La detención del ex secretario de Obras Públicas de la Nación José López equivale a un puñetazo en el mentón del mundo K. O a una gruesa cinta en la boca de los que ensayan discursos y teorías de conspiraciones y persecuciones contra los ex hombres de la ex Presidenta, Cristina Kirchner. López fue hallado con U$S 8 millones en efectivo, con un arma de guerra y amparado en la oscuridad tratando de enterrar dinero. ¿Se dirá ahora que no es delito ocultar billetes bajo tierra? La corrupción kirchnerista quedó alevosamente al desnudo.
El hallazgo del tucumano con los millones abre interrogantes para algunos y preocupaciones para otros. ¿Por qué quería ocultar el dinero en este momento? ¿Estamos en la antesala de otra ruta del dinero K? ¿La Justicia, que ya tenía en la mira a López, estaba por avanzar contra él? ¿Si era así, el ex funcionario lo sabía y buscaba tapar sus huellas? ¿Qué pasa si ahora el tucumano habla? ¿Se configurará en un nuevo “arrepentido”? ¿Cómo quedan José Alperovich, Juan Manzur y otros dirigentes y empresarios que elogiaron, trabajaron y aplaudieron públicamente a López?
Las ramificaciones sobre la detención del tucumano que llegó al poder nacional luego de ser funcionario del Néstor Kirchner gobernador pueden ser explosivas.
En LA GACETA del 14 de abril se avisaba que López estaba en la mira judicial por la construcción de viviendas para Milagro Sala en Jujuy y para la Fundación Sueños Compartidos. “Lopecito” también estaba señalado por las obras con Vialidad Nacional y por su presunta relación ilícita con empresas de construcción de todo el país.
El jueves pasado, LA GACETA daba cuenta también de que la Oficina Anticorrupción de la Nación estaría preparando una denuncia por obras públicas irregulares. El escrito estaría apuntado a las conexiones que habría tejido el ex ministro de Planificación Federal Julio de Vido con empresas constructoras de Lázaro Báez y otras tucumanas que habrían realizado obras en la gestión de José Alperovich. López habría terciado en esas negociaciones y la denuncia implicaría a 15 firmas -entre locales y foráneas- que actuaron en Tucumán.
Como si todo esto fuera poco, el diputado del Parlasur es el vicepresidente segundo del PJ. López podría desatar una tormenta sobre sus compañeros.