07 Diciembre 2016
FOTO TOMADA DE TN.COM.AR
La oposición se unió en el Congreso y le dio un duro golpe al Gobierno nacional con un tema clave y muy sensible, como los esperados cambios en el Impuesto a las Ganancias, en el cierre de la actividad parlamentaria, en sesiones extraordinarias, y de cara a un año electoral. Hace más de 10 años que no hay modificaciones de peso en el gravamen, y el presidente, Mauricio Macri, había prometido que eliminaría el tributo para los trabajadores, algo que no pudo cumplir.
Las modificaciones impactan de lleno en las provincias, ya que lo recaudado se coparticipa en un 50% entre la Nación y los distritos. El oficialismo esperaba el respaldo de los gobernadores pero no lo consiguió, pese al esquema que les envió la Casa Rosada sobre lo que dejarían de recaudar si se aprobaba el proyecto de Sergio Massa.
El Frente Renovador de Massa, el PJ no K, el Frente para la Victoria y el Frente Amplio Progresista (que incluye al GEN, al Socialismo y a Libres del Sur) se unieron en Diputados para consensuar un proyecto en común, ya que ninguno de los cuatro dictámenes (entre ellos, el del oficialismo) reunía los 129 votos necesarios para avanzar en la cámara baja.
El proyecto consensuado fue aprobado por 140 votos afirmativos, 86 negativos y siete abstenciones y establece cambios más profundos que los propuestos por el oficialismo. El costo fiscal que genera es mucho mayor que el de Cambiemos: $ 32.000 millones más que los previstos por la iniciativa oficial. El proyecto aprobado por la Cámara baja pasa ahora al Senado, donde el oficialismo espera que sufra cambios y, en consecuencia, deba volver a Diputados antes de ser sancionado.
Desde la AFIP y el Ministerio de Hacienda -dos organismos que analizaron en detalle el proyecto oficial, antes de fuera presentado en el Congreso- le adelantaron a Macri que la iniciativa aprobada por la oposición representa "una montaña de plata" que el Estado no está en condiciones de financiar. Con este escenario el Presidente no descarta la posibilidad de vetar la ley, en el caso de que fuera sancionada por el Senado tal como está, más allá del costo político que tendría esta medida.
La oposición se unió en el Congreso y le dio un duro golpe al Gobierno nacional con un tema clave y muy sensible, como los esperados cambios en el Impuesto a las Ganancias, en el cierre de la actividad parlamentaria, en sesiones extraordinarias, y de cara a un año electoral. Hace más de 10 años que no hay modificaciones de peso en el gravamen, y el presidente, Mauricio Macri, había prometido que eliminaría el tributo para los trabajadores, algo que no pudo cumplir.
Las modificaciones impactan de lleno en las provincias, ya que lo recaudado se coparticipa en un 50% entre la Nación y los distritos, detalla Tn.com.ar. El oficialismo esperaba el respaldo de los gobernadores pero no lo consiguió, pese al esquema que les envió la Casa Rosada sobre lo que dejarían de recaudar si se aprobaba el proyecto de Sergio Massa.
El Frente Renovador de Massa, el PJ no K, el Frente para la Victoria y el Frente Amplio Progresista (que incluye al GEN, al Socialismo y a Libres del Sur) se unieron en Diputados para consensuar un proyecto en común, ya que ninguno de los cuatro dictámenes (entre ellos, el del oficialismo) reunía los 129 votos necesarios para avanzar en la cámara baja.
El proyecto consensuado fue aprobado por 140 votos afirmativos, 86 negativos y siete abstenciones y establece cambios más profundos que los propuestos por el oficialismo. El costo fiscal que genera es mucho mayor que el de Cambiemos: $ 32.000 millones más que los previstos por la iniciativa oficial. El proyecto aprobado por la Cámara baja pasa ahora al Senado, donde el oficialismo espera que sufra cambios y, en consecuencia, deba volver a Diputados antes de ser sancionado.
Desde la AFIP y el Ministerio de Hacienda -dos organismos que analizaron en detalle el proyecto oficial, antes de fuera presentado en el Congreso- le adelantaron a Macri que la iniciativa aprobada por la oposición representa "una montaña de plata" que el Estado no está en condiciones de financiar. Con este escenario el Presidente no descarta la posibilidad de vetar la ley, en el caso de que fuera sancionada por el Senado tal como está, más allá del costo político que tendría esta medida.
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