Atlético goleó a Oriente luego de superar complicaciones

ALGO DE EXPERIENCIA. Guillermo Acosta lleva la pelota ante la mirada lejana de Helmut Gutiérrez. “Bebé” aportó su gran cantidad de partidos en Primera dentro de un equipo muy joven. la gaceta / foto de diego aráoz ALGO DE EXPERIENCIA. Guillermo Acosta lleva la pelota ante la mirada lejana de Helmut Gutiérrez. “Bebé” aportó su gran cantidad de partidos en Primera dentro de un equipo muy joven. la gaceta / foto de diego aráoz

El "Decano" ya es un especialista en problemas. Video.

02 Agosto 2017

Cuando llovía, era una fija: Ayrton Senna ganaba la carrera. La gloria brasileña de Fórmula 1 tenía una habilidad especial para correr sobre la pista mojada, una de las complicaciones más fuertes para cualquier corredor. Sin embargo, el paulista la transformaba en su aliada. Y por más que ayer no haya llovido en Tucumán, ni el 11 de julio en Santa Cruz de la Sierra, ni el 7 de febrero en Quito, Atlético y su eterno héroe, Luis Rodríguez, se convirtieron en Senna.

Es que por enésima vez en el año, el equipo que ahora dirige Ricardo Zielinski, terminó ganando un partido en condiciones completamente desfavorables. En lo estrictamente estadístico, el “Decano” goleó 3 a 0 a Oriente Petrolero de Bolivia para redondear una serie casi perfecta (6-2 en el global) y avanzar a los octavos de final donde espera rival: Deportes Iquique o Independiente.

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Pero antes de sentarse en ese sillón, Atlético padeció como nunca y como siempre. Como nunca porque tuvo que salir a jugar el partido con 15 jugadores por una resolución que la Conmebol emitió casi entre gallos y medianoche. El “Ruso” no podía disponer de sus refuerzos y debía alistar un equipo plagado de juveniles, con cuatro jugadores en el banco, solo tres de campo. La defensa era sinceramente un experimento cuasi adolescente completamente irreprochable para el entrenador pues no tenía más que lo que puso.

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Para remediarlo, se apoyó en sus jugadores más experimentados. Uno de ellos, el primero en aparecer, fue Cristian Lucchetti, que tenía más partidos en Primera que toda su línea de cuatro. El arquero tuvo dos atajadas espectaculares cuando el partido estaba 0 a 0, para que la confianza de los pibes se mantuviera intacta.

Del medio hacia arriba, el promedio de edad subía y eso se notaba. Entre Rodrigo Aliendro y David Barbona se las ingeniaban para complicar y cuando se iba el primer tiempo, el ex Chacarita asistió al “Pulguita” que convirtió el 1 a 0 y comenzó a construir otra noche consagratoria para él.

En el segundo tiempo, el simoqueño liquidó el partido por su propia cuenta. Después del gol de zurda, hizo uno de cabeza y otro de derecha. Atrás, las dudas de los jóvenes al principio ya eran historia y Atlético había salido airoso otra vez en las peores condiciones. En Quito, cuando el avión no pudo salir o en Santa Cruz, cuando había preparado el partido con siete profesionales.

Si Senna se recibió de maestro de la lluvia en el Gran Premio de Estoril en 1985 (lo que le valió el apodo de “Magic”), Atlético anoche hizo lo propio en un contexto indeseado. Aunque el campo haya estado seco.

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