La medalla de oro de Lange y Carranza: una hazaña para el infarto

El binomio argentino debió superar dos penalizaciones antes de coronarse

A FESTEJAR. Lange mira al cielo y y sonríe. Su compañera, Cecilia Carranza, 25 años menor que él, se acerca para fundirse en un abrazo histórico para la vela argentina. REUTERS A FESTEJAR. Lange mira al cielo y y sonríe. Su compañera, Cecilia Carranza, 25 años menor que él, se acerca para fundirse en un abrazo histórico para la vela argentina. REUTERS
17 Agosto 2016

RÍO DE JANEIRO.- Incrédulos, Santiago Lange y Cecilia Carranza Saroli toman la noticia de que se hicieron dueños de la medalla de oro, la primera en la historia de la vela argentina, como si fuera una sorpresa de fin de año. Después de pasar las de Caín en la Medal Race de la prueba de Nacra mixto hubo fiesta nacional.

La última carrera de los Juegos tuvo un par de dolores de cabeza, porque el sanisidrense y la rosarina fueron penalizados en dos oportunidades, una en la primera manga y otra en la tercera, por una maniobra que los jueces interpretaron peligrosa. Tuvieron que pagar haciendo un giro de 360 grados. Sin embargo, Lange encontró el camino para en la pista para recuperar el terreno perdido y lograr en los metros finales la sexta posición.

Tras cruzar la boya final sobrevinieron algunos segundos de incertidumbre, pero al final Lange y Carranza pudieron festejar que consiguieron la medalla que habían venido a buscar Río de Janeiro y por la cual tanto sacrificio habían hecho. Los hijos de Lange, Yago y Klaus, que avanzaron a la final de la clase 49er., se lanzaron al agua y nadaron hasta llegar al catamarán y fundirse en un abrazo con su padre, en una imagen emotiva. “Por suerte se nos dio”, dijo Lange, quien luego agregó: “la vida es una maravilla, soy un privilegiado”.

Inolvidable

Finalmente, los argentinos fueron sextos en la Medal Race, ubicación que les alcanzó para quedar en lo más alto del podio con 77 puntos. Los australianos Jason Waterhouse y Lisa Darmanin se quedaron con la plata y los austríacos Thomas Zajac y Tanja Frank con el bronce, con 78 unidades cada uno. Los australianos quedaron segundos debido a que superaron a los austríacos en la prueba decisiva.

“Cometimos algunos errores en el inicio y en un momento me las vi negras. Pero al final logramos lo que vinimos a buscar. Estoy muy feliz. Todavía no caigo, no lo puedo creer”, confesó Carranza.

“Tuvimos mucho temor desde la primera penalización, no hicimos un regata prolija, la que planeamos, aunque nos recuperamos y al final festejamos”, agregó Lange, quien junto a su compañera lograron el segundo oro para Argentina en Río 2016, detrás del de Paula Pareto, en yudo hasta 58 kilos. (Especial)

Campeón y leyenda

Rodolfo Chisleanschi - DPA

En los Juegos Olímpicos de Helsinki de 1952, el padre de Santiago Lange fue cuarto en una competición de vela. Ayer estaba en la playa de la bahía de Guanabara junto a sus nietos Klaus y Yago, que se clasificaron para disputar mañana la Medal Race en la clase 49er. Tres generaciones juntas para disfrutar y emocionarse. No es común ganar el oro con 54 años. Mucho menos lo es hacerlo apenas 11 meses después de sufrir la extirpación de un pulmón luego de un diagnóstico de cáncer.

Cuando el “viejo león de mar” bajó de su catamarán lo esperaban amigos y adversarios que saben quién es. Conocen su historia. En el universo de la vela su nombre tiene un peso que va más allá de las medallas. “Navegar con Santi es jugar con Messi”, señaló sin vueltas su compañera Carranza. Sabio, loco, o como él mismo se define, “obsesivo y perfeccionista”, Lange ya puede agregar otros ítems en su currículum. Es campeón olímpico. Ya es leyenda. Con 54 años y un solo pulmón.

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Lo hecho es para admirar

Eduardo Díaz Saravia - Nauta tucumano

Ví la última regata que hicieron Santiago y Cecilia. Me emocionaron. Lo hecho por ambos es para admirar, sin dudas. Él es un capo. Es tremenda la manera en que se sobrepuso a todas las vicisitudes de la competencia final. Pienso que fue clave el hecho de que se haya ido a instalar en Río hace seis meses, que haya estudiado los vientos. Él, más que nadie, sabía cómo venía la mano y se enfocó en eso, en aprovecharlos lo mejor posible. Y si lo que hizo Santiago fue para sacarse el sombrero, qué decir de lo que propuso Cecilia: ella fue fundamental en su función de proel, aportando toda su experiencia. Esto de trabajar en dupla es una cosa muy particular y ellos supieron cómo complementarse y sacaron lo mejor de cada uno para llegar a un objetivo. Y lo hicieron frente a rivales de gran categoría. Ganaron porque fueron finos cuando había que serlo. Con respecto a si lo que consiguieron fortalecerá a la náutica.

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