Atlético en la Copa: mucho más que un partido de fútbol

Jugar la Copa Libertadores no es sencillo. Mucho menos para un club que busca consolidarse en Primera División luego de un largo peregrinar por las canchas del ascenso. Atlético hizo posible lo que hasta hace algunos años parecía un sueño: llegar, por méritos propios a través de la competencia deportiva, a un torneo internacional. Para entender la dimensión de lo conseguido por el “Decano” basta con observar cómo entidades con enorme tradición copera se quedaron al margen de esta renovada edición.

Atlético viajó a Ecuador en busca de una clasificación que se complicó por el empate del primer partido, jugado en el Monumental. La tarea no es fácil. Tampoco imposible. El 2 a 2 en la ida no logró reducir la confianza del plantel. Mucho menos la de los hinchas, que viajaron en gran número para ser testigos presenciales de un partido histórico que puede poner al conjunto tucumano a sólo un paso de acceder a la fase de grupo, el principal objetivo.

Si bien lo deportivo es por estas horas el tema excluyente del presente “decano”, detrás de lo que pueda conseguir el equipo hay un abanicos de posibilidades que potenciarán a la provincia, proyectándola al resto del mundo. Tucumán, de un tiempo a esta parte, se acostumbró a figurar en medios extranjeros por los éxitos alcanzados en los campos de juego y por la pasión que los hinchas.

El turismo es una fuente importante de ingresos para la provincia, y esta experiencia internacional de Atlético, en caso de avanzar en la Copa Libertadores, abrirá una puerta gigante para el ingreso de visitantes que llegarán para presenciar encuentros. En el Ente de Turismo saben que esa oportunidad no puede desperdiciarse y buscan articular medidas para potenciar los alcances de una hipotética clasificación.

El fútbol es una vidriera que pondrá a Tucumán ante los ojos de todo el mundo. En otras provincias suelen organizar torneos amistosos para atraer a los hinchas. En este caso se trata de una competencia internacional.

Pero no sólo el turismo se beneficiará. El fútbol es una fuente inagotable de recursos económicos y a su alrededor se generan puestos de trabajo para muchas personas que comercializan productos relacionados con Atlético o instalan sus puestos en las adyacencias del estadio cuando se juega un partido. Mientras algunos fanáticos viven por el fútbol, otros viven gracias al fútbol.

El periodismo local es otro beneficiado. No es lo mismo viajar para cubrir un partido del Argentino A que acompañar al equipo en un cruzada internacional, recorriendo miles de kilómetros y conociendo otros países, otras ciudades, otras culturas.

El semillero se fortalecerá. Crecerá el número de pequeños futbolistas que intentará emular a sus ídolos. Cuando más sean, mayores serán las chances de encontrar talentos que, una vez formados, pasen a formar parte del plantel profesional. Así, Atlético no tendrá necesidad de buscar jugadores en otras provincias podrá autoabastecerse y hasta convertirse en un club vendedor, con los beneficios que eso significa.

En pocas horas, Atlético estará definiendo su futuro en Ecuador. Y si bien un partido, por más importante que sea, no es una cuestión de vida o muerte, en este caso para la provincia será importante que los dirigidos por Pablo Lavallén regresen de Quito con el pasaporte en la mano, listos para disputar la siguiente fase en busca del premio mayor: un lugar en la fase de grupos.

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