Quito se vistió de celeste y blanco con el banderazo de los hinchas de Atlético

Mientras los jugadores se preparan para el choque ante El Nacional, los fanáticos se juntaron en el centro de la capital ecuatoriana.

Los hinchas de Atlético se reencontraron a 4.600 kilómetros de Tucumán. Los hinchas de Atlético se reencontraron a 4.600 kilómetros de Tucumán.
06 Febrero 2017
A 24 horas del partido que definirá el futuro de Atlético en la Copa Libertadores 2017, los hinchas "decanos" se juntaron en el centro de Quito para realizar un banderazo. La cita fue a las 19 de Ecuador (21 de Argentina) en la plaza Foch, una zona de bares, restaurantes y cafeterías que generan un ambiente de fiesta.
"Yo te sigo a vos a todos lados", se escuchaba en una de las esquinas que se convirtió en lo más parecido a la intersección de avenida Sarmiento y Laprida cada vez que el equipo tucumano juega de local en el estadio Monumental "José Fierro".
Los transeúnte se detenían y sacaban fotos a los cientos de tucumanos que cantaban al ritmo de los redoblantes de la murga. A 400 kilómetros del lugar del banderazo, en Guayaquil, Pablo Lavallén le otorgó un descanso de dos horas a sus dirigidos, quienes salieron a conocer la zona comercial de la ciudad que los albergará hasta mañana.
La convocatoria de los hinchas fue seguida de cerca por los policías ecuatorianos, quienes no registraron ningún tipo de incidente. Fue una verdadera fiesta celeste y blanca.

A 24 horas del partido que definirá el futuro de Atlético en la Copa Libertadores 2017, los hinchas "decanos" se juntaron en el centro de Quito para realizar un banderazo. La cita fue a las 19 de Ecuador (21 de Argentina) en la plaza Foch, una zona de bares, restaurantes y cafeterías que generan un ambiente de fiesta.

"Yo te sigo a vos a todos lados", se escuchaba en una de las esquinas que se convirtió en lo más parecido a la intersección de avenida Sarmiento y Laprida cada vez que el equipo tucumano juega de local en el estadio Monumental "José Fierro".



Los transeúnte se detenían y sacaban fotos a los cientos de tucumanos que cantaban al ritmo de los bombos y redoblantes de la murga. A 400 kilómetros del lugar del banderazo, en Guayaquil, Pablo Lavallén le otorgó un descanso de dos horas a sus dirigidos, quienes salieron a conocer la zona comercial de la ciudad que los albergará hasta mañana.

La convocatoria de los hinchas fue seguida de cerca por los policías ecuatorianos, quienes no registraron ningún tipo de incidente. Fue una verdadera fiesta celeste y blanca.

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