03 Abril 2016
Hace seis meses que los alumnos universitarios, terciarios y de escuelas experimentales esperan que les paguen las becas estudiantiles que dependen de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT). Un beneficio que la institución venía ofreciendo todos los años por un período de 10 meses. Se gestionaba a través de la dirección de Becas, dependiente de la secretaría de Asuntos Estudiantiles.
Esta ayuda económica convivía con las provenientes de programas nacionales, como las Progresar, las becas Universitarias (PNBU) y las del Bicentenario (PNBB). Las de la UNT ofrecían un monto mucho menor, por lo que en las últimas convocatorias la cantidad de interesados fue disminuyendo.
La 2015 se abrió en septiembre y en octubre quedaron seleccionados los 653 beneficiarios: 273, universitarios; 29 de nivel terciario y 351, de escuelas experimentales. Pero el dinero jamás se depositó.
Los aspirantes debían inscribirse y adjuntar una serie de documentos que acreditaran que no estaban en condiciones económicas de costear sus estudios. Para el período 2015-2016 el monto de las becas se había fijado en $600 (las 2014 eran de $350). Para establecer una comparación, las Progresar ofrecen $900 (hasta los 25 años), mientras que las PNBU y las PNBB superan los $1.000.
En 2014, los beneficiarios de las becas universitarias fueron 736, entre universitarios y terciarios y 476 de escuelas experimentales.
El tema de la deuda de becas fue expuesto durante la sesión del Consejo Superior, por los representantes del estamento estudiantil: Facundo Arias (Movimiento Sur) y Carlos Palferro (Reforma Estudiantil). “Consideramos lamentable que se hayan excluido de la ejecución presupuestaria a los becarios del año 2015. Estos estudiantes ya habían cumplimentado todos los pasos correspondientes para la inscripción en las becas de la Universidad, ni si quiera fueron notificados de los motivos por los que no recibieron el pago de los montos pertinentes”, opinaron.
Según los estudiantes, las becas no son una prioridad en el gasto ejecutivo universitario. “En la última sesión fueron textuales las palabras de la rectora: ‘decidimos destinar la plata de las becas para otros gastos’”, recordaron.
Desde el jueves, la rectora, Alicia Bardón, lleva adelante una gira por diferentes áreas del Ministerio de Educación de la Nación con la esperanza de gestionar fondos.
“Las becas se pagaban con recursos propios. Mientras llegaba dinero de Ymad se usaba para las becas, pero desde 2014 que ya no llega más. Ahora tenemos que pedirle a la Nación. Nosotros tenemos la intención de pagar. Hicimos la convocatoria pensando que llegarían fondos, pero no llegaron”, explicó Bardón.
Este viaje a Buenos Aires es clave. No solo espera que el gobierno nacional pase fondos para becas, sino también para afrontar gastos más grandes. “Teníamos dos programas con los que cubríamos cargos no docentes y que sumaban $ 5 millones mensuales y se cortaron”, ejemplificó.
Además, explicó que la UNT viene pagando montos superiores a los que la Nación envía para títulos de posgrado y antigüedad. “La antigüedad que pagamos es más de la media nacional y sobrepasa lo que nos mandan. Eso también se pagaba con los fondos Ymad”, dijo.
La rectora calificó a la situación económica universitaria de complicada. “Hay que lucharla todos los meses”, dijo. En unos días cerrarán un informe que graficará la situación que atraviesa la universidad. El objetivo es poner al tanto a las autoridades del ministerio de Educación de la Nación.
Bardón no pudo precisar, pero dijo que son “varios millones más” lo que necesita la universidad para funcionar. “Venimos pagando los servicios mínimos y los sueldos, pero debemos acudir continuamente al financiamiento del banco”, reconoció.
Esta ayuda económica convivía con las provenientes de programas nacionales, como las Progresar, las becas Universitarias (PNBU) y las del Bicentenario (PNBB). Las de la UNT ofrecían un monto mucho menor, por lo que en las últimas convocatorias la cantidad de interesados fue disminuyendo.
La 2015 se abrió en septiembre y en octubre quedaron seleccionados los 653 beneficiarios: 273, universitarios; 29 de nivel terciario y 351, de escuelas experimentales. Pero el dinero jamás se depositó.
Los aspirantes debían inscribirse y adjuntar una serie de documentos que acreditaran que no estaban en condiciones económicas de costear sus estudios. Para el período 2015-2016 el monto de las becas se había fijado en $600 (las 2014 eran de $350). Para establecer una comparación, las Progresar ofrecen $900 (hasta los 25 años), mientras que las PNBU y las PNBB superan los $1.000.
En 2014, los beneficiarios de las becas universitarias fueron 736, entre universitarios y terciarios y 476 de escuelas experimentales.
El tema de la deuda de becas fue expuesto durante la sesión del Consejo Superior, por los representantes del estamento estudiantil: Facundo Arias (Movimiento Sur) y Carlos Palferro (Reforma Estudiantil). “Consideramos lamentable que se hayan excluido de la ejecución presupuestaria a los becarios del año 2015. Estos estudiantes ya habían cumplimentado todos los pasos correspondientes para la inscripción en las becas de la Universidad, ni si quiera fueron notificados de los motivos por los que no recibieron el pago de los montos pertinentes”, opinaron.
Según los estudiantes, las becas no son una prioridad en el gasto ejecutivo universitario. “En la última sesión fueron textuales las palabras de la rectora: ‘decidimos destinar la plata de las becas para otros gastos’”, recordaron.
Desde el jueves, la rectora, Alicia Bardón, lleva adelante una gira por diferentes áreas del Ministerio de Educación de la Nación con la esperanza de gestionar fondos.
“Las becas se pagaban con recursos propios. Mientras llegaba dinero de Ymad se usaba para las becas, pero desde 2014 que ya no llega más. Ahora tenemos que pedirle a la Nación. Nosotros tenemos la intención de pagar. Hicimos la convocatoria pensando que llegarían fondos, pero no llegaron”, explicó Bardón.
Este viaje a Buenos Aires es clave. No solo espera que el gobierno nacional pase fondos para becas, sino también para afrontar gastos más grandes. “Teníamos dos programas con los que cubríamos cargos no docentes y que sumaban $ 5 millones mensuales y se cortaron”, ejemplificó.
Además, explicó que la UNT viene pagando montos superiores a los que la Nación envía para títulos de posgrado y antigüedad. “La antigüedad que pagamos es más de la media nacional y sobrepasa lo que nos mandan. Eso también se pagaba con los fondos Ymad”, dijo.
La rectora calificó a la situación económica universitaria de complicada. “Hay que lucharla todos los meses”, dijo. En unos días cerrarán un informe que graficará la situación que atraviesa la universidad. El objetivo es poner al tanto a las autoridades del ministerio de Educación de la Nación.
Bardón no pudo precisar, pero dijo que son “varios millones más” lo que necesita la universidad para funcionar. “Venimos pagando los servicios mínimos y los sueldos, pero debemos acudir continuamente al financiamiento del banco”, reconoció.