“Sí. Hoy, sí”, aceptó la auxiliar de a bordo del vuelo 7570 de Latam al aterrizar en Termas de Río Hondo: es que los pasajeros -entre ellos, varios tucumanos-, habían comenzado a aplaudir y a gritar con una inmensa alegría. Durante el vuelo, el avión vivió un episodio violento que no duró más de cinco minutos, pero que los viajeros no olvidarán jamás. Primero, el incesante golpe de granizo y una feroz turbulencia; luego, una pronunciada maniobra de escape del piloto para salir de la tormenta, que dejó sin aire a más de uno. Entre los gritos y los rezos, una pareja comenzó a despedirse.
Una tormenta de granizo destrozó la trompa de un avión que aterrizó en Termas
“Fue unos 10 o 15 minutos después del despegue. Se comenzaron a oír ruidos de impactos, primero en el techo y después en las alas. En las ventanillas se podía ver una inmensa nube de granizo. Lo que ocurrió después creo que fue una maniobra para zafar de ese momento, pero parecía que nos estábamos cayendo. Fue un descenso muy brusco, una especie de caída furiosa, como de película. La gente se daba cuenta que estaba todo mal”, relató a LA GACETA Pablo Delgado, uno de los pasajeros. “El vuelo salió en hora. Había estado muy feo el tiempo en Buenos Aires. Cuando subía, antes de pasar las nubes, se empezó a sentir turbulencia y se escuchaba como cuando vas en el colectivo y choca contra las ramas de un árbol; después llegaron las piedras”, agregó Carlos, quien prefirió mantener su apellido bajo reserva.
El avión viró sobre el Río de la Plata para escapar de la tormenta. Mientras ejecutaba el giro, el capitán advirtió a la torre de control de Aeroparque: “tuvimos impactos de granizo bastante grandes”.
Reacciones en el avión
Delgado piensa que entre la tormenta de granizo y el descenso brusco sólo pasaron cinco minutos, pero allí arriba pareció mucho más tiempo. El joven explicó que aún no sabe cómo hizo para mantenerse tranquilo, pero eso le permitió estar atento a las reacciones de los demás pasajeros. “Una pareja adulta, en el asiento de adelante se besaba y se abrazaba, como si se despidieran. La mujer le decía ‘¿qué hacemos? ¿qué hacemos?’. Después había un grupo de rugbiers. Uno de ellos, cuando descendíamos, empezó a decirle a otro ‘¿ves que todo esto puede pasar?’. Y por supuesto, no faltó quien rezaba ‘¡Santo Dios, Santo fuerte, Santo inmortal, líbranos Señor de todo mal!’ o abrazaba a los hijos. Después hubo un silencio, como una especie de aceptación colectiva”, comentó.
Carlos también notó ese silencio en la cabina: “En un momento, parecía como que la turbina había dejado de acelerar. Nadie dijo nada, pero supongo que todos estábamos muy asustados”.
A partir de las comunicaciones que mantuvo el piloto con las torres aéreas de Buenos Aires y de Termas de Río Hondo, se pudo notar que estaba preocupado por el daño que las piedras habían causado al avión. Una media hora antes de llegar al aeropuerto santiagueño, les habló a sus pasajeros. “Quisimos hacer una maniobra para evadir una nube con tormenta y granizo. Tuvimos un poco de impacto de granizo, un poco bastante, así que yo personalmente les pido disculpas por esa situación y bueno, esperamos a pesar de ello volver a tenerlos a bordo en un futuro cercano. Muchas gracias por su atención y muy buenos días a todos”, fueron sus palabras.
Los pasajeros recibieron la explicación con una media sonrisa. Estaban más tranquilos, pero todo el vuelo ocurrió en un clima de tensión y de silencio. Además, durante las casi dos horas que duró el viaje, hubo una leve turbulencia.
“Siento que el piloto manejó bien la situación. Yo no dejaría de volar por este episodio; el avión sigue siendo el transporte más seguro. Es más, hago esta ruta una vez al mes y nunca me había pasado algo así. La sensación que te queda ahí arriba es que no podés hacer nada; tenés que aceptar que estás en manos del piloto y de la gente que está preparada para esto”, reflexionó Delgado.
El tono de voz de la auxiliar de a bordo quedó grabado cuando anunciaba la llegada a la localidad santiagueña, y parecía que hablaba entre sonrisas. Aunque están preparados para situaciones así, parecía como si ella también hubiese sentido que había vuelto a nacer.
Aluvión de fotos
Carlos comentó que la gente de la empresa quiso contener a los pasajeros para que no pudieran sacarle fotos a la nariz del avión, sitio en el que más se notó el impacto de las piedras. Sin embargo, fue una quimera: decenas de celulares retrataron la imagen y pocos minutos después, se había viralizado en todas las redes sociales. El vuelo no tardó en convertirse en noticia a nivel nacional.
Como el vuelo fue uno de los últimos en que los tucumanos tuvieron que descender en Santiago del Estero -la estación aérea local será reinaugurada el viernes, después de tres meses de trabajos-, en el colectivo que los trasladó hasta la capital tucumana no se habló de otra cosa. “Al subir, todos notaron que nuestro vuelo ya estaba en todos los medios”, agregó Carlos.
Al advertir los daños que había sufrido el avión, la compañía decidió que se lo revisara y arreglara en el lugar, por lo que los pasajeros que debían viajar hasta Buenos Aires en esa aeronave ayer al mediodía tuvieron que ser incluidos en los vuelos de la tarde.
Los posibles daños del granizo
Pueden dañarse los flaps y los slats de las alas. Son elementos que permiten estabilizar el avión en distintos momentos del vuelo, como el despegue o el aterrizaje.
También pueden verse afectados los alerones de las alas y de la cola, que son los encargados de darle la dirección al avión.
Si la nariz del avión fue golpeada por el granizo (tal como sucedió con la nave de Latam en Termas) pueden producirse daños en algunos de los instrumentos que brindan información meteorológica a los pilotos.
El comunicado de Latam
La empresa aérea emitió un breve parte de prensa para informar sobre lo ocurrido
“Latam Airlines informa que el vuelo LA7570, que hacía la ruta Buenos Aires-Río Hondo, ha sufrido turbulencias a causa de una tormenta de granizo. Pasajeros y tripulación se encuentran en buen estado. Al llegar al aeropuerto de Río Hondo el avión quedó fuera de operación para su revisión. Latam reafirma su compromiso con mantener los más altos estándares en materia de seguridad y lamenta los inconvenientes que esta situación ha causado a los pasajeros”, fueron las palabras de la línea aérea luego del vuelo. No se dieron a conocer los nombres de los pilotos ni del resto del personal a bordo, a pesar de que los pasajeros dijeron que actuaron muy bien ante la contingencia que se vivió.
Explicación de especialistas
Un meteorólogo y un piloto explican el fenómeno del granizo y cómo se lo evita
“Los aviones cuentan con distintos sistemas y dispositivos para evitar el ingreso en una tormenta peligrosa. Los pilotos saben qué tormenta no presenta riesgos y cuáles sí”, explicó a LA GACETA el piloto Martín Gigliotti. Por otro lado, el meteorólogo Osvaldo Molina informó que este fenómeno ocurre en un tipo de nube llamaba cumulonimbus. El centro de esa formación contiene agua, mientras que el granizo se forma alrededor, en la zona de los bordes. Esto se da cuando una corriente de aire tibio empuja hacia arriba a las gotas de agua generadas alrededor de un núcleo de condensación; al ascender a temperaturas bajo cero, las gotas se congelan y comienzan a caer, aumentando su tamaño.