Por golpear y acosar a su ex mujer quedó cerca de enfrentar a un Tribunal

La fiscala Giannoni, en menos de un mes, pidió que sea enjuiciado

13 Mayo 2016
El hombre que fue denunciado por agredir a su ex mujer y que desde entonces la sigue atacando cada vez que la ve en la calle, será enjuiciado si es que prospera el pedido que solicitó la fiscala Adriana Giannoni. Lo acusó de lesiones agravadas por el vínculo y de Violencia de Género.

El 30 de marzo la mujer denunció que el hombre la había atacado salvajemente. Por pedido de la fiscal, el hombre fue detenido y luego le solicitó la prisión preventiva, planteo que fue rechazado por un juez de instrucción. Si logró que le dictaran un medida de restricción de acercamiento en contra del acusado.

En una nota publicada por LA GACETA, la mujer declaró: “No puedo entrar ni salir porque me pega. Él es dueño de mi vida, de mi casa, de mi barrio. Donde me ve me golpea y me dice que me va a matar a mí a mi familia”, dijo Yohana.

Esa mañana la mujer llegó a nuestra redacción con un moretón en la boca y un puntazo en una mano para contar su pesadilla. “Recién me vio cuando salía y me pegó una piña, después me quiso atacar con un cuchillo, pero lo empujé y salí corriendo”, contó, agitada.

La fiscala Giannoni, cuando se encontraba de turno, llegó a un acuerdo con el Servicio del 911. La Policía se comprometió a custodiar a las mujeres que habían realizado denuncia por malos tratos utilizando los hombres que tenían parada fija cerca de las casas de las agredidas para que las vigilaran. Desde la fuerza se comprometieron además a visitarlas para saber si se encontraban bien. Y una las primeras en inaugurar este sistema fue esta víctima.

El 29 de abril, antes de que se cumpliera el mes del ataque, pidió que la causa sea elevada a juicio oral.

“A él no le importan los chicos, está enfermo, se pasa todo el día drogando”, explicó la joven. Como él se desentendió de sus hijos, Yoahana sale a vender medias por las mañanas y va a la escuela por las tardes, ansiosa por terminar la secundaria para buscar un trabajo estable que le garantice la comida diaria a sus hijos.

Pero para ella todo es una odisea. “Tengo que salir escapada porque me empieza a gritar que seguro voy a verme con algún macho y me pega”, contó.

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