Paola Serrano es argentina, nació en Santa Fe, y vive en Marsella, a 300 km de Niza donde anoche más de 80 personas murieron en un atentado terrorista. Está casada y tiene un hijo adolescente. Años atrás se mudó a Francia con su familia con la expectativa de vivir en un lugar mejor y hoy, por cosas del destino, puede contar –por lo menos- los últimos ataques terroristas que padeció el país.
“Desde el atentado a la revista Charlie Hebdo (en enero de 2015) vivimos con miedo y esperando que el gobierno tome las medidas correspondientes. Dejamos de asistir a manifestaciones, donde se concentra mucha gente, como la de ayer”, contó Paola en referencia al sitio donde se produjo el atentado.
Si bien desde el Gobierno francés aseguran que desde el ataque a Charlie Hebdo el país reforzó las medidas de seguridad, los habitantes de Francia siguen sin poder vivir tranquilos. Según contó esta argentina, los ciudadanos exigen que se intensifiquen los controles y que, además, cierren las fronteras. Pero las autoridades no quieren aceptar esa medida. “Se ha hecho un gran trabajo pero no es suficiente. Impidieron 10 atentados pero hay detalles que se les siguen escapando”, comentó.
Serrano explica cómo operan los atacantes: “son discretos, no se los ve nunca y un día pasan a la acción y matan. Vienen aquí diciendo que son refugiados políticos o condenados, y buscan la muerte a cualquier precio. Alquilan una casa y aceptan que el Islam sea más fuerte que sus valores familiares”.
Paola, al igual que los expertos franceses en seguridad, atribuye la responsabilidad del ataque al grupo Daesh –la traducción de Estado Islámico al francés-. “El lema de Daesh dice que hay que matar franceses con cuchillos, armas o atropellarlos en la calle. Eso es lo que pasó ayer”, explicó.
Elba Franco es otra de las argentinas que reside en Francia. Ella también es santafecina y vive en Niza con su pareja y una de sus hijas, con quien estuvo a punto de ir a los festejos donde se produjeron los ataques. Allí, una amiga de su hija perdió la vida.
“Anoche lloré muchísimo por toda esa gente y también porque todos los años vamos allí y esta vez no lo hicimos. Hubiésemos podido morir allí”, fue lo primero que dijo Elba cuando LA GACETA le preguntó sobre lo que había ocurrido. “Siento una opresión en el pecho y mucha tristeza e impotencia por todas las familias destruidas”.
Elba cuenta que hoy la gente comenzó a llevar flores y mensajes de amor para las víctimas al lugar. “Niza está calma; la gente guarda silencio”, contó.
“La Promenade” es el nombre del lugar en el que los franceses festejaban ayer la conmemoración de la toma de Bastilla cuando se produjo el ataque. “Era un hermoso lugar al borde del mar donde todo el día la gente va a pasear. Es muy conocido en el mundo. Nunca más será como antes”, dijo esta argentina.
“No nos queda otra que seguir adelante. La vida sigue después de esto. No miraremos a los árabes de la misma manera; cada vez que ocurra algo pensaremos que fue uno de ellos”, finalizó Elba.