La continuidad del Argentina Trabaja y del Ellas Hacen garantizó la paz social, según Yedlin

“No se tira plata. Se dan oportunidades”. El ministro de Desarrollo Social, Gabriel Yedlin, defiende los programas de ingreso social con trabajo Argentina Trabaja y Ellas Hacen. Recalca que implican la llegada de unos $75 millones mensuales a Tucumán, el distrito del país con más cooperativistas, con 25.000 (en siete municipios y seis comunas). El grueso de esos fondos es depositado para los beneficiarios. Celebra que subsistieran al cambio de Gobierno en la Casa Rosada y pretende desterrar dos ideas: que se trata de planes meramente asistenciales y que el hecho de que estén involucrados dirigentes políticos sea negativo.

Yedlin dialogó con LA GACETA en el contexto del relanzamiento de las iniciativas que el Gobierno está llevando adelante. Los programas tendrán cambios clave para su funcionamiento y administración. Los fondos, por ejemplo, ya no serán manejados por los presidentes de las cooperativas, sino por los entes. La capacitación, en tanto, será el eje.

“La política es buena”

“Temíamos que no siguieran. Lo único que le pedí a la ministra de Desarrollo, Carolina Stanley, fue la continuidad, para garantizar un piso de protección social y la paz social. Hubiese sido muy difícil. Y la gente no sabe -ni debería importarle- de dónde viene cada cosa. El problema no sería de la Nación”, advierte Yedlin.

Añade que, junto con la Asignación Universal, son políticas que evitan la miseria y ayudan a romper los círculos de pobreza.

Explica la esencia de las iniciativas. Cuenta que Ellas Hacen estimula que mujeres vulnerables- por la situación económica o la violencia familiar- emprendan o retomen sus estudios. Que el Argentina Trabaja, en tanto, apunta a la formación laboral. El objetivo de las modificaciones implicaría que los cooperativistas de ambos puedan estudiar y aprender un oficio.

“Colaboramos bastante con la Nación. Asumieron y no habían tenido experiencia que sí teníamos aquí. Fuimos muy observados y consultados. Empezamos con una situación compleja. Por el trabajo del gobernador, Juan Manzur, fue mejorando, el será un aliado de la Nación. Fuimos un Gobierno al que nos miraban de una manera compleja, por las operaciones políticas y mediáticas en las elecciones. No nos creían nada”, reflexiona el ministro. Aseguró que eso cambió. “Contamos cuáles fueron los beneficios y dificultades y cómo podía ser superador. Tomaron las sugerencias”, se enorgullece.

Detalla que entre las ideas estaba la de crear un ente ejecutor dentro del Ministerio, que media entre los Gobiernos local y Nacional. Esa área está encabezada por el subsecretario Francisco Navarro. Habrá otros más chicos en Yerba Buena y en la capital.

“Hay cuestiones políticas que cruzan estos programas”, reconoce Yedlin al consignar las unidades en dos intendencias afines a Cambiemos. Renegó que, al cuestionar que la política se inmiscuya en las cooperativas, dirigentes opositores y detractores apunten sólo contra el oficialismo. “La capital tendrá un ente para las cooperativas armadas políticamente y que le responden a referentes de Germán Alfaro y de Domingo Amaya. Son unas 50”, añade para graficar la situación. Inmediatamente, afirma que la política es buena: “Hay dirigentes territoriales que se ocupan de su gente y de su barrio. Nos marcan las necesidades. Eso es la política bien entendida”.

¿Seguirán los dirigentes involucrados en las cooperativas? “No y sí. Nos ayudarán a trabajar en los barrios. El programa es del ente, pero los legisladores o concejales nos colaborarán. Las cooperativas nunca tuvieron una dependencia de los dirigentes, pero nos atravesó el año electoral”, opina.

Aclara luego que en esta nueva instancia el manejo de los fondos para materiales e insumos correrá por cuenta de los entes y no de los presidentes de las agrupaciones, porque se encontraban dificultades para rendir el dinero. “Será más prolijo y sencillo”, considera. También llevarán adelante el control de la asistencia.

Enumera otros de los inconvenientes que se intentarán subsanar. “Daban actividades que las cooperativas no estaban en condiciones de hacer. Había una grilla de cuánto dinero la Nación enviaba por actividad. Se buscaba cuál era la que implicaba más fondos. Algunas no se terminaban de ejecutar por eso”, explica. Expresa que muchas también se dedicaban a emprender obras públicas: “son necesarias, pero eso debe canalizarse por otro lado. No son empresas de obras”.

Los cambios

Navarro repasa los cambios. Detalla que serán comunicados en reuniones (mañana será en la capital, a las 17, en el Complejo Belgrano). Indica que es fundamental que los participantes sepan que, mediante el monotributo social, cuentan con obra social. Recalca esto porque de los 25.000, en la etapa anterior sólo 8.000 la habían dado de alta. Hubo también, un aumento de los ingresos: de $2.600 a $3.100. Entre las modificaciones están:

1-Los beneficiarios del Argentina podrán terminar sus estudios. “Intentaremos que sea realmente un programa de capacitación. Tendrán más herramientas para incorporar las capacitaciones”, dice Navarro.

2- Se crearán polos productivos en los municipios, de cinco talleres (carpintería y viveros, entre otros). “Habrá un experto en cada oficio. La gente se capacitará y producirá”, promete.

3- Agruparán a los vecinos para darles tareas que puedan desarrollan y para que puedan hacerlas en sus barrios. “Lo que se produce se dona. Vamos a apoyar a los que quieran emprender y puedan salir del programa”, se esperanza.

4- Las cooperativas podrán actuar en instituciones como escuelas y caps, o clubes de barrio y cocinas comunitarias.