Antes, en el punto donde se cruzan las avenidas Francisco de Aguirre y Las Américas, había una cancha de fútbol. Allí, el equipo de veteranos del barrio conocido como “El Chivero” disputaba sus partidos de local en el campeonato de la Liga Tucumana de Fútbol de Veteranos. “Les servía a los chicos para distraerse y alejarse de la porquería de la droga”, dice Daniel Rubén Ávila, que tiene un puesto de verduras frente al lugar donde solía estar el potrero del barrio.
Ahora, lo más cercano a un estadio de fútbol son los dos gruesos postes paralelos que se colocaron en la platabanda de la avenida Las Américas, por donde pasan cientos de autos que se dirigen a Lomas de Tafí. “Estamos atentos a que a los changuitos no se les escape la pelota”, cuenta Ávila.
El predio abandonado tiene más de 100 metros de largo. Hoy se asemeja más a una selva que a la cancha de fútbol que supo ser. Los yuyos crecen sin dar tregua y se acumula cada vez más basura. También, cuenta Ávila, los delincuentes lo aprovechan como escondite.
José Luis Lafuente tiene su pequeña casa al lado del basural. Convive a diario con distintos tipos de residuos: gomas de autos, pañales, botellas de vidrio, kilos de ramas secas y bolsas de todos los colores. “Mirá los yuyales -señala-, hay veces que crece tanto que nosotros somos los que tenemos que cortar el pasto”.
A la vuelta de la casa de José Luis vive su hermano, Manuel Lafuente, que también padece las consecuencias de la suciedad. “Acá entran ratas, alacranes y víboras. Las ratas te comen todo, y así tenemos que vivir...”, se queja.
Sara Barraza compra unos tomates en la verdulería de Ávila. Considera que los principales generadores de basura son los carreros y los autos que vienen desde Lomas de Tafí. “Los carros son los que más tiran. Traen de los barrios de allá. Les pagan, vienen y tiran la basura ahí”, denuncia.
Ricardo Otrino, gerente general de la unidad de negocios de Transportes 9 de Julio -empresa recolectora de residuos- afirmó: “no podemos hacer nada contra los carreros. Ellos generan basura permanentemente. Pero el otro problema es la gente que saca basura a cualquier hora, cualquier día incluso feriado y la tira en el lugar que más le conviene”.
El secretario de Servicios Públicos del municipio capitalino, Carlos Arnedo, advirtió que en la zona se creó un basural crónico. “Estamos viendo la posibilidad de instalar un centinela en el lugar, ya que los carreros arrojan basura constantemente. También hay vehículos motorizados que tuvimos que secuestrar”, comentó
Al lado de la casa de José Luis, Víctor Castro se ubicó para ver cómo trabajaban los operarios de la 9 de Julio. “Hace años que no pasaban. La última vez que estuvo limpio fue en las elecciones. Se instalaban camiones, ponían música y era una fiesta. Pero pasaron las elecciones y esto quedó desolado”, comenta. Un auto pasa por el lugar y toca bocina; “están festejando porque vinieron a limpiar”, bromea Castro.
Cuando estaba el campo de fútbol, dice Mercedes Córdoba, estaba todo limpio. “Nosotros no dejábamos que vengan a tirar basura. Nos parábamos a controlar. Nadie tomaba terrenos porque queríamos cumplir con la reglamentación”, afirma.
Riesgos
Susana López, profesora de la cátedra de Virología de la UNT, indicó que convivir con basura puede traer una serie de problemas. La manera más común de contagiarse, indica, es por contacto directo con material contaminado (objetos, pañales, restos de alimentos). También por cortaduras con agujas arrojadas incorrectamente. Especifica que los niños en general se enfrentan a riesgos mayores que los adultos por desconocimiento o por su estado inmune más inmaduro.
Reacción ante una denuncia
A partir de la denuncia que LA GACETA publicó en la edición de ayer, en la sección de Whatsapp, operarios de la empresa recolectora de servicios, Transportes 9 de Julio, realizaron una limpieza sobre la calle, ya que la basura desbordaba la vereda de avenida Las Américas.