17 Enero 2017
HOMBRES DE CAMPO. Las víctimas se dedicaban al cultivo de hortalizas y con esos ingresos sostenían a varias familias de agricultores.
Los pocos elementos concretos que manejan los investigadores son: que hay dos hombres muertos a balazos; que 21 personas quedaron aprehendidas (16 policías y cinco civiles); que se secuestraron 15 armas de fuego, 14 celulares y las ropas de todos los implicados; y que un efectivo se encuentra internado en una clínica de la capital tucumana con la nariz rota de un golpe. A partir de allí, las versiones de la familia y la Policía se bifurcan hasta el punto de contar dos historias totalmente distintas.
Mientras que los policías afirman que el enfrentamiento se registró durante un control vehicular de rutina, la familia de las víctimas asegura que fueron emboscadas por los uniformados.
Según el relato oficial, los uniformados solicitaron la documentación de un Volkswagen Vento color gris durante un control que realizaban en la zona de Rodeo Grande. En el parte consta que los ocupantes se negaron a identificarse y a exhibir la documentación del rodado. Luego se bajaron del vehículo, lo dejaron el auto en ese lugar y se retiraron, pero momentos después volvieron con varias personas más. Tras agredir a los policías, y robarle a uno de estos su arma reglamentaria, huyeron a bordo del Vento y otros vehículos.
Siguiendo con esa versión, los policías fueron tras los pasos de estas personas hasta el barrio San Cayetano, donde les dieron alcance. Al verse cercados, los ocupantes del auto descendieron y dispararon contra los efectivos, que respondieron el fuego, momento en que murieron Oscar Martín Moreno (53) y su hijo Oscar Orlando (28).
La otra versión
Muy diferente es el relato de la familia de las víctimas. Ellos sostienen que se encontraban en la cancha del Club San José cuando llegaron policías de civil afirmando que el Vento era robado y que tenían que detener a Moreno (h). Afirman que un policía les pedía dinero para no llevarse el auto, ya que todavía no tenían realizada la transferencia del vehículo, que venían pagando desde hace casi un año.
Ante esta situación, habrían dejado el auto en ese lugar y se retiraron a bordo de otros vehículos. Luego, los Moreno regresaron a buscar el Vento y ese fue el momento en que -según su versión- fueron emboscados y ultimados por los uniformados.
La abogada Natalia García Salemi, quien representa a la familia Moreno, sostuvo: “ellos compraron un Volkswagen Vento usado y un tal Velasco, que es comisario en Simoca, era el cobrador, el recaudador. Este Velasco les cobraba la cuota del auto todos los meses y le sumaba otro monto fijo que era una coima para no quitarles el vehículo. A su vez Dardo Romano, el comisario de Tafí del Valle, también les pedía dinero para no secuestrarles el auto porque no tienen hecha la transferencia”, afirmó la letrada.
La abogada comentó que el domingo sus defendidos no tenían dinero para pagar la coima, pero que los uniformados al parecer sabían que ya habían vendido la cosecha y les exigían la plata.
“Los policías sacaron las armas y los Moreno dieron la vuelta y regresaron a la cancha. Estaban asustados. Esa es la persecución de la que hablan”, aseguró. “Pudo ser una masacre, empezaron a disparar sin piedad. Los mataron por una coima”, agregó.
Los testimonios que faltan
Después de la balacera, no solo aprehendieron a 16 policías. La misma medida se tomó con respecto a cinco de las personas que acompañaban a los Moreno: Adrián Omar Roldán (20), José Antonio Moreno (26), Adrián Alfonso Moya (30), Raúl Alberto Moreno (48) y Javier Martín Moreno (31). Todos fueron trasladados ayer desde la comisaría de Famaillá hasta el Centro Judicial Monteros para declarar ante el fiscal Jorge Echayde. Al cierre de esta edición, no habían terminado de hacerlo.
También será fundamental el testimonio del grupo de vecinos del barrio Peñarol que fueron a alentar a su equipo de fútbol, que jugaba contra San José Fútbol Club, en el paraje de Ojo de Agua, para corroborar la presencia de las dos víctimas en la hinchada.
Ante la consulta de este diario, el secretario de Seguridad Paul Hofer dijo que emitirá un comunicado recién cuando tenga mayores precisiones sobre lo sucedido.
Mientras que los policías afirman que el enfrentamiento se registró durante un control vehicular de rutina, la familia de las víctimas asegura que fueron emboscadas por los uniformados.
Según el relato oficial, los uniformados solicitaron la documentación de un Volkswagen Vento color gris durante un control que realizaban en la zona de Rodeo Grande. En el parte consta que los ocupantes se negaron a identificarse y a exhibir la documentación del rodado. Luego se bajaron del vehículo, lo dejaron el auto en ese lugar y se retiraron, pero momentos después volvieron con varias personas más. Tras agredir a los policías, y robarle a uno de estos su arma reglamentaria, huyeron a bordo del Vento y otros vehículos.
Siguiendo con esa versión, los policías fueron tras los pasos de estas personas hasta el barrio San Cayetano, donde les dieron alcance. Al verse cercados, los ocupantes del auto descendieron y dispararon contra los efectivos, que respondieron el fuego, momento en que murieron Oscar Martín Moreno (53) y su hijo Oscar Orlando (28).
La otra versión
Muy diferente es el relato de la familia de las víctimas. Ellos sostienen que se encontraban en la cancha del Club San José cuando llegaron policías de civil afirmando que el Vento era robado y que tenían que detener a Moreno (h). Afirman que un policía les pedía dinero para no llevarse el auto, ya que todavía no tenían realizada la transferencia del vehículo, que venían pagando desde hace casi un año.
Ante esta situación, habrían dejado el auto en ese lugar y se retiraron a bordo de otros vehículos. Luego, los Moreno regresaron a buscar el Vento y ese fue el momento en que -según su versión- fueron emboscados y ultimados por los uniformados.
La abogada Natalia García Salemi, quien representa a la familia Moreno, sostuvo: “ellos compraron un Volkswagen Vento usado y un tal Velasco, que es comisario en Simoca, era el cobrador, el recaudador. Este Velasco les cobraba la cuota del auto todos los meses y le sumaba otro monto fijo que era una coima para no quitarles el vehículo. A su vez Dardo Romano, el comisario de Tafí del Valle, también les pedía dinero para no secuestrarles el auto porque no tienen hecha la transferencia”, afirmó la letrada.
La abogada comentó que el domingo sus defendidos no tenían dinero para pagar la coima, pero que los uniformados al parecer sabían que ya habían vendido la cosecha y les exigían la plata.
“Los policías sacaron las armas y los Moreno dieron la vuelta y regresaron a la cancha. Estaban asustados. Esa es la persecución de la que hablan”, aseguró. “Pudo ser una masacre, empezaron a disparar sin piedad. Los mataron por una coima”, agregó.
Los testimonios que faltan
Después de la balacera, no solo aprehendieron a 16 policías. La misma medida se tomó con respecto a cinco de las personas que acompañaban a los Moreno: Adrián Omar Roldán (20), José Antonio Moreno (26), Adrián Alfonso Moya (30), Raúl Alberto Moreno (48) y Javier Martín Moreno (31). Todos fueron trasladados ayer desde la comisaría de Famaillá hasta el Centro Judicial Monteros para declarar ante el fiscal Jorge Echayde. Al cierre de esta edición, no habían terminado de hacerlo.
También será fundamental el testimonio del grupo de vecinos del barrio Peñarol que fueron a alentar a su equipo de fútbol, que jugaba contra San José Fútbol Club, en el paraje de Ojo de Agua, para corroborar la presencia de las dos víctimas en la hinchada.
Ante la consulta de este diario, el secretario de Seguridad Paul Hofer dijo que emitirá un comunicado recién cuando tenga mayores precisiones sobre lo sucedido.