Por Juan Manuel Asis
14 Junio 2016
El consejo del Partido Justicialista de Tucumán alteró sorpresivamente su agenda del día a causa de la detención de José López. La reunón estaba citada para avanzar sobre una eventual reforma política, que incluya cambios en la legislación electoral.
Sin embargo, el "caso" López arrastró a los consejeros. A instancias de la presidenta, Beatriz Rojkés, fue el primer punto en tratarse. Y, de manera inédita en la historia del PJ tucumano, se decidió suspender a López en el cargo de vicepresidente primero del partido.
Fue una decisión política por reacción frente a la abrumadora información sobre el ex secretario de Obras Públicas de Cristina Fernández. Fue una señal hacia fuera del PJ, principalmente para los sectores independientes que tienen puesta la mirada en los kirchneristas que tienen causas en la Justicia. Bajo la frase de "no avalaremos la corrupción", el PJ tucumano dio un paso más para distanciarse del kirchnerismo. La suspensión de López es un primer paso, la expulsión será la segunda medida.
Pero para esa instancia más drástica, el tema deberá pasar por la junta de disciplina y luego por el congreso provincial. Y más allá de si a López se lo encuentra culpable de un delito, la eventual expulsión deberá observarse como el definitivo alejamiento del peronismo tucumano de Cristina y de los kirchneristas. Ahora es un lastre que no quieren seguir soportando.
El consejo del Partido Justicialista de Tucumán alteró sorpresivamente su agenda del día a causa de la detención de José López. La reunón estaba citada para avanzar sobre una eventual reforma política, que incluya cambios en la legislación electoral.
Sin embargo, el "caso" López arrastró a los consejeros. A instancias de la presidenta, Beatriz Rojkés, fue el primer punto en tratarse. Y, de manera inédita en la historia del PJ tucumano, se decidió suspender a López en el cargo de vicepresidente primero del partido.
Fue una decisión política por reacción frente a la abrumadora información sobre el ex secretario de Obras Públicas de Cristina Fernández. Fue una señal hacia fuera del PJ, principalmente para los sectores independientes que tienen puesta la mirada en los kirchneristas que tienen causas en la Justicia. Bajo la frase de "no avalaremos la corrupción", el PJ tucumano dio un paso más para distanciarse del kirchnerismo. La suspensión de López es un primer paso, la expulsión será la segunda medida.
Pero para esa instancia más drástica, el tema deberá pasar por la junta de disciplina y luego por el congreso provincial. Y más allá de si a López se lo encuentra culpable de un delito, la eventual expulsión deberá observarse como el definitivo alejamiento del peronismo tucumano de Cristina y de los kirchneristas. Ahora es un lastre que no quieren seguir soportando.
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