24 Junio 2016
CAMPEÓN PANAMERICANO. Amargós tiene una meta: la medalla olímpica. foto de miguel amargós
El ambiente mundial del karate es de optimismo puro. Miguel Amargós, campeón Panamericano de la categoría hasta 84 kilos, contagia esa ilusión en sus declaraciones. “Mi deporte está con un pie en los Juegos Olímpicos”, enfatiza el karateca. Sucede que, cuando el Comité Olímpico Internacional sesione en Río de Janeiro el próximo mes, el arte marcial tiene grandes posibilidades de pasar a formar parte del programa olímpico a partir de 2020.
“Me fui porque quiero armar mi circuito olímpico para clasificarme y lograr una medalla. Como todos sabemos, Tucumán no tiene la insfraestructura ni el nivel para eso”, analizó Amargós. Hace pocas semanas el tucumano se mudó a Buenos Aires. Allí encontró los elementos que necesita, según afirma, para encarar lo que todavía es un proyecto.
“Tenemos los preparadores físicos, dos técnicos y todo a disposición -explicó-. Mantenemos la esperanza y la fe de que el karate ingresará a los Juegos”. Todo indica que esta vez no se escapará la oportunidad olímpica, porque la próxima cita será en Tokio, Japón, tierra en la que nació el deporte candidato. Es un enorme guiño para el karate.
“Para ser campeón hay que entrenarse y en Tucumán, dadas las condiciones, no se puede. Más que una opción, la de radicarme en Buenos Aires era la única opción que había”, sentenció Amargós.
A partir de allí, todo gira en torno de la clasificación olímpica. “Por eso me vine para Buenos Aires. Y si me tengo que ir a Europa, me iré”, anticipó. “En lo personal, vengo haciendo un trabajo fino, estudiando a quienes podrían ser mis rivales en la clasificación y podrían darme batalla”, reveló con entusiasmo.
Amargós no dejó de lado un punto clave, personal, y que tiene que ver con el aprecio que tiene por su tierra y por su gente de Villa Alem. “Cuando me llamen y necesiten voy a estar; es mi ciudad. Voy a seguir compitiendo para Tucumán -sostuvo-. Si bien me ofrecieron representar a un montón de dojos, yo seguiré firme con la provincia y los logros se los seguiré dando a ella”.
“Me fui porque quiero armar mi circuito olímpico para clasificarme y lograr una medalla. Como todos sabemos, Tucumán no tiene la insfraestructura ni el nivel para eso”, analizó Amargós. Hace pocas semanas el tucumano se mudó a Buenos Aires. Allí encontró los elementos que necesita, según afirma, para encarar lo que todavía es un proyecto.
“Tenemos los preparadores físicos, dos técnicos y todo a disposición -explicó-. Mantenemos la esperanza y la fe de que el karate ingresará a los Juegos”. Todo indica que esta vez no se escapará la oportunidad olímpica, porque la próxima cita será en Tokio, Japón, tierra en la que nació el deporte candidato. Es un enorme guiño para el karate.
“Para ser campeón hay que entrenarse y en Tucumán, dadas las condiciones, no se puede. Más que una opción, la de radicarme en Buenos Aires era la única opción que había”, sentenció Amargós.
A partir de allí, todo gira en torno de la clasificación olímpica. “Por eso me vine para Buenos Aires. Y si me tengo que ir a Europa, me iré”, anticipó. “En lo personal, vengo haciendo un trabajo fino, estudiando a quienes podrían ser mis rivales en la clasificación y podrían darme batalla”, reveló con entusiasmo.
Amargós no dejó de lado un punto clave, personal, y que tiene que ver con el aprecio que tiene por su tierra y por su gente de Villa Alem. “Cuando me llamen y necesiten voy a estar; es mi ciudad. Voy a seguir compitiendo para Tucumán -sostuvo-. Si bien me ofrecieron representar a un montón de dojos, yo seguiré firme con la provincia y los logros se los seguiré dando a ella”.
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