse. La lancha es el único vehículo idóneo para llegar hasta el caserío que, hace una semana, era tierra firme.

“Esta es una zona desfavorable. No le interesa al Gobierno. No se hacen los trabajos para evitar que el río crezca. Estamos olvidados”, sentencia Peralta, con el tono seco frente a tanta agua.

Aislados

“Hay pérdidas materiales que va a costar recuperar. Han muerto muchos animales y la mayoría de quienes viven aquí se dedican a la cría de ganado caprino, que es lo que sustenta la economía doméstica. Es muy triste esta realidad que sufrimos todos los años”, lamenta Elena Oscar, directora de la escuela secundaria de Niogasta. Allí recibieron donaciones para distribuir entre los damnificados.

La docente describe que en los últimos minutos del viernes y las primeras horas de ayer la crecida comenzó a cubrir el camino. “Sabemos que hay personas aisladas en la localidad de Esquina, más allá de Sud de Lazarte. David Elías (subdelegado de la comuna de Río Chico y Nueva Trinidad) nos dijo que estaban tratando de llegar con el tractor para rescatar a esa gente”, relata.

Necesidades

La cría de ganado caprino, más que una manera de ganarse la vida, es en sí misma una forma de vida para los lugareños. “Por eso hay cinco familias que no quieren dejar sus casas en Sud de Lazarte”, confirma Ramón Antonio Martínez, jefe de Criminalística de la Regional Sur de la Policía provincial. “No quieren dejar sus casas y hay muchos chicos”, afirma. La pobreza siempre está llena de niños.

Martínez da cuenta de que en la zona, que presenta paisaje de desastre, trabajan la división de Policía Lacustre y Defensa Civil de la Provincia. “En el CIC (de Niogasta) les brindamos atención médica y alimentación. El número de evacuados de esa zona fue aumentando con el correr de las horas. Entre los que llegaron hay una recién nacida y una embarazada”, puntualizó.

De la larga lista de donaciones que necesitan, el uniformado hace hincapié en las urgencias. “El agua potable es oro por aquí”, sintetiza Martínez.

El segundo lugar en la nómina de demandas es ocupado por el calzado. “Preferentemente, que sea impermeable y para niños. La mayoría de los chicos se encuentran descalzos”, reveló.

El tercer puesto es para los repelentes. Los mosquitos han proliferado y, además de ser insoportables, pueden convertirse en transmisores de enfermedades.

En cuarto término, les urge a los evacuados la provisión de colchones y de ropa.

Finalmente, el jefe de Criminalística manifiesta que hacen falta elementos de limpieza y desinfectantes.

La sede permanente que estableció el Comité de Emergencia de la provincia en la comuna de Monteagudo, distante sólo 15 kilómetros de Niogasta, es el lugar al cual deben enviarse la ayuda. En la capital el Gobierno todavía no definió dónde se recibirán las donaciones, según reconoció el subdirector de Defensa Civil, Luis Imbert.

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